13. La otra

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BENJAMÍN POV

Me deje caer al lado de Stella mientras intentaba recuperar el aliento. Había sido bueno pero no perfecto como las otras veces. Ella estaba algo callada y pensativa. Por un momento creí que ya no le gustaba, aunque eso me daba igual. Si en algún momento me cansaba de ella, solo tendría que matarla. Sonreí y me puse de costado para verla un poco mejor, acaricie su pecho y ella me miro.

–¿Quieres mas?

–Siempre quiero más, aunque hoy estuviste algo ausente. ¿Qué te pasa?

–Estaba pensando en tu hija.

–¿Qué? ¿Acaso tu instinto materno se desperto y quieres un hijo tuyo? –pregunté burlonamente, ganandome una suave cachetada.

–¿Estás loco? Odio a los niños y no pienso sacrificar mi hermoso cuerpo para tener una cosa que va a llorar todo el tiempo. Prefiero ser monja antes que pasar por ese infierno.

–¿Entonces por qué gastas tus pensamientos en esa peste?

–¿Nunca te pareció extraño que ella no tenga dones y su hermana si? La bruja y tu son muy poderosos, lo lógico es que ambas también sean poderosas.

–Amún tambien esta desesperado por ver que don tiene ella, aún así ya es tarde para secuestrarla.

–Lo sé pero hay algo más.

–¿Qué?

–Su actitud –ella se sentó en la cama y me miro a los ojos– ¿Acaso no la notas diferente? Desde hace varios días que esta actuando extraño, su mirada es diferente, no lo sé, pero ella parece más rebelde y desafiante, ya no obedece con tanta facilidad.

–Si puede ser, sinceramente no me importa. Nunca le preste atención.

–Benjamín, tengo un mal presentimiento respecto a ella.

–Exageras.

–Preguntale a Amún, él siempre la vigila, seguro que se dio cuenta de algo.

–No creo que sea necesario.

–Yo creo que si es necesario –respondió seriamente. Nos miramos durante unos segundos antes de que ella saliera de su cama y se vistiera. De mala gana la imite.

Salimos de la habitación y buscamos a Amún en la sala. Me sorprendí al ver que los muebles estaban empezando a tener polvo ya que Phoebe siempre se encargo de que la casa estuviera impecable. Vi a mi creador caminar de un lado a otro, como si fuera una fiera enjaulada, y me preocupe. Quiza Stella tenía razón respecto a la peste.

–¿Qué esta pasando? –pregunté al ver que él aún no se había percatado de nuestra presencia.

–Esa mocosa es una maleducada. No sé que demonios le esta pasando pero está noche la controlare –respondió con ira.

–Entonces no soy la única que se ha dado cuenta de que esta actuando diferente –comentó Stella, dedicándome una mirada de satisfacción.

–Cualquier tonto podría notarlo. ¿Quién se cree que es para responder? No pienso tolerar sus faltas de respeto y su descuido hacia las tareas del hogar. Ya me esta cansando que se dedique a estar todo el día en el jardín y que vuelva a casa a la hora de quiera. Ya es hora de darle unos nuevos golpes y un susto para ver si vuelve a centrarse.

Tome la mano de Stella y ambos salimos de la casa, dejando a Amún con sus quejas. Al salir vi que había flores en el jardín, algo extraño ya que las plantas estaban muertas desde hace varios años. Decidimos pasear un poco debido al clima agradable. Comenzamos a caminar por las calles y escuchamos música. Seguimos caminando hasta llegar a una plaza en donde había un grupo de personas tocando música árabe, unas bailarinas además de algunos turistas grabando el espectáculo.

Lady Vulturi IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora