20. Volver a estudiar

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ELIZABETH POV

Hacia cuatro días que todos en la casa descubrieron que soy Elizabeth. Todos parecían seguir con sus rutinas excepto mi abuela, ella se quedaba a mi lado para cuidarme y ayudarme a adaptarme a mi nueva vida. Todo era completamente distinto, como si viviera en otro mundo. Ya no debía preocuparme de nada porque la mansión contaba con empleadas que se encargaban del servicio doméstico. A pesar de que los adultos me pedían con cariño que me quedara quieta y no recogiera la mesa, los más jóvenes reían disimuladamente.

Alice y Rosalie me habían dicho que debía dormir en la habitación de invitados, que era más grande que mi habitación en Egipto, hasta que terminaran de decorar la habitación que estaba frente a la de Shakira y que me correspondia. La ropa era un tormento debido a que mis nuevas y alocadas tías insistían en que debía vestir a la moda como toda Vulturi. Por suerte mi abuela las controlaba y me permitía elegir ropa que se adaptara a mi estilo. También había conocido a Cinna, el estilista de mi madre y hermana, quien se encargó de darme un tratamiento de belleza completo, mucho más riguroso que el que me dio Shakira. Ella había tenido la decencia de dejarme sola mientras que el equipo de Cinna me había desnudado y depilado, ignorando mis protestas, y provocando que me sintiera violada por segunda vez. Lo único bueno que hicieron fue cortar un poco mi cabello, dejandolo más suave y brillante.

Verme al espejo era difícil dado que a veces no me reconocía. Algunas veces me preguntaba si así es como me vería sí hubiera crecido aquí.

Las horas donde la familia se reunía para comer eran una especie de tortura. Shakira se mostraba hostil desde que volvió de Egipto y me vio con su suéter favorito. Durante la primera cena me había sentado a su lado, debido a que ese era mi lugar según Esme, Shakira me había mirado con asco y se había sentado en el otro lado de la mesa, exactamente frente a mi, obligando a Victoria y a Nicolás a intercambiar lugares. No entendía cuál era su problema, ella era la única que me rechazaba, como si mi presencia fuera un error.

Para mi sorpresa, casi todos estaban en la mesa desayunando. Me senté al lado de Nicolás y esperé a que Ingrid me sirviera el desayuno. Miré con un poco de envidia los uniformes de los chicos y deseé volver a estudiar. No me gustaba estar quieta, sin nada que hacer, además de que la idea de pasar otro día siendo la muñeca viviente de Alice y Rosalie no me agradaba. Levanté la mirada de mi plato de comida al sentir a Shakira entrar al comedor.

Su cabello estaba levemente desarreglado, su vestido de lentejuelas estaba un poco arrugado y sus ojos estaban ocultos detrás de unos lentes oscuros. Arruge la nariz al sentir el olor a alcohol que emanaba de ella.

–Que vida la tuya –comentó Nicolás mientras untaba algo de mermelada en su tostada. Shakira sonrió con malicia y se dejó caer al lado de Victoria con elegancia.

–Cuando la bruja no esta, la puta ama se va de fiesta.

Suspiré y me concentré en mi desayuno, tratando de ignorar las conversaciones a mi alrededor.

–¿Estás bien pequeña? –preguntó Esme suavemente y sonreí.

–Si, estoy bien abuela –vi de reojo a Shakira haciendo una mueca de disgusto y me encogí de hombros.

–Buenos días y provecho para todo el mundo –todos nos dimos vuelta y observamos como Alec y Jane entraban al comedor. Renesmee fue a saludar a su esposo y Jane se sentó a mi lado, regalandome una sonrisa cálida que devolví tímidamente.

–¿Te enloqueció mucho? –señaló a Alice y negué con la cabeza– Eso es bueno. Hoy haremos algo que quizás te agrade –arrugó la nariz y alzó una ceja al ver a Shakira–. Es martes y se supone que debes ir al colegio, ¿por qué no tienes el uniforme puesto?

Lady Vulturi IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora