CUARENTA-CINCO'

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Era el día de la boda de Steve Rogers y Natasha Romanoff. El día era perfecto, cielos despejados que dejaban que la cálida luz del sol llegara hasta el bonito edificio de cristal que estaba adornado con hermosas orquídeas de diversos colores que completaban un espacio de armonía.

Todos los invitados a la boda del milenio se encontraban dentro y sentados en sus respectivas butacas, incluso el señor Stan Lee se encontraba entre ellos concediendo la bendición a dos de los héroes más famosos y poderosos de la Tierra.

Los padrinos ya habían tomado su lugar al lado del novio vestidos con unos elegantes trajes negros y una corbata azul. Los guardias de seguridad rondaban el lugar con cautela, estando al pendiente de cualquier cosa que pudiera arruinar este hermoso evento.

A pocos minutos de que la marcha nupcial comenzará Hale entro por la puerta trasera apresurándose a ponerse el tacón que le faltaba, y sujetarse el pendiente, arreglarse el mechón de cabello y tomar su posición como guardia encubierto de la boda. Tomo su posición como si nada hubiera pasado y espero a que la ceremonia comenzara. Sus compañeros le hablaron haciendo preguntas por su tardanza pero ella solo las ignoro.

Las damas de honor comenzaron a salir una a una por enfrente de la novia con paso distinguido y ágil, se veían hermosas, pero ninguna deslumbraba más que la mujer que llevaba blanco en su persona. Tomada del brazo del director de S.H.I.E.L.D: el coronel Nick Fury caminó por el pasillo que grandes arreglos florales comenzaban.

Hale desde su posición estudio cada ángulo del lugar y con solo una mirada supo donde estaban cada uno de sus compañeros de equipo, pero toda esa concentración se quebró cuando bajo la mirada y vio justo enfrente del altar a quien los resultados decían era  su padre. Lo veía bajo una diferente luz ahora, aunque él seguía siendo el niño bueno ahora era su padre y como tal cierto rencor crecía en su corazón contra de él. En cuando a su supuesta madre no había palabras para decir, pero no podía negar que se veía hermosa de blanco aunque ese odio hacia esa mujer que le dio la vida aun estaba presente.

El novio se veía impaciente y algo conmocionado por ver a su futura esposa entrar de esa manera, con tan elegancia y mirada asesina que tanto la caracterizaba. En un momento dado el novio parecía que quería llorar, pero no debía, era el día de su boda, el mas importante de su vida.

La guardia de seguridad encubierta rubia llevaba un vestido rosa ceñido al cuerpo y aunque a ella le molestara tener que usar ropa tan ligera, le agradaba la idea de que por un simple día la miraran con deseo y no temor. Vigilaba cada rincón, a la espera de que algo fuera a salir mal, pero hasta el momento todo parecía ir sobre ruedas. La novia había llegado hasta el final, al lado de su amado listos para recitar sus votos.

Las damas de honor junto con los padrinos tomaron asiento en silencio y decoro. Hale se había dado cuenta de que uno de los padrinos del novio era nada más y nada menos que el mismísimo Soldado del Invierno en persona. Ella había escuchado historias sobre él y su manía por esconderse del mundo, también que él era el mejor amigo del Capitán América. Lo cual tendría sentido del porque ocupaba el lugar más cercano al novio. La chica no se había dado cuenta pero el Sargento Barnes la estaba mirando con detenimiento, como si sospechara de Hale o de algo que ella pudiera hacer.

Justo esa mañana después de haberse puesto un hermoso vestido ceñido y rosa para la ocasión, descubrió algo que no terminaba por creer o comprender. Por esa noticia era que ella en pequeños ratos se distraía pensado en su veracidad, pero luego recordaba de su verdadero propósito en el lugar: vigilar, guardar y proteger. "Ahora soy una agente de S.H.I.E.L.D" se burlo de si misma con una sonrisa tosca sin darse cuenta de que alguien igual que ella la tenía en la mira.

El centro de atención eran los novios y el párroco que los guiaba en los votos matrimoniales que se recitaban el uno al otro: Te tomo a ti como esposa,
Y tomo como testigos a Dios y al mundo
Al declarar mi amor incondicional hacia a ti.
Prometo amarte, respetarte y cuidarte.
Te tomo con tus virtudes y tus defectos.
Tu vida se ha vuelto el centro de la mía
Y pretendo que así continue siendo hasta el fin de mis días.
Quiero que seas mi mejor amiga, y más que mi mejor amiga, mi amante, y más que mi amante, mi esposa; mi confidente, así como yo seré el tuyo.
Quiero darte mi nombre, que seas parte de mí historia
y mi legado.

La ceremonia ya estaba por terminar, y la recepción se llevaría acabo en un club donde los invitados pudieran hablar con los novios y ahora recién casados y felicitarlos por la unión. Por otro lado los guardias de seguridad estaban más alertas de cualquier cosa sospechosa que pudiera pasar en el evento. Había celebridades allí y los héroes no estaban tan alertas como de costumbre; era su noche libre.

La rubia no apartaba la mirada de la pareja de recién casados que se veían tan encantadores juntos como muñequitos hechos para completarse el uno al otro, que al separarlos parecieran personajes vacíos. Pero juntos eran una historia total y completamente diferente. Pensaba en ellos y lo que pudo pasar hace veinte años para que se su "relación" naciera ella, pero todas esas posibilidades eran cuentos vacíos sin sentido.

Había un hombre entre la multitud que vigilaba de forma intermitente para no alarmar o levantar sospechas a la joven guardia de cabello rubio que actuaba de manera extraña. El hombre fue un espía, y gran luchador, era especialista en armas y tenia un basto conocimiento sobre todo lo que tuviera que ver con inteligencia enemiga. Hale se comportaba de una forma tan alerta tanto con los invitados como con los héroes, tanto que parecía que los vigilaba y estaba esperando a que algo pasara, y eso no le agradaba para nada al hombre.

Tan distraída se encontraba Hale que ni siquiera se había dado cuenta de que alguien la vigilaba, que alguien la perseguía y trataba de saber todo cuanto podía de ella, y ella no tenia idea.

Cuando toda la celebración termino y el club empezaba a desaparecer para cerca de las tres de la madrugada todos tomaron sus caminos a sus casas dejando el gran salón solo y desolado. Hale se quedo atrás esperando que el lugar quedara vacío por completo y luego siguió a sus instructores hacia la Torre Vengadores.

El camino fue corto, pero silencioso y era bueno para ella ya que necesitaba un momento para pensar en lo que ese día había cambiado en ella. No dejaba de pensar en sus supuestos padres. Las personalidades que en ese día se habían comprometido, y ahora solo estaba ella buscando una explicación para todo eso.

Hale Knight Donde viven las historias. Descúbrelo ahora