Capítulo 64: Aliados

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Desde hace un tiempo a esta parte había estado batallando por encontrar alguna forma para poder volar. En un principio intenté hacer algo similar a propulsores con magia, pero el problema es que necesitaba calcular en tiempo real la cantidad precisa de energía a utilizar. No era demasiado complicado para cosas simples, pero si se me ocurría disparar o realizar hechizos poderosos con alguna clase de retroceso, que son gran parte de los hechizos más fuertes, la estabilidad se veía afectada terriblemente. 

[Y ni hablar de usarlo en combate real...] Mientras recordaba la práctica donde hice un disparo mientras estaba en el aire y terminé incrustado en un árbol.

Con todos estos contras, entendí porque incluso los magos de viento no desarrollaban este tipo de habilidad. Pero no planeaba rendirme así como así.

Aunque siempre existía la opción de crear plataformas o "tomarme" con magia para moverme a voluntad, las limitaciones eran mucho mayores o la efectividad era demasiado baja y buscaba algo que pudiera controlar con cierto nivel de dificultad pero que tuviera un potencial mucho mayor.

Lo primero que hice fue preguntarle a Xin sobre su habilidad de vuelo, para poder escribir los caracteres que necesitaba de la habilidad, pero desafortunadamente incluso cuando no tuvo problemas en dejarme copiar, la habilidad en especifico mencionaba en varias partes el uso de "alas" como una parte del cuerpo. Con Emy la situación no era diferente y sus alas solo estaban ocultas la mayor parte del tiempo, pero seguían siendo naturales.

Intenté crear variedad de alas con distintos materiales esperando que fuera suficiente, pero desafortunadamente ese tipo de habilidad es innata en los seres alados y no funcionó como esperaba. No era una opción para mi.

No tenía muchas más opciones que ir por la opción difícil, pensé, pero Xin me recomendó ir a hablar con Nifa.

- ¡Oh! Buenas, Zeit. - Me vió mientras la buscaba en los terrenos de práctica.
- Ni hao, Nifa-senpai - Saludé de la manera más extraña que recordaba.
- ¿Qué? - Su cara fue impagable.
- Jajaja nada nada... Tengo un problema y Xin me envió a hablar contigo.
- Ah, ya veo... ¿Sobre qué? ¿Algún arma? ¿Estrategias? - Sin dudas, eran temas que le apasionaban.
- Algo así... Necesito volar, pero estoy teniendo problemas para encontrar la mejor forma.
- Jajajaja por supuesto, no tienes alas... Aun me sorprende que seas capaz de elevarte de la forma que lo haces.
- Haa~ ese es precisamente el problema... La forma en que puedo elevarme tiene varios contras y necesito algo más... "natural"...
- No estoy seguro de que eso sea posible... ¿Que buscas exactamente?

- ¿Honestamente? No estoy seguro, pero necesito algo que pueda controlar de manera integral y no solo por partes... - Qué era lo que había estado haciendo, pero tomaba una buena parte de concentración que podría ocupar para otras cosas.
- Explícate.

Luego de una pequeña explicación de las funciones de mi abrigo para que conociera lo que hacía, entendió lo que buscaba.

- Ya veo... Suena complicado, pero creo saber porque Xin te envió a hablar conmigo...
- ¿De verdad? ¿Puedes ayudarme?
- Puedo mostrarte, pero no enseñarte a usarla...

Nifa me contó que una de las arpías de su hogar había nacido con serios problemas en sus alas lo que le imposibilitó volar desde el principio. Lo normal era que las arpías con tales problemas murieran jóvenes en batalla o, en el peor de los casos, fuera abandonada en algún lugar si es que la reina de turno así lo ordenaba.

La arpía que Nifa mencionó no se rindió y continuó practicando cualquier forma posible que pudiera encontrar para volar como sus hermanas. Durante muchos años no tuvo éxito, pero cierto día simplemente se encerró y no se le veía fuera más que para buscar comida. Varios años pasaron de esa forma y un día, sin que nadie lo esperara, salió de su encierro desplegando sus dañadas alas y elevándose al cielo.

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