Capítulo 26

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Ya de regreso a casa me quité mi ropa llena de hollín y me di un baño

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Ya de regreso a casa me quité mi ropa llena de hollín y me di un baño. Mi madre celebró nuestro éxito con creces, regodeándose por haber destruido a nuestros enemigos.

Me duché, dejando un rastro de cenizas que se perdió por la rejilla. Sin embargo, al intentar dormir no pude hacerlo. Las razones eran algo obvias: la primera, mi cama no estaba amplomada; la segunda, la profunda tristeza de Susana al ver cómo su casa se quemaba. «Ella se lo buscó» intenté convencerme, sin éxito.

A la mañana siguiente desperté con un apetito voraz y una gran sonrisa. Por fin, podría desconectarme de los asuntos de Clarissa por un tiempo. Saqué mi teléfono y comencé a mirar las noticias. El escándalo de Kissa aún estaba en boca de todos; el funeral de la joven Alissa se había convertido en el evento del año. Por otra parte, un joven actor había prohijado a un clon, que ya causaba furor en las redes.

Cuando Gerard, el abogado de mi tío Stuart, me invitó a darle un último adiós, supe que no podría hacerlo. La escena de su corazón fuera de su pecho se repetía una y otra y otra vez en mi cabeza. Incapaz seguir adelante, me decidí por darle yo mismo la despedida en un ritual que esperaba que no resultara baldonante. Recolecté todas sus cosas: un viejo acordeón, su corbata favorita, un cinto que me había regalado para mi cumpleaños y la cadenita que colgaba de su cuello al momento que lo vi morir y que ahora coronaba el mío. Observé por segunda vez la inscripción.

Agente: F471 - EEUU

Algo en mí me decía que no podría honrarlo si no descubría de qué se trataba aquel mensaje. Dejé de preocuparme por mantener silencio con mi madre acerca del tema, pero necesitaba una respuesta inmediata. Mas cuando la inquirí, su respuesta me dejó impávido.

—No tengo idea de lo que será —al ver mi expresión de incredulidad, insistió—, en serio. Si lo supiera, no dudes en que te lo diría.

Abrí el ordenador y comencé a buscar información. En algunas páginas, el acceso era tan restringido que enviaron un par de virus a mi laptop, los cuales no habrían sido detenidos de no ser por nuestro infalible cortafuegos.

Tras unas horas de búsqueda, registré cuatro importantes pistas que podrían desembocar en un sinnúmero de lugares y agencias distintos:

a- Había 6.471 agentes como mínimo además de él en la agencia, lo cual derivaba en la segunda conclusión:

b- El grupo debía ser de alcance internacional, de ahí la gran cantidad de agentes.

c- Sus tareas no eran muy simples y requerían gran esfuerzo físico, lo cual se reflejaba en el inconmensurable entrenamiento de mi tío.

d- Si ninguno de nosotros sabía nada sobre eso era porque se trataba de un trabajo secreto, ya fuera una actividad demasiado legal o lo opuesto.

THEMMA © [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora