Hale Knight.

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¡Faltaban tres horas para la boda!

—Stark más vale que tengas una buena excusa para que me saques de mi sesión de maquillaje— dije bostezando en la ultima parte.

Tomé asiento al lado de una mesa repleta de metales y piezas sueltas.

Durante la noche anterior nos quedamos despiertas Nicole, Paige y yo tratando de repasar nuestras posiciones en cuanto al salón de la ceremonia, y el club después de ella. Al final nos quedamos dormidas y hoy en la mañana nos tuvimos que despertar temprano y discutirlo con Daven, Edward y James. Después de eso esperamos a la chica del maquillaje y los peinados otro tanto de tiempo y ahora que llegaron, Stark me ha llamado a su laboratorio para decirme algo importante según él.

—No hay nada en el sistema.

Fruncí el ceño mirándolo y luego negué con la cabeza pensado que tal vez había escuchado mal.

—¿Perdón? Mis oídos me traicionan. ¿Qué fue lo que dijiste?— él me miró como si lo que dije lo hubiera ofendido.

—Esto es serio Hale.

—Sé que lo es. Pero lo que me has dicho no es de mi agrado. Me dijiste que este programa era infalible.

—Lo era... Hasta que se topó con tu sangre. No tienes familiares, Hale. No en la base de datos rusa.

—Y ¿ya buscaste...?— me interrumpió.

—Ya busqué en cada base de datos de cada país que participa en el programa Sangre Real y no hay ningún parentesco a tu sangre.

Escuchar eso causaba una revolución de emociones en mi interior. Eran emociones encontradas que abarcaban desde tristeza y depresión, hasta enojo y furia.

—¿Cómo es posible qué no se encuentre ni siquiera un primo, un tío o alguna persona con la que comparta algo por más mínimo que sea?

Mi respiración se estaba tornando acelerada y demasiado errática como para dejar que mis pulmones pudieran seguir un ritmo regular. Dentro de mí se estaba creando un vacío tan grande y profundo que no alcanzaba a describir la decepción y tristeza en él. Jadee después de sentir una punzada en el pecho. De pronto un ardor increíblemente fuerte hizo peso en cada una se mis cicatrices a travez de mi cuerpo se encendieran.

—Lo lamento Hale.— dijo Tony —Pero aun queda una opción— levanté la mirada hacia él —No todas las personas están en ese programa Hale. Sangre Real funciona con la gente normal, hay otra sección en que se encuentra la base de datos de gente super.

Fruncí el ceño al momento que leía entre lineas de lo que él acababa de decir.

—Quieres decir que... ¿Tengo una mínima posibilidad de que mis padres sean super héroes o super villanos?— él me miró y luego asintió creo que algo sorprendido de que yo haya encontrado el significado oculto en sus palabras que aunque ni él, ni yo lo quisiéramos, me daban esperanza.

—Tal vez no te guste lo que encuentres Hale.

—Igualmente no me gustara si encuentro a mi madre entre esos nombres de super humanos.— respondí con frialdad.

—La odias, ¿no es cierto?— suspiré pues ni aunque tratará de rebatirlo era un sentimiento hacia ella que aunque no la conociera, era tan real y fuerte que parecía imposible sentir por una persona que no conocía.

—Lo hago. Y la culpo a ella por la vida de mierda que llevo.

Él solo me miró con atención mientras que debajo de la mesa sacaba una jeringa de un tamaño generosamente grande. Se acercó a mí y me hizo extender el brazo para luego insertar la punta en mi piel.

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