48. Excusas

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Don't think that your charm and the fact that your arm
Is now around my neck
Will get you in my pants or I've to kick your ass
And make you never forget
I'm going to ask you to stop thought I like you a lot
But I'm really upset -really upset-
Get out of my head, get off of my bed
Yeah, that's what I said
(Avril Lavigne)

No pienses que tu encanto y el hecho de que tu brazo
esté rodeando mi cuello,
te meterá en mis pantalones, o tendré que patearte el trasero
y hacer que nunca lo olvides.
Voy a pedirte que pares, aunque me gustas mucho,
pero estoy realmente molesta -realmente molesta-.
Fuera de mi cabeza, sal de mi cama,
sí, eso es lo que dije.


SHAKIRA POV

El timbre que anunciaba la salida empezó a sonar e hice una mueca. El timbre de salida significaba que se acaban las clases, sí se acababan las clases tendría que volver a casa, sí volvía a casa debía volver al mundo real. No quería volver a casa, pero necesitaba hacerlo, me estaba quedando sin ropa y necesitaba los cuadernos y libros para el resto de la semana. Con un poco de fastidio empecé a imitar a mis compañeros y guardé mis cosas. Sabía que era inútil, aún así me acerqué en silencio a la profesora, la señorita Gómez.

–¿En qué puedo ayudarla? –preguntó con cierto fastidio.

La mujer tenía un rostro dulce y parecía buena a pesar de sus prendas oscuras y sus collares extraños. Según los rumores de mis compañeros, la mujer era una bruja de las malas, una perra sin sentimientos, extremadamente perfeccionista, exigente y capaz de hacerte perder el año si no le gustaba tu personalidad. En mi opinión no era tan mala, enseñaba bien a pesar de ir un poco rápido, podías frenarla si no entendias, pero todos eran unos bebés que le tenían miedo y no lo hacían. Recuerdo que solo una vez le pedí que explicara algo de vuelta y mis compañeros me miraron agradecidos, como sí fuera una especie de santa o mártir. Después de eso, podía sentir sus miradas cada vez que no entendían algo, como si esperaran que yo dijera algo. Era la única chica de la clase, si creían que iba a ser una niña tonta que concede deseos y pregunta todo, se equivocan. Ya es bastante malo ser la única chica y daría todo de mi para demostrar que las mujeres somos mejores.

La profesora Gómez no era mala, solo era inteligente y astuta. Su materia era la más importante del semestre, sí no la entendíamos, no entenderíamos el resto de la carrera. Sí era exigente, era para prepararnos para el resto de los semestres. A veces la odiaba por lo mucho que nos enviaba a estudiar, pero la admiraba por ser sincera y mostrarnos como era la verdadera vida universitaria. Ella no pretendía ser nuestra amiga, no era flexible con las fechas de entrega ni siquiera si llevábamos certificados médicos, ella nos mostraba la cruda verdad y nos exprimia las neuronas para convertirnos en los mejores. Con un suspiro la miré y traté de que mi plan funcionara.

–Me preguntaba sí usted tenía clases de consulta. Es que quisiera repasar algunas cosas –ella alzó una ceja y me miró con escepticismo.

–¿Quieres clases de consulta? ¿Tú? —una carcajada alegre escapó de sus labios antes de continuar–. Por favor Vulturi, eres la mejor de la clase y tienes bastante potencial, te irá bien en las pruebas sí sigues como hasta ahora. De hecho, sí en el séptimo semestre continúas siendo buena, podría ser tu tutora y guiarte en el proyecto final. Todos creen que después de este semestre dejarán de verme, pero se equivocan, en el final de la carrera volveré a molestarlos.

–Me agradan sus elogios y saber que volverá a ser nuestra profesora, pero, realmente necesito las clases de consulta –tal vez sone muy desesperada ya que ella me miró con curiosidad.

–¿Qué sucede? Esto no es el bachillerato, no tenemos la obligación de preocuparnos por ustedes pero siento curiosidad.

–No quiero volver a casa, tengo que hacerlo, pero no quiero. No puedo ir al estudio a grabar canciones porque me faltan letras y aún no terminan de acondicionarlo, tampoco puedo volver al hotel porque necesito mis apuntes para estudiar y no quiero quedarme en la biblioteca —admiti casi a regañadientes.

Lady Vulturi IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora