8. Primer día en Londres

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PHOEBE POV

Puedo hacerlo. Puedo hacerlo. Puedo hacerlo. Había estudiado todo lo que decía la tablet de Shakira y ya sabía quienes eran las personas con las que más debía relacionarme. El sueño me estaba ganando y por suerte no tuve el jet lag gracias a que solo había una hora de diferencia.

Si el aerpuerto de El Cairo era grande, el Heathrow de Londres era muchísimo más grande. Eran miles y miles de personas llendo de un lado a otro con sus maletas, completamente encerrados en sus mundos interiores. Trate de mostrarne segura de mi misma mientras iba a buscar la maleta de Shakira para salir de este hervidero de gente. Ni bien atravese las puertas, sentí un poco de frío. Londres no era una ciudad tan calurosa como El Cairo, seguramente la temperatura no superaría los 20°C. Subí a un taxi y le di la dirección de la casa de Shakira.

Me dedique a mirar por la ventana con una gran sonrisa. Por primera vez en mi vida me sentía libre, incluso feliz. Tenía la sensación de que estaba en el lugar correcto. A pesar del cielo gris, sentía que mis energías se renovaban, incluso me sentía optimista y segura de mi misma. Podía ver la elegancia y soberbia del palacio de Buckingham. A lo lejos se podía ver El ojo de Londres y el Big Ben. Por primera vez me sentía normal al ver a las personas con pieles pálidas como la mía, también había personas con piel morena pero no eran muchos. En El Cairo siempre me sentí extraña al ver que todos a mi alrededor eran morenos o negros. Ser tan diferente hacía que me miraran como a una extraña. Aquí estaría segura ya que todos pasarían de mi. Sonreí ante la idea de ser completamente invisible.

Luego de unos minutos, las calles y la zona por la que transitabamos se iba volviendo más elegante y exclusiva. La cantidad de transeúntes fue disminuyendo mientras que el numero de guardias de seguridad fue aumentando. Las casas se volvieron más grandes y la distancia entre ellas también aumentó. Mi corazón se aceleró cuando el taxi se detuvo delante de una mansión blanca, la misma mansión que Shakira me mostro: Eaton Square.

La poca confianza que tenía en mi misma desapareció cuando le pagué al taxista y bajé del auto con la maleta. El taxi se fue y me quede durante varios segundos inmóvil, mirando la imponente arquitectura clásica y las terrazas de estuco blanco. Me arme de valor y avancé hacía la puerta. Una vez que subí las pequeñas escaleras, un par de hombres vestidos de gris me impieron continuar. Sentí miedo y me percate de que ambos tenían un collar con una V de oro y pequeños rubíes. Ambos me observaron durante un segundo y tomaron mi maleta antes de abrir la puerta de la mansión.

-Permitame llevar vuestra maleta, princesa -dijo uno de ellos. Por un momento me paralice cuando me llamaron princesa, porque evidentemente no soy una princesa. Pero ahora eres Shakira y ella si lo es. Recuerda que ahora eres ella. Estire mi mano hacía la maleta y sonreí.

-Yo lo hago.

-¿Segura? -me preguntó confundido.

-Si -trate de sonar lo más convencida que pude y entre antes de que me preguntaran algo.

Observe la decoración simple y elegante del interior. Por las fotos era impresionante pero verla de cerca era mucho mejor. Mis pies me dolían un poco a causa de los tacones, por lo que me puse en movimiento y busqué la habitación de Shakira. Subí las escaleras de mármol y trate de recordar el mapa que ella hizo para tratar de ubicarme. Una vez que llegué al tercer piso, vi que todas las puertas tenían letras doradas. Recordé que ella había dicho algo sobre la forma en la que identificaban las habitaciones para no perderse y busque una que tuviera una S dorada. Suspire de alivio al encontrar una puerta que decía Shak♡ y entre lentamente, llevándome una gran sorpresa al ver la decoración.

Cuando lo vi en las fotos creí que era una especie de broma, pero nunca imaginé que fuera real. No se parecía en nada a la habitación de una joven que esta a punto de irse a la universidad, mas bien parecía a la habitación de una niña de cinco años. Las paredes eran rosas, la cama y la alfombra igual. Las puertas del baño y del armario eran blancas con stickers de corazones y flores. En la ventana y en un rincón habían unas macetas con flores. Me acerqué a las repisas y vi muñecas vestidas como princesas, algunos peluches y fotos de ella con una chica castaña de ojos verdes. Realmente era una gran contradicción la chica modelo que habia conocido y la chica adicta al rosa que dormía aquí.

Lady Vulturi IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora