Capítulo 93: Alianza

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Reino Nemyth, ciudad del Dios Dragón.

Ein y Zwei se habían transportado al punto más cercano a la primera ciudad en su recorrido, una ruina a unos 200 kilómetros de distancia. Aunque ya podían volar por sí mismos al igual que sus amigos dryakan, era un método que gastaba importantes porciones de energía que debían aprovechar al máximo, por lo que habían conseguido sus propios grifos poco después del ataque en el coliseo. Recorrer tal distancia no iba a ser un problema.

La ciudad del Dios Dragón era una de las ciudades fronterizas del Reino Nemyth más prósperas debido a una ruta directa hacia Azuba, reino humano del oeste situado al norte de Nemyth, que atravesaba parcialmente las montañas Elementales.

Pese a que Zeit y Zekir no lograron convencer al reino de unirse en la alianza debido a cientos de años de historia entre ellos y el imperio humano Alware, varias pequeños grupos esparcidos, tanto por el reino como por el resto del continente, decidieron apoyar y unirse a esta causa.

No eran grupos demasiado grandes, apenas eran 20 o 30 nemyths de cada ciudad o aldea los que estaban dispuestos a pelear y solamente de aquellos con quienes alguno de los jóvenes se vio involucrado directamente o que sufrieron de los ataques.

Por supuesto, varios habían comenzado su entrenamiento con el método de Zeit hacía tiempo y, aunque nunca se les pidió guardar el secreto, de todos modos eran reservados cuando se trataba de explicar el aumento repentino de su fuerza.

Incluso cuando los gemelos se presentaron a sus puertas, los nemyths seguían en sus labores cotidianas sin prestarles demasiada atención pero completamente cautelosos ante su presencia. Además, Ein llamaba particularmente la atención por sus prótesis.

Cuando finalmente los hermanos preguntaron por la alianza, 6 de los más poderosos luchadores se presentaron casi como si hubiesen estado pendiente de ellos desde el principio. Sacaron garras y dientes para enfrentar a los extraños que preguntaban por tan delicado asunto, aunque sin revelar nada.

- ¿¡Quiénes son ustedes!? - Preguntó de manera agresiva Iget, el líder de los combatientes.

Los 6 nemyth que encararon a los gemelos eran de gran tamaño, incluidas las mujeres, casi el triple que los pequeños goblins, pero para estos jóvenes no eran más que meros aprendices. Solo 20 de ellos no presentarían un problema.

- Los saludamos con humildad, guerreros - Respondió Ein con el mismo saludo de los dryakans, mientras Zwei solo hacía el gesto de V con sus dedos, ladeando ligeramente su cabeza. - Mi nombre es Ein y él es mi hermano Zwei.

- ¿Qué es lo que buscan, mocosos? - Con atención a cada movimiento de los pequeños.

- Como ya mencioné, venimos en busca de los nemyth que se convirtieron en aliados de nuestros compañeros.

- ... ¿Y quienes serían tus compañeros? - Preguntó en tono de burla.

- Son unos dryakan más o menos de nuestro tamaño - Señalando con su mano a la altura de su cabeza, con completo relajo. - Zeit o Zekir tuvieron que haber hablado con ustedes...

- No sé de qué o de quiénes estás hablando - Apuntando de pronto sus garras a los jóvenes, con total intención de atacar. - Si no tienen más asuntos en nuestra ciudad, ¡lárguense de acá!

- Haaa~ - A Ein le agotaba tener que dar tantas explicaciones - ¿Ustedes ya están en el punto de al menos sentir mas o menos la energía de los otros verdad?

- ¿Eh? - Entendían de lo que hablaba, pero habían muchas dudas en sus cabezas sobre tal pregunta y no supieron como reaccionar - Tu... - Apunto de entrar en modo de combate.

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