ELIZABETH POV
¿Cómo llegué aquí? Estaba en un campo lleno de flores blancas, amarillas, violetas y rosadas, era hermoso pero irreal. Lo último que podía recordar era estar en la habitación de mi hermana, hablando sobre el diario de nuestra madre. Esto no era la habitación de Shakira, ni siquiera creía que aún estuviera en Londres.
Una voz femenina dijo mi nombre y grité sorprendida al voltear y verla. Vestía de negro, como siempre, su cabello rubio estaba suelto, enmarcando su pálido rostro, sus ojos azules brillaban y una pequeña sonrisa adornaba sus labios. Era ella y se veía igual que siempre, como si nada hubiera pasado. Corrí para abrazarla, embriagandome al sentir su inconfundible aroma a rosas. Ella me devolvió el abrazo y acarició mi mejilla.
–No tengo mucho tiempo –susurró y se separó de mi, acunando mi rostro con sus manos pequeñas–. Sé que estás sufriendo, pero no puedes rendirte, debes continuar con tu vida como una persona normal.
–¿Qué es todo esto? ¿Cómo...?
–Elizabeth... Deja de llorar y continúa con tu vida –dijo con su voz autoritaria–. Controla a tu hermana e intenta asegurar su cariño, porque es lo único que tienes en el mundo.
La abracé con fuerza, con miedo a perderla. Debía hacerle caso, pero no quería escucharla, solo quería estar a su lado. Ella se dejo abrazar durante unos instantes, luego, sonrió angelicalmente y me empujó.
Desperté confundida por el sueño y por tener el rostro de Michael tan cerca. Me beso y demore un instante en reaccionar y devolverle el beso.
Michael era dulce y siempre estaba atento a mis necesidades. A pesar de que no lo deseaba, comí algo de lo que el me trajo para desayunar, sé que si no lo hago él se enojara y empezara con sus chantajes. Quiero a Michael, pero a veces siento que es agobiante estar con el, como si su presencia o mis sentimientos hacia él fueran más de lo que puedo soportar. Con una sonrisa le pedí que me dejara sola para poner en orden mis ideas.
Por primera vez en mi vida empuje un mueble para bloquear la puerta. Quería llorar pero sabía que todos empezarían a rodearme para evitar que lo hiciera. Entendía que quisieran mi bienestar, pero necesitaba estar sola y desahogarme como quisiera. Nadie entendía lo que era perder a una madre después de desear tenerla durante muchos años.
Me dejé caer en el suelo, abracé mis piernas y escondí mi rostro entre mis brazos y rodillas. Recordé el sueño de mamá y dejé de llorar. Quiero, pero no puedo seguir así, debo levantarme y empezar a trabajar en la empresa. No me importa perder la herencia, puedo trabajar y ganar dinero, pero sé que a Shakira le molestaría perderla para que Unicef se la quede. Con un suspiro me puse de pie y fui al baño. Luego de unos minutos terminé de hacer mis cosas y me vestí con un traje negro formal, fui a buscar a Shakira a su habitación pero no había rastros de ella.
Estos tres años de conversaciones y viajes esporádicos a Tokio en vacaciones me permitieron conocer a Shakira un poco más. Jamás lo reconocería, pero ella tenía bastantes tocs, algunos eran notorios y otros casi no se notaban. Su departamento era un desastre general a pesar de que la empleada lo limpiara, excepto su armario. A Shakira le encantaba comprar ropa y tenía la habilidad de ordenarla de acuerdo a su función. En mis breves visitas, supe identificar su ropa para ir a una fiesta elegante, para seducir hombres, para estudiar, para hacer ejercicio en casa, para hacer ejercicio al aire libre, para estar en casa sin hacer nada, para salir a pasear sin que la reconocieran, para dormir y para muchas cosas más. De nada servía llamarla o enviarle un mensaje, ella recibía tantas notificaciones por día que aunque pusiera tonos especiales no sabría identificar las notificaciones de los fans y las llamadas de su familia. Si uno quería saber dónde estaba, debía mirar su armario.
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Lady Vulturi II
Fanfiction♢CONTINUACIÓN DE LADY VULTURI♢ Jane Vulturi tenía una vida tranquila junto a su hermano gemelo Alec. Cazar, entrenar, divertirse. Solo eso era lo que necesitaba para tolerar el peso de la inmortalidad. La llegada de Benjamín dio un giro radical a su...