Hale Knight

SETENTA-UNO'

—Hay muchos informes que localizan su centro de operaciones bien resguardado en Arizona; el Gran Cañón— Hale levantó la mirada a Edward quien le estaba diciendo todo el informe. Ella entendía porque Xavier había escogido ese lugar como base, a ese topo le encantaba estar bajo la tierra.

La rubia solo llevaba con ellos menos de cuatro horas en las cuales muchas cosas le fueron explicadas y dadas a entender. Francis junto con Cass se habían dirigido a un lugar seguro con Pepper Potys, Laura Barton, su hijo menor y Jane Foster para protegerlos mientras esta guerra dure.

—Bien. Necesito que alguien tome una maldita nave y...— su orden se quedo a mitad cuando sintió algo fresco inundar su ser, como tomar una bocanada de aire para empezar de nuevo. —¿Dónde esta mamá?— nadie respondió —¿Dónde esta Natasha?— exigió esta vez casi histérica.

—Cálmate Hale. Debes de mantener la calma. Ella esta bien— dijo Nick ingresando en la sala de conferencias. Ella lo miró con intensidad.

—¿Por qué no me dijiste que ella estaba apunto de dar a luz?— exigió saber la rubia ganándose una mirada sorprendida por parte de todos en la sala.

Nick en especial la miraba a ella con sin explicarse como es que ella sabia eso. Él mismo se había encargado de sincronizar a todos los chicos de que contaran la misma historia pero aunque algunos no estaban del todo de acuerdo, tenían que acatar órdenes.

—No me mires así Fury que no solo me mentiste sobre su ubicación, sino que me ocultaste que estaba en labor de parto— gritó ella casi histérica.

—No quería que te distrajeras.

—A otro perro con ese hueso.— escupió ella con enojo y desdén. —¿Quién de todos ustedes sabe donde esta mi madre?— bajó la mirada al suelo tratando de evitar que ondas de energía escaparan de nuevo de ella.

Contener su energía era peligroso, pero prefería guardarse esos dañinos episodios, a poner en peligro a alguien más.

—Hale, yo sé donde están.— dijo Nicole levantando la mano con timidez. Todos la miraron esperando que Nick la reprendiera.

—Te llevaré Hale.— se levantó Jefferson se su asiento acercándose a ella. —Pero primero, termina de dar esa orden.— él chico le dio una sonrisa llena de confianza que convenció a Hale.

—Necesito que alguien sobre vuele el Gran Cañón y me traiga un informe detallado de lo que ve ahí dentro. Y no puede ser en un quinjet o nave de S.H.I.E.L.D, sería muy obvio.— soltó Hale en un bufido de enojo.

—Pero... Ninguno de nosotros sabe como pilotar una nave que no sea de automático y coordenadas— dijo Paige mirando a sus compañeros esperando que alguien la contradijera pero nadie lo hizo.

—De hecho... eso no es del todo cierto— una voz extraña se escuchó desde el pasillo y como si causara algo de intriga se asomó por el umbral un adolescente de no más de veinte años de edad con mirada insolente.

—Y ¿tú quién eres?— preguntó Hale con algo de hostilidad. Jefferson tuvo que sujetarla por los hombros para evitar que se acercara a él.

—Soy Alexander Wilson y soy un piloto.

—¿Quién es este payaso, Nick?— soltó Hale con molestia.

—El hijo de Sam Wilson. El chico se graduó de preparatoria a los doce años e ingreso a la universidad a los trece por medio de una beca. Dejó sus estudios apenas el año pasado tomando su hobby como trabajo de tiempo completo.— la rubia rodó los ojos pero aceptó al chico en el grupo como recurso de ultimo minuto.