ELIZABETH POV
–¿Estás segura de que esto funcionará? –pregunté por enésima vez.
–Si continuas así lo arruinaras todo –mordi mi labio y contuve un suspiro–. ¡Deja de hacer eso! Te quedará labial en los dientes –rodé los ojos y dejé de morderme los labios–. Vi eso.
Grité desesperada y miré la pantalla de la laptop, ella estaba en una habitación con un montón de libros y cuadernos a su alrededor, incluso estaba mirando uno en este momento. ¿Cómo es posible que sepa lo que hago si no me esta viendo? Aparté la mirada y volví al espejo para terminar de arreglarme.
Me sentía incómoda al hacer esto, jamás había invitado a un chico a salir, era extraño y confuso. Si era honesta conmigo misma, podía esperar y dejar que las cosas sucedieran en el momento correcto, no era bueno forzar nada y no moriría si Michael no me besaba, además, ¿era necesario que él me besara? Tal vez no es el momento, creo que ni siquiera estoy lista para hacerlo. Lamentablemente, esta cita ya no es solo sobre mi, me había comprometido con Shakira para hablar con Michael y tratar de ablandar a Christian, me había ofrecido como abogada sentimental voluntaria y ahora no podía eludir este compromiso.
Todo saldrá bien, no dejes que los nervios te paralicen, esto es lo que querias.
Con los ánimos renovados, tomé el vestido lila y fui al baño a cambiarme. Esta bien que Shakira este en Barcelona y tengamos una conversación por Skype, pero no iba a cambiarme delante de ella, era impensable. Una sonrisa de satisfacción apareció en mi rostro cuando contemplé como la delicada tela resaltaba algunas curvas de mi cuerpo sin mostrar demasiado y sin hacerlas muy evidente. Al salir y pararme delante de la laptop, ella sonrió y alzó sus pulgares. Busqué los zapatos y las joyas y terminé de vestirme.
–Perfecta. ¿Recuerdas lo que debes hacer? –asenti tímidamente–. Bien, creo que ya no me necesitas más.
–Gracias.
–A ti –ella se despidió y cortó la comunicación.
Me puse el abrigo y agarré mi bolso antes de contemplar mi habitación durante unos instantes. Si me quedaba quieta, no saldría nunca. En un momento de inspiración, salí de la habitación a gran velocidad. En el camino saludé a Rosalie y a Alice, quienes elogiaron mi atuendo. Con una sonrisa, Alice me dijo que sonriera dado que esta noche sería perfecta. No quería detalles, ni consejos de Rosalie, por lo que terminé de bajar las escaleras y me dirigí al garage, pidiéndole a Adam que me llevara al restaurante donde Michael y yo quedamos de vernos.
Durante el viaje me pregunté si Shakira tenía razón respeto a los autos. Estaba observando al conductor y conducir no parecía tan complicado, solo había que mover el volante, mirar la carretera y pisar los cuadrados negros que están a la altura de los pies. Tal vez podría pedirle al tío Emmett que me enseñara y me ayudara a comprar uno.
Sin darme cuenta, el auto se detuvo delante del restarurante. Una punzada de nervios me atacó antes de despedirme del guardia y decirle que se fuera a casa. Con timidez, me dirigí a la recepción del lugar y un mozo me condujo hacia una mesa. Michael me esperaba y me llevé una agradable sorpresa al verlo. Al igual que yo, él había dejado los suéteres desgastados y las camisetas de Star Wars para reemplazarlas con una camisa celeste y una chaqueta gris oscruro. Como un caballero, elogió mi nuevo estilo y corrió una silla para que pudiera sentarme.
Era inexplicable, pero de alguna forma ambos estábamos nerviosos, las frases sonaban forzadas y el lugar era demasiado elegante para nosotros. Yo no sabía como abordar de forma natural el tema de Shakira, por eso estaba nerviosa y alisaba las arrugas inexistentes de mi falda. ¿Y Michael? Algo lo perturtarba y le impedía mirarme a los ojos, dando la sensación de que sus manos eran más interesantes que yo. Una mesera se nos acercó para tomar nuestra orden. Ella se veía bastante fastidiada, por lo que de forma automática, tomé la carta y vagamente me fijé en los nombres de los platos, completamente incomprensibles para mi. No quería quedar como una ignorante y pedirle a la chica que me explicara de que se trataba cada cosa, aunque ese era su trabajo. Con tranquilidad, oculté mi inseguridad y la disfrace de indecisión, por instinto y azar ordené algo solo porque me gustó nombre.
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Lady Vulturi II
Fanfiction♢CONTINUACIÓN DE LADY VULTURI♢ Jane Vulturi tenía una vida tranquila junto a su hermano gemelo Alec. Cazar, entrenar, divertirse. Solo eso era lo que necesitaba para tolerar el peso de la inmortalidad. La llegada de Benjamín dio un giro radical a su...