TREINTA-CINCO'

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La base de Hydra en el Atlantico era una pequeña isla que prácticamente no existía en el mapa y por esa razón las señales a los satélites en la órbita de la Tierra eran difíciles de alcanzar y en este momento una señal tan débil como un hilo cargando una tonelada había escapado de la isla siendo enviada a un servidor privado en tierra firme alertando a toda la isla que había un intruso en su espacio de operaciones.

—¿¡Has tenido un rastreador en tu collar todo este tiempo y no lo usaste!?— gritó Edward a Hale cuando ella termino de explicar lo que había estado haciendo en el laboratorio de Stark las ultimas semanas.

—No me reclames nada. Lo diseñe y armé yo misma. Es solo un prototipo, no esta completo. Tenia otras cosas que pensar Señor Hijo del Hombre de Lata.— respondió Hale con sarcasmo que ni siquiera sabia que podía tener. —Aparte, tenia que abrir una brecha en la sala de comunicaciones. La señal de esto es muy débil, dudo que llegué hasta la Torre.

Hale caminó por el hangar en busca de un arma mientras que James y Edward se quedaron en silencio en su escondite mientras que Hale estaba afuera.

—¿Sabes? Ahora que me acuerdo, tengo un rastreador también— dijo Edward ganándose una mirada reprobatoria por parte de James. —Solo que no se activará hasta que algo realmente malo me pase.

—¿Cómo qué?— dijo James poniendo atención al niño.

—Golpes fuertes. Sangre en el interior de la mejilla.— sonrío con vergüenza. —¿Crees que puedas golpearme para activar el chip?

—Ah no, Edward no te golpeare. Te he entrenado estos últimos días para que te defiendas y ¿quieres qué te de un golpe?

—Y los que sean necesarios para sangrar dentro de la mejilla.

—No lo haré.— sentenció James cruzándose de brazos mirando a Edward.

Hale caminó rodeando una nave con sigilo buscando un lugar donde pudieran encontrar armas o algo con que defenderse en caso de que los descubrieran antes de que llegara su rescate. Cuando regreso al escondite se encontró con James y el puño cerrado respirando con profundidad, y Edward con no solo un golpe, sino tres en el rostro. Se acercó al niño y revisó el rostro de Edward quien escupía saliva mezclada con sangre.

—¿Qué paso?— exigió saber Hale al ver a Edward en tan mal estado.

—Que te diga él. Fue su idea.— contestó James con el ceño fruncido mirando el suelo aun con las manos hechas puño.

—Él no puede hablar James. Le rompiste el labio, un diente y el interior de la mejilla.— Hale tomó el rostro de Edward entre sus manos con cuidado de no hacerle mas daño lo examinó. —Esto tardara más de un par de días en sanar.

Edward la miró confundido ya que nadie se recuperaba de heridas como las que él tenia en dos días, pero Hale lo hacia y era difícil calcular el tiempo real aproximando de cualquier persona que no fuera ella misma.

—¿Qué, paso?— dijo de nuevo Hale hacia James con enojo.

—Dijo que tenia un chip en la muela, uno que se activa con sangre.— dijo James de mala gana —Así que lo golpee.

—Esa no es razón para que lo golpearas.— reprendió Hale a James por su acto reprobable contra Edward.

Fu-e mi-cup-pa— dijo Edward apenas pudiendo articular una pequeña palabra por el dolor y el sabor de la sangre.

—¿Cómo?— dijo Hale.

Lo for-— respondió Edward de la misma manera.

—James, explícame.

—Comenzó a hacer comentarios indecorosos... Sobre ti. No lo soporte, y le di un golpe. Pero no se callo y le di otro. Y otro.— dijo James en voz baja enojado.

—Ambos, son unos idiotas.— dijo Hale mirando a ambos chicos que parecían tener el peor día de sus vidas. —Tenemos que prepararnos. Escuché que hay una nave cerca del espacio aéreo de la isla, y es desconocía.

—¿Será Stark?

—Lo dudo. Si mi señal logro salir de la isla fue un milagro. Aparté dudo que llegaran tan rápido.

Justo en ese momento varios agentes sacaron de entre los pliegues de la gruesa pared a los tres adolescentes descubriendo sus rostros y llevándolos a la pista de aterrizaje donde otros agentes formaban un semi circulo con tres personas sobre una plataforma elevada cerrando ese circulo.

—Hell Knight: la mercenaria despiadada ¿en mi base de operaciones secreta?— la voz de Xavier sonó llamando la atención de todos en el lugar. Hale volteo a verlo fulminándolo con la mirada pero se quedó helada al ver a quien tenia a lado de él.

—Francis.— jadeo al tiempo que reconocía su cabello teñido de blanco, mientras estaba parado al lado izquierdo de Xavier.

Los tres estaban parados mostrando su orgullo por lo que habían logrado hasta ese punto en su historia, eran las personas más poderosas en la historia de Hydra, tres y eran demasiado jóvenes para serlo y aun continuaban controlando toda la organización. Xavier Vulture, cabecilla, Xander Vulture la mano derecha, y Francis Barton el primer oficial.

—Esto es malo— murmuró Hale bajo su aliento y justo después le golpearon las piernas haciéndola caer al suelo de rodillas con dos agentes de los más fuertes que habían sujetándola de los brazos con fuerza.

—¿Tú crees?— dijo James con sarcasmo mientras que a él y Edward los sujetaban de pie con los brazos en su espalda.

Hale miró a Xavier esperando que su sentencia de muerte fuera dictada por sus labios, que fuera condenada por otro hombre aun más manchado en pecados y sangre que ella. Pero el rostro de él no mostraba emoción, solo indiferencia por ella y sus compañeros, quienes estaban con la cabeza gacha forzados a ver el suelo.

—La hermosa, pero peligrosa Caballero del Infierno. ¿Qué haces en mi base Hale?— preguntó Xavier algo interesado en su respuesta ya que no había una en especifico.

—¿Para qué crees? Quería matar a tu hermano, y ¡luego a ti!— Hale gruñó entre dientes pero fue sometida a la fuerza a mantener sus máximos respetos hacia el líder de Hydra.

—Y ¿ahora ves que no podrás? ¿Por qué tengo un ejercito bajo mi mando? O ¿por qué al que antes consideraste un amigo, resulto ser un agente de Hydra?

Ella no lo quería admitir, pero era verdad. Ahora ella no podía hacer nada, no tenia armas, no tenia equipo, sus manos le dolían por el agarre tan fuerte de los agentes, y la espalda por la posición tan incomoda en que la tenían.

—¡Cállate ya! Tu voz me fastidia los oídos.— gritó Hale con los ojos cerrados.

—Suficiente, llévenla a mis alcobas— sentenció Xavier señalando el edificio.

—¡No!— gritó James liberándose de quienes lo retenían. Se acercó a Hale pero lo volvieron a retener con más fuerza. —Déjala en paz Vulture.

—De hecho lleva a ambos al laboratorio. Tengo pensado algo especial para ellos.— dijo Xavier mirando a su hermano obviamente pensando en la misma cosa. —El nuevo y renovado programa del Soldado del Invierno esta listo para su uso, y creo que ya sabemos a quienes usaremos primero como nuestros soldados.

"¿El programa Soldado del Invierno? ¿Activo?" pensó Hale mientras que pánico inundaba su ser con solo pensar en eso.

—¿Por qué? ¿¡Por qué lo hacen!?— gritó Hale.

—Aquí hay una leyenda, y un legado que se tiene que cumplir. Comenzó con Craneo Rojo, le siguió Alexander Pierce quien no pudo terminar su cometido, y Xavier Vulture tu servidor, seré quien traiga gloria a Hydra, y paz al mundo, gobernaremos como debió ser siempre. Ninguna leyenda viviente, o super espía nos derribaran esta vez. De eso me aseguro yo.— Xavier sonrió complacido por ese nuevo plan.

—¡Llévenselos!— gritó Xander y de inmediato a los tres se los llevaron al interior del edificio de acero reforzado.

Hale Knight Donde viven las historias. Descúbrelo ahora