SHAKIRA POV
–¿Necesita algo más, señorita?
–¿Tienes una inyección mágica para que mi pierna vuelva a estar como antes? –cuestione de mal humor.
–Me temo que no, señorita –contestó la mujer en un tono sumiso.
–Entonces vete, cuando necesite algo te llamaré –la corrí con la mano y ella se fue. Cansada, me deje caer en la almohada que estaba detrás de mi.
La puerta se cerró y me quité la sábana de encima, cubriendo mi boca para no gritar. Un yeso blanco envolvía toda mi pierna izquierda, desde las punta de los dedos mi pie hasta el muslo, como una media que va sujeta a un portaligas. Quería mover mis dedos, el tobillo, cualquier parte de mi pierna, pero era imposible, no podía sentir nada, solo dolor y molestia. El nonno Carlisle dijo que debía esperar unas semanas, soy mitad vampira y mis heridas sanarán más rápido; los ligamentos, tendones, nervios, músculos, venas, arterias y piel volverían a unirse; la fisioterapia me ayudaría a recuperar la movilidad y todo sería como antes. Lo que el nonno no sabía es que no puedo quedarme quieta tanto tiempo.
Las lágrimas empezaron a escapar de mis ojos cuando el dolor volvió a molestarme. Sentía que el yeso me apretaba, me inmovilizada, me convertía en su prisionera. El yeso era una gran cadena que no me permitía continuar con mi ritmo de vida normal, quiero volar y no podré hacerlo gracias al yeso. Quería ir al baño y tomar todas las patillas que tuviera, alguna debía funcionar, pero no podía, estaba presa y esa cosa blanca era mi cadena, mi ancla a esta mansión, a esta ciudad, a esta cama. Sentía el deseo de rascarme, por primera vez parecía una perra sarnosa que sufría picazón, necesitaba aliviarla y no tenía nada para hacerlo. Ansiaba salir se la cama, pero ni siquiera eso puedo hacer ya que dependo de los demás hasta para ir al baño.
Muchos dirán que es vanidad, pero necesitaba muestras de afecto de personas a las que nunca vería cara a cara. Acomode un poco mi cabello, alise mi ropa, tomé el teléfono, busqué la mejor pose y desistí de una tarea inútil, necesitaba compasión y buenos deseos, no críticas por siempre lucir como diva, aunque siempre sería una diva. Me hice una selfie, le tomé una foto al yeso y escribí "Hace menos de un día que tengo esto y no lo soporto, necesito mi pierna sana otra vez!!! 😢💔💔" antes de publicarlo en mis redes.
Delante de mi tenía una gran cantidad de horas libres y no sabía qué hacer con ellas. Siempre estuve en actividad constante por lo que esto sería una tortura, o una prueba para conocer el límite de mi paciencia. Tomé la laptop y comencé a mirar unos vídeos de Queen. Deseaba sumergirme un poco más en el mundo del rock y necesitaba aprender de los maestros, no de las bandas de niños que existen ahora. Estaba en la mitad de Bohemian Rhapsody cuando alguien golpeó y abrió la puerta, alguien muy parecida a mi. Puse el vídeo en pausa, miré a Elizabeth caminar hacia mi y sentarse en el borde de la cama.
Esperé que ella hablara, pero su mirada era ausente, como si su mente estuviera a mil años luz de aquí. Deseaba que hablara porque odio el silencio, pero temía interrumpir su silencio. Con cierta preocupación vi que sus ojos se aclaraban, pasando de azul eléctrico a celeste, de celeste a gris y de gris a blanco nacarado. Estire mi mano para tomar la suya, causando que el azul volviera a ella, al igual que su mente, dado que su mirada se centró en la mía.
–¿Estás bien? –susurré con preocupación. Ella me regaló una sonrisa antes de hablar.
–Lo siento, aún no lo controlo muy bien y me pierdo –desvió su mirada a mi laptop y su pecho comenzó a moverse más rápido–. ¿Podrías esconderla? Creo que me estoy mareando –la vi ponerse más pálida y escondí la laptop debajo de almohada, era incómodo, pero no quería molestarla–. Gracias.
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Lady Vulturi II
Fanfiction♢CONTINUACIÓN DE LADY VULTURI♢ Jane Vulturi tenía una vida tranquila junto a su hermano gemelo Alec. Cazar, entrenar, divertirse. Solo eso era lo que necesitaba para tolerar el peso de la inmortalidad. La llegada de Benjamín dio un giro radical a su...