Re: Destiny

Capítulo 55: Búsqueda y rescate

Descansamos un momento mientras esperamos a que tanto nuestra energía como las cargas de mi arma se recuperaran. Además aprovechamos para ver, e intentar comprender, lo que acabábamos de hacer.

Contra un monstruo como el Roc Jefe, lo normal sería enfrentarlo con al menos 5 o 6 peleadores en la misma etapa de Emy para asegurar una victoria, debido a que la mejora de cada rango de etapas a la siguiente, como en este caso de Designio a Evolución, es siempre sustancial y genera una diferencia enorme de poder. Si lo dejamos en comparación a aventureros comunes de rango medio-bajo, en el rango "Camino", unos 30 apenas serían suficientes.

Emy se sentía realmente satisfecha con su trabajo cuando le expliqué la situación, aunque era mi primera vez pensándolo de esa forma así que también estaba algo sorprendido. Incluso si apenas conocía su propio potencial, sus habilidades o siquiera su poder total, se las arregló para mantener una lucha 1 a 1 contra un monstruo 3 etapas superior, en Primera Evolución, el suficiente tiempo para poder idear un ataque decisivo. No parecía entender su logro al terminar el combate, pero la motivación al saberlo se hizo evidente en su rostro.

Luego de eso, volví a buscar a Yuki, que había quedado a una distancia prudente, con la misión de protegernos en caso de que algún otro monstruo hubiese querido emboscarnos.

Yuki también era fuerte por sí mismo y no tenía problemas en derrotar monstruos, pero como su crianza era la de una montura solo peleaba contra monstruos que estaba confiado en derrotar y, en caso contrario, normalmente volaba a una distancia segura o avisaba del peligro. En cualquier caso, más pronto que tarde tendría que dedicarme a su entrenamiento, pero aun busco alternativas de comunicación para ello.

...

Nuestro viaje continuó mientras recorriamos las ciudades humanas cercanas, intentando recolectar la mayor cantidad de información en el menor tiempo posible.

Cuando estábamos casi por llegar a Repen, la ciudad más cercana a la capital real de Haw'Perd, ocurrió algo que terminaría por desviar casi por completo nuestro camino.

[... al..guien... ayuda... a..uda... po..favor] Escuché una débil voz a la distancia.

- Emy, ¿escuchaste algo? - Pregunté para estar seguro.
- No, maestro, pero hay personas cerca... hacía allá. - Apuntando al oeste en dirección al camino principal.
- Si, lo noté... Quédate cerca y se cuidadosa, pero si ves a alguien en problemas...
- Claro, maestro, estaré atenta. - Ya sabía como tendría que actuar.

Nos acercamos con cautela y a la distancia vimos 4 carruajes en total que iban en dirección a Repen. En una análisis rápido, pudimos contar 30 personas, entre ellos, 12 mercenarios haciendo de guardias y 4 de cocheros. El resto estaban dentro de los carruajes.

[A...yuda... por favor...] Seguía escuchando una y otra vez la misma débil voz en mi cabeza. Entre más cerca estaba, más claramente podía oírla, pero la fuerza de la voz no cambiaba.

Dí un rodeo y me situé en el camino por delante de ellos.

- Estén alertas... Hay alguien adelante. - Anunció uno de los guardias. Tenía mejorada mi audición para estar alerta a cualquier problema.
- ¡Oye niño! ¿Que haces solo en este lugar? Apártate. - Me gritó finalmente mientras detenía el carruaje a una distancia prudente.
- Ah, lo siento... Voy camino a Repen. ¿Ustedes saben cuánto falta? - Pregunté para tratar de acercarme a ellos y tratando de parecer indefenso.
- Espera... es solo un niño... ¿Un dryakan? - Comentó otro de los guardias.
- ¿Dryakan...? - Escuché desde el interior del carruaje más costoso - ¿¡Qué está pasando!? ¿¡Por qué se detienen!? - Apareció de pronto un hombre obeso, con buena vestimenta y variada joyería de valor.
- Lo siento, señor, este niño estaba en el camino. - Le respondió quien parecía ser el líder de los mercenarios. - Oye chico, muévete, necesitamos avanzar.
- Ah, claro... no hay problema... - Me aparté ligeramente hacia el lado del camino.
- Espera... ¿Un dryakan... - Me habló el humano obeso. - ...Blanco? - Susurró, pero pude oírlo casi a la perfección.
- Ah, sí... Solo est- No alcancé a decir mucho más.
- ¡Atrápenlo! ¡Vayan por él! - Su cara de avaricia fui suficiente para saber el tipo de persona que era.