117

67 6 10
                                    

Una ducha rápida tras una cena ligera es lo que me hizo llegar hasta mi cómoda cama como un ligero sopló de viento en la oscura noche.

Había sido un día largo. Para ser sinceros, había tratado de hacer algo de deporte para eliminar mi masa sobrante, pero deportes y Min YoonGi son dos cosas que no van juntas...eso es algo que hace poco había descubierto, y no de la mejor manera... Tras unos pocos minutos de puro cardio, yo ya me encontraba agitado, tanto como para necesitar tomar asiento a los pocos segundos de detenerme por completo.

Por ello y por algunas cosas más, el sueño había llegado pronto a mi, por lo que me acosté sobre las diez de la noche sobre mi querida cama, acurrucado con ropa ancha y cómoda junto a mi querido Holly.

El aire acondicionado estuvo encendido hasta lo que mi memoria alcanza, lo que no es mucho, pues lo cierto es que no tardé demasiado en caer en los brazos de Morfeo.

Pensé que había sido parte de un sueño, sin embargo, era demasiado real como para poder tratarse de una simple ilusión en la noche.

La puerta principal fue abierta al introducir la clave yno muy ruidosos pasos se escucharon antes de escuchar como esta se volvía a cerrar. Al parecer alguien había entrado en mi hogar, pero estaba tan cansado que ni siquiera pude abrir los ojos para revisar que todo estuviese bien.

De nuevo, ligeros pasos se escucharon en los pasillos, los mismos se acercaron hacia mi habitación...a mi cama, para ser más concretos.

No hubieron palabras de su parte, pero yo ya tenía muy claro de quién se trataba.

Tan solo su aroma me hacía relajarme de sobremanera.

Con delicadeza se posó sobre la cama, el mismo lugar donde el aire acondicionado fue subido unos cuantos grados más, el mismo en el que noté como sus fuertes brazos me rodeaban desde  espalda.

En aquel momento no pude, pero en cuanto logré abrir los ojos me giré sobre mí eje perezosamente.

-Yoonnie... ¿Estás despierto? - aquellas palabras fueron susurradas en mi oído y, por alguna razón, aquello me hizo aferrarme a la camisa contraria con desesperación.

Había esperado este momento por días enteros y finalmente había llegado.

Leves caricias fueron pasando por el recorrido de mi cabello, mejillas y cuello. Siendo mis mejillas las más importantes y frecuentes entre las tres.

-Gatito...te seré sincero, te voy a echar mucho de menos allí.

Suspiros se escucharon de su parte mientras las caricias no paraban, una tras otra, al menos hasta que calleron en mi mandíbula. En aquel lugar fue donde su pequeño pulgar acarició con cuidado mis labios entre abiertos.

-Si fuera por mi...te llevaría conmigo, a donde quisiera que fuese. - nuevamente un suspiro se escuchó, aunque esta vez chocó contra mi rostro- Te he echado mucho de menos, mi Yoonnie.

Los suaves e inocentes toques por su parte continuaron por lo que parecieron segundos, pero en realidad habían sido horas.

-Gatito... ¿Sigues dormido?

La única respuesta que pudo obtener fue un pequeño ronquido de mi parte. Cuando el menor hizo aquella pregunta, yo me encontraba enterrado en la corbatura de su cuello mientras que mis manos estaban donde debería estar su corazón.

Cada respiración, cada suspiro, cada latido...éramos solo uno.

-"Eres una obra de arte.

Deberías estar en un museo,
soy consciente de ello,
pero también sé que soy celoso.

Eres una obra de arte.
Mi obra de arte.

Deberías está en el más prestigioso de los museos.
Pero en mi vida es el único sitio donde te quiero.

Eres el único al que quiero."

Su suave voz había recitado los versos suavemente sobre mi piel, de esa manera se me erizó el cabello. De la misma forma, a cada palabra, el aire chocaba con mis labios, sacándome escalofríos por su caliente respiración contra mi frío cuerpo.

-Hyung, yo...espero que no estés realmente dormido.

No entendí aquellas palabras.

Realmente estaba dormido, tan profundamente que podría jurar que no podría despertar en ese momento, siquiera mover mi cuerpo a consciencia.

No entendí aquella palabras...o al menos no lo hice hasta sentir aquella respiración demasiado cerca.

Un simple roce.

Un simple roce de nuestros labios había sido suficiente como para reconocer aquel sentimiento nuevamente en mi pecho.

No podía, pero quería despertar, por muy confuso que pudiera ser...solo quería volver a sentir el calor invadirme de esa forma.

-Buenas noches...Gatito.

-'Capítulo 117.Museo celoso.'

Memorias de un idiota «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora