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El día anterior se encontraba borroso en mi memoria, lo único que recordaba fueron los momentos antes de dejarme ganar ante la dulce voz de Park, el que comenzó a dar caricias en mi cabello, esperando a que bajase la fiebre de mi cuerpo.

En la noche, cuando desperté al bajar mi fiebre y al ser menor el dolor de cabeza, ambos cenamos un pequeño plato de arroz blanco, ya que al menor le daba miedo que pudiese sentarme mal. Puso la escusa de que debería comer algo liviano para poner mejorar...sin embargo, todos sabemos que lo que realmente pasaba es que la cocina no era lo suyo.

Tras la cena, la cual transcurrió entre agradables y triviales conversaciones. Siempre acaban entre risas, o al menos lo hicieron hasta que el sueño fue demasiado.

Aquello era lo único que recordaba de aquel día de la última semana de julio y...bueno, hoy estaba siendo un buen día.

Al menos eso es lo que pensé al despertar con leves caricias por todo mi estómago que, aunque suene raro, es algo que simplemente puede conmigo.

Siempre lo hará.

-YoonGi Hyung... - las caricias pararon por unos segundos, tras ellos, se trasladaron al cabello de mi nuca, lo que me hizo cerrar los ojos por el placer- Cuando nos fuimos estabas bien, incluso Hobi Hyung me contó que se quedó después de traer a Holly y que cenasteis juntos... ¿Qué es lo que pasó?

Al escuchar aquella pregunta mis labios se juntaron en una fina línea en forma de una mueca en desaprobación.

-Tuve una pesadilla, nada más. - le resté importancia al asunto, pero el rubio no pareció tomarlo de la misma manera. Su ceño se frunció levemente, lo que me obligó a poner uno de mis dedos en su pequeña frente, eliminando todo rastro en sus cejas unidas.-Si haces eso te saldrán arrugas.

Leves sonrisas fueron las que volvieron a envolvernos en un agradable ambiente, con mi espalda pegada a su pecho, situado entre sus musculosas piernas de bailarín. Las caricias continuaron por unos minutos, pero era obvio que el menor no dejaría el tema a la ligera.

-¿Podrías...contarme tu sueño?

Juro que lo pensé como hacía tiempo que no lo hacía. No fuero una, ni dos veces, como se suele decir. Fueron cientas, y no sólo por la pesadilla de la noche anterior, sino por todas las que tengl cada vez que mi pecho se contrae.

-Yo...

-Tranquilo, Hyung. -no pude verlo, pero sabía de sobra que una pequeña sonrisa se había colado en sus labios-No te juzgaré en nada, tan solo quiero ayudarte.

Suspiré varias veces antes de contestar, en realidad eso lo hacía más por JiMin que por mi. O quizás lo hacía por los dos... Yo por necesitar alguien en quien sostenerme y él por apartar aquella duda que llevaba en su cabeza por un tiempo.

-Yo...soñé con dos chicos, no tendrían más de diecisiete. - mordí mi labio inferior al recordar la terrible pesadilla, tratando de controlar mi propia voz. - Uno de ellos estaba...él, e.ese chico trato de... - no pude retener un pequeño sollozo. Por lo que tuve que detener mis palabras, tapando mi boca en el proceso para no hacerlo demasiado obvio.

No está de más decir que Park me dió un pequeño apretón antes de girarme sobre mi eje para quedar de frente, con mi cabeza en su pequeño pecho y sus brazos rodeándome con fuerza, pero sobretodo cariño.

No tardé demasiado en seguir relatando el sueño, esta vez dejando a ese pequeño yo que creía por muerto salir sin miedo de ser pisoteado nuevamente.

-Él trató de suicidarse con pastillas para dormir y relajantes musculares, pe.pero el otro llegó y...-nuevamente un sollozo salió por mis labios- le hizo vomitar. Di.Dios, JiMin. Sé veía ta.tan roto...decía que quería morir, que to.todo el mundo le tenía miedo, y yo...me dolió tanto.

Tras por fin poder terminar de relatar mi horrible sueño, hipidos se escucharon en la sala.

Pero no eran los míos.

-Jiminnie...¿Por qué lloras? - sin darme cuenta ya me encontraba limpiando las pequeñas gotas que resbalaban por las mejillas de Park, ya no eran las mias las que importaban. - N.no llores...por favor, no.

Algo se rompió en mi ese día,
y lo hizo tan profundo que nisquiera logré encontrar el fondo.

Nuevamente vi a aquel ángel romperse frente a mi, pero esta vez no fue una extraña coincidencia, no fue causa de la lluvia...
Fue únicamente mi culpa.

Una pequeña sonrisa se coló por sus labios antes de sorber sus pequeña nariz.

-Debió ser horrible, Yoonnie.

-'Capítulo 129.Pesadillas de dos.'

Memorias de un idiota «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora