Hale Knight

CINCUENTA-OCHO'

La mansión se encontraba llena de niños por la tan prometida fiesta de cumpleaños de los gemelos mas conocidos de la historia, lo hijos de Iron Man cumplían años y no era un evento que pudiera celebrarse en secreto se tenia que armar una gran celebración en la cual no solo los hijos de los héroes y los mismos héroes fueron invitados sino personalidades famosas de todo tipo.

-¿Esto se parece a la boda de Cap y Viuda no crees Hale?- dijo James sentado en una mesa alta al lado de la rubia mirando como mas de cincuenta personas caminaban de lado a lado moviendo y poniendo las decoraciones para la fiesta que sería en menos de una semana.

-Sí claro- dijo ella con la mirada perdida en la nada sin prestar atención a James y sus palabras.

-Hale, ¿me has escuchado?- ella asintió -Porque parece que no. ¡Hale!

-¿Qué sucede?- respondió Hale parpadeando varias veces saliendo de su trance. Sus ojos pararon en James quien parecía molesto. -¿Qué pasa?

-Nada- suspiro James con pesadez y Hale notando que él estaba molesto le hablo.

-James lo lamento si no te preste atención pero traigo otras cosas en la cabeza.

-¿Cómo que? Aparte de la inminente fiesta de cumpleaños de los gemelos Stark.

-Laurent. Su hermano que trata de matarme. - "y otras cosas más que no pienso decirte James". Pensó Hale para si misma. -Ah sí, y el hecho de que Xavier aun sigue ahí afuera tratando de dominar el mundo. No sé James, pero perdóname si tu no obtienes mi in dividida atención el día de hoy.

-¿Desde cuando acá te volviste tan sarcástica?- preguntó él sin apartar la mirada de ella. Hale solo rodó los ojos y bajo de la silla.

La rubia camino entre los organizadores del evento zigzagueando entre mesa y mesa hasta apartarse por completo de la mansión y todo el ruido que de ella provenía. Decidió internarse en el bosque y buscar ese arrollo que escuchaba todas las mañanas fluir desde su ventana. No hacia frío, pero tampoco era un día muy caliente así que el agua del pequeño arrollo estaba justo a una temperatura normal. Hale se quito los zapatos y metió los pies dentro del agua helada.

Comenzó a pensar en los últimos sucesos en lo mucho que su vida había cambiado y lo que ya no iba a cambiar.

-¿Estas depresiva de nuevo, Knight?- los vellos de su cuerpo de crisparon al oír esa voz de nuevo detrás de ella.

-Si tanto deseas mi muerte, ¿por qué no me matas de una buena vez?- ella se giró solo para encontrarse a un chico de hermoso ver con una gorra y overol blanco que señalaban trabajar para los organizadores de fiestas.

-Porque no sería divertido Knight. Quiero que mi hermano este presente, y... Básicamente también quiero una audiencia.- su sonrisa cínica solo provocaba escalofríos en todo el cuerpo de Hale.

-Sabes que tu hermano me ama, y ¿aun pretendes asesinarme a sangre fría?

-No esperare a que tú asesines a mi hermano Knight. Él vivirá antes de que tú siquiera pienses en hacerlo.

-Jamás me ha pasado por la cabeza el asesinarlo, bueno exceptuando esa primera vez que lo vi- dijo ella sonando algo nerviosa con esa afirmación.

-Sí. Lo sé- su voz sonó despreocupada, como si esta conversación ya la hubieran tenido antes. -Deja de mirarme así, me haces sentir como un bicho raro.

-Es que probablemente lo seas.

-¿Sabes qué yo fui la razón por la cual él decidió quitarte tus memorias? Obvio trató de protegerte, pero él juramento que hicimos ese día en que te dejo no me puede privar de mi derecho a reclamar venganza.