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¿Notas?
Do, Re, Mi....

¿Claves?
Sol, Fa...

Tantos factores que analizar en una sola melodía...
Son cosas muy importantes, pero nadie les presta atención.

La tarde pasa tan lenta, y la noche aparece tan oscura.

Pero al parecer un brillo de luz decidió aparecer al escuchar aquellos factores unidos, aquel rallito de alegría se presentó en este lugar, colgando de nuevo sus pies de aquel columpio.

La calma, la conciencia de sus movimientos, de cada uno de sus músculos, la presencia de cada una de las perfectas partes de su cuerpo...Solo ellos dos, como si el mundo no existiesen para nadie más.

Uno bailaba delicadamente mientras el otro acariciaba las teclas con la misma delicadeza, sabiendo que ambos se complementan, sabiendo que ya no son dos hombres, si no una sola gota, esa que comienza con la tormenta, esa gota que hace que desborde el baso, esa con la que empieza, y termina un llanto...

-' Moonchild, you shine.'

Tras aquella noche en la que cada cuál tubo su placer, escondido en su propio mundo, resplandeciendo a cada luciérnaga que se dignaba a cruzarse con ellos, llega la hora de volver a la rutina...

07:00 a.m - Levantar de la cama.
07:15 a.m - Preparar el desayuno y tomarlo.
07:30 a.m - Recoger el lugar y limpiar.
07:45 a.m - Tomar una ducha.
07:57 a.m - Park

El timbre esta vez no sonó, al parecer esta vez no había llegado.

¿Donde estás?

No hubo ningún momento en el que se dignara a aparecer en la larga mañana.
Hoy es fin de mes, lo que quiere decir que mañana será el comienzo de un nuevo periodo, de una nueva época, de un nuevo inicio.

Tardó un tiempo, pero al fin logré ver al rubio salir de su hogar. Sus ojos tenían un color rojizo, sus muñecas estaban tapadas por completo, su cabello estaba revuelto, sus lágrimas aún eran visibles...

Bajé las escaleras hasta encontrarme con el mismo infierno ante mis ojos.

- ¿Qué ha sucedido, Park? - dije en un tono preocupado, pero en voz baja para no ser escuchado por aquel chico de mirada perdida.
No se atrevía a tocar el timbre, por lo que bajó la mirada y comenzó a sollozar en completo silencio.
Esa escena partiría el corazón a cualquiera que lo estuviese presenciando, pero ese no es mi caso. Sin antes haber avisado, entre sollozos, respiraciones y palabras entrecortada, comenzó a hablar.

- YoonGi, lo lamento. Te prometí que no volvería a hacerlo, yo...

Comenzó a sollozar con gran fuerza mientras apoyaba la espalda en la entrada.
No había entendido nada pero, para mi sorpresa, como si lo hubiese oído siguió hablando.

- Se que no me comprendes. La.lamento no haber podido más, pero tú no estabas conmigo, Hyung.

-¡YoonGi Hyung, sálvame!

- Tu no estabas allí para protegerme...

-'Capítulo 10. El llanto de un ángel.'

Memorias de un idiota «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora