17. La caída...

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...del traidor

La traición nunca prospera: ¿cual es la razón?
Porque, si prospera, nadie se atrreve a llamarla traición
(Sir John Harrington)
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El calor era insoportable. Después de tanto tiempo viviendo en el clima frío de Londres, Jane había olvidado lo que era el calor de verdad. Desde que Carlisle y Rosalie la pusieran al corriente de la cantidad de heridas físicas que la menor de sus hijas había recibido, el deseo de venganza había aumentado. El sol de la capital egipcia era muy fuerte y el sudor provocaba que el traje de combate se le pegara en la piel. Ella extrañaba el tiempo en que era una vampiresa y el clima no la afectaba.

A su lado estaba Alec, como siempre. Él se ubicaba a su derecha, listo para defenderla en cualquier monento. Es cierto que el don de su hermana actuaba más rápido, pero el suyo era más efectivo. Los guardias habían rodeado toda la casa, informando los movimientos que realizaban los egipcios. Una niebla semitransparente rodeaba a Alec mientras Jane comprobaba que la cuerda del arco estuviera tensa.

Amún observaba con rabia el exterior de la casa, esperando que los Vulturis aparecieran. Stella estaba tranquila dado que estaba segura de que sus guardias llegarían a tiempo. Benjamín creaba pequeños remolinos esperando el momento perfecto para atacar. Shakira estaba furiosa luego de que la dejaran inconsciente y desperatara atada a una silla con una mordaza en la boca y guantes en sus manos para impedir que usara su don. Al principio se enojo, pero luego se calmó ante la posibilidad de que solo debería permanecer unos días en cautiverio antes de que vinieran a rescatarla. A Amún le llamo la atención esa extraña actitud sumisa de la joven pero la ignoro.

Luego de dar órdenes, Peter se acercó a Jane para conocer cuál sería la forma de atacar y rescatar a la princesa. Jane lo medito unos segundos y sonrió antes de contestar.

–Ellos nos atacaron en distintos frentes para distraernos, creo que nos defendimos bastante bien. Ellos esperan que un ejército los ataque y nosotros vamos a sorprenderlos al igual que ellos lo hicieron.

–¿Cómo los vamos a sorprender? –cuestionó Alec sumamente intrigado.

–No los atacaremos, simplemente iremos a verlos. Quiero que crean que aún soy una tonta manejable. Ellos desconfiarán y tratarán de atacarme, cuando lo hagan, ustedes entrarán por el techo, sorprendiendolos y rompiendo todo.

–Pero eso la pondría en peligro, ¿qué pasará si Malek vuelve a atacarla con fuego?

–Se quemará a si mismo. Tu crearás un escudo que pueda protegerme de Benjamín.

–No creo que sea una buena idea. No lo se, no me convence.

–Si todos hacen las cosas bien nada malo pasará.

–¿Y si nos tienden una trampa y nos atacan?

–Alec –ella suspiró con frustración–, yo entraré y los voy a entretener, luego ustedes entran y tratan de llevarse a Shakira, seguramente tienen un ejército esperándonos y creerán que podrán con nosotros –ella sonrió con malicia y dirigió su mirada hacia la mansión en ruinas–, ahí es donde entran los Mayfair.

–Ahora entiendo por qué los llamaste –el gemelo sonrió malignamente mientras entendía las ideas de su hermana.

Jane asintió en silencio. A pesar de que no le gustara admitirlo, la guardia Mayfair era muy eficiente. Los hombres de Rowan eran especialistas en permanecer ocultos sin que los descubrieran. A la rubia le hubiera encantado pedir ayuda a los Kroner, desgraciadamente ellos no eran muy buenos a la hora de luchar y siempre eran los Vulturis quienes brindaban hombres para reforzar las filas neozelandesas.

Lady Vulturi IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora