Capítulo 104

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No me era posible estar en mis cabales tras tremenda noticia

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No me era posible estar en mis cabales tras tremenda noticia. No podría recriminárselo tampoco a nadie; los médicos siempre realizan su mayor esfuerzo. Sin embargo, sí que podría pedirle explicaciones a Nemo en nombre de toda la ANJ. Por ahora, me conformaría con sonsacarle información a la encargada.

—¡¿Cómo dices?! —mi voz debió sonar demasiado fuerte por el auricular, a juzgar por el suave quejido que la joven emitió al recibir mi respuesta—. Lo siento —me arrepentí—, no soy capaz de controlarme.

—Está bien, de todos modos, estoy acostumbrada a ello —confesó ella, conciliadora.

—¿Estás segura de que es mi madre la que ha muerto?

—Me temo decirte que un error así sería imperdonable tanto para nuestros clientes como para el jefe.

Touché —fue mi única y desconsolada contestación.

—¿Te puedo servir en algo más, tesoro? —esta vez, su tesoro era más empático que romántico.

—¿De qué murió? —le inquirí, a quemarropa

—Un Accidente Cerebro-Vascular, más conocido como ACV, producto de un accidente. Si quieres, puedes consultar el parte de defunción y leer la necrológica tú mismo.

—No es necesario. No quisiera despedirme de un cadáver. Prefiero mantener viva su antigua imagen en la memoria.

—¿Acaso hay alguna más reciente?

—Digamos que sí. Demasiado descarrilada. Algo así como un nuevo trabajo —confesé, sin querer dar demasiados detalles.

—Lo siento, muchacho. ¿Necesitas algo más?

Su voz se parecía más a la de una vendedora mañosa que a la de una recepcionista preocupada.

—Quisiera saber cuánto tiempo ha estado allí sin que yo me entere —le espeté, fulminando a Nemo con la mirada, el cual tenía la suya perdida en la nada.

—Ingresó al recinto unos cinco días atrás. Había presentado mareos fuertes y hasta un sangrado de la nariz. Un problema de presión. Nada más grave que eso, según lo que ella misma quiso hacernos creer. El sector de urgencias la derivó a un especialista para que le realizara una endoscopía y, ¿adivina qué? Descubrió que un vaso sanguíneo acababa de estallar y la situación era muy grave. La bala había afectado bastante a su cerebro.

—¿Bala? ¿Acaso ella había recibido una?

—Ingresó a la clínica por esa razón. Una ambulancia la trasportó hacia allí al poco tiempo que se contactaron con nosotros. Disculpa, había omitido ese detalle.

THEMMA © [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora