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Un mes

Ese es el tiempo que ha pasado desde que un enano de mejillas rellenas y rubios cabellos llegó a mi vida sin el aviso de nadie.
Las reformas siguen en pie en su hogar, y cada hora que pasa se hace más frecuente mirar por la ventana y encontrarse con ese extraño, al que ahora doy el nombre de Kim SeokJin, paseándose de un lugar a otro.

Esta mañana pude abrir los ojos en paz, sin poder apenas recordar lo pasado en la madrugada de este mismo día, tan sólo recuerdo haber cerrado por un segundo los ojos en el sofá, y después despertar en mi suave cama.

Bostezando, me levanté sin ganas de la cómoda cama, siguiendo las órdenes del despertador que pronto apagué.

-"Moonchild, you shine." - canté aquello en un tono bajo, y mientras la melodía desaparecía, mi cuerpo se coloca en forma vertical para comenzar a caminar hasta mi próximo destino.

Aparté el sueño restante con una gratificante ducha, con esos chorros de agua que masajean aquellos puntos magníficos para el cuerpo...
Una toalla descansaba al salir del paraíso en mi cintura, mientras otra se coloca sobre mis hombros tras secar brevemente mi oscuro cabello.
Es cierto que estaba algo largo, pero últimamente no me podía negar a aquel riesgo para mi, aquello de enseñar mi complejo a cierto vecino que tantas visitas me hace diariamente....no era una cosa que pensara hacer pronto.

-Buenos días, Holly. - saludé a la bola de pelo poco antes de adentrarme en la cocina y servirle su desayuno en el pequeño cuenco de la entrada - Aquí tienes. - aquella asquerosa mueca volvió a aparecer cuando al rato dejó su cuenco totalmente vacío y mi mano fue lamida en forma de agradecimiento por el pequeño animal que parecía bastante animado. - Que asco...no hagas eso jamás, Bola de pelo, ¿entendiste?

Es inútil que le hables a un perro, lo único que hará será ladrar y mover su cola feliz, lamer los restos de su comida canina en cuestión de segundos para seguir deambulando por la gran casa y terminar durmiendo en mi cama de matrimonio como si solo fuese suya.

Solté un agradable suspiro antes de terminar mi rutina matutina y dar comienzo a una relajada sesión de trabajo.

Oh... Bueno, esa era mi intención.

7:57_am

-¡Buenos días, YoonGi Hyung!

Y ahí estaba aquél hombre que no me dejaba realizar correctamente mi trabajo, a pesar de no ser una molestia.

-¿Y esta fea manía de desaparecer...?-su voz volvía a parecer cansada, pero tenía razón, quizás este era uno de esos días de recordar el pasado, y como si me hubiese escuchado, sus labios se movieron al compás del libro cerrado entre sus manos.

-"Y quien diría,
quién diría que ha pasado tanto desde que sentí tu tacto.
Nadie sabía lo que dolería no tener tu aroma en la almohada.
Todos esperábamos encontrar a esa persona...
Quién diría que fuiste tú aquella que dejó la vista clavada en la mía.

Nadie sabía lo que lograría sentir por tu culpa,
nadie esperaba que fuese yo el que cambiaría por tus labios.
No importaba el "quien diría".

De todas formas,
nuestra opinión era la única que importaba"

Mis ojos se cerraron lentamente y una leve sonrisa apareció en mi rostro.

De nuevo columpiándose en el columpio, dejando arrastrar sus pies que apenas logran tocar el suelo, al igual, con un libro entre manos que tan conocido se nos hace.

Allí andaban sus pies descalzos, colgados de un triste columpio, descuidado y olvidado...al igual que algunos de los sentimientos que ambos guardamos.

La libreta de oscura portada vuelve a hacerse presente en mi vida.
Ya no tan vacía, ya no falta el sentido de ella misma.
Más bien, ahora está repleta de sentimientos reprimidos,
quizás por ello sellados bajo las tapas de mi oscuro libro.

Quizás por eso aquel día vestía a juego con la portada...

-'Capítulo 32. Pasados los días. '

Memorias de un idiota «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora