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Me sorprendí bastante cuando, tras dos horas, el supuesto paseo de Park con mi alimaña había terminado con su recorrido, de nuevo, en la puerta de mi hogar.

"-¡Lo lamento señor Hyung! Holly y yo fuimos a una cafetería donde hay otros perros y merendamos juntos...¿no es cierto, Holly? - dijo aquello último acariciando el pelaje del nombrado."
Esas fueron sus palabras cuando yo tan solo solté un bufido gracioso en afirmación. Sinceramente caí en cuenta de lo absurdo que había sonado cuando el menor dejó salir una tierna risa.

En ese momento encontré un poco de aquel extraño sentimiento que llamáis "felicidad", pero claro, por la mañana todo cambió. Cuando, al despertar, la pequeña bola de pelo rascaba la puerta con intenciones de salir.

-¡Min Holly! - dije aquello casi en un grito asfixiado, mientras recogía al pequeño animal del suelo-Vas a romper la puerta, idiota. - bufé antes de notar como lamidas eran repartidas por mi rostro- Basta, Holly. - pero el bicho seguía...- ¡Yah, basta! - sin duda, fue un momento raro, hacía tiempo que no escuchaba ese sonido extraño...

Hacia mucho que no escuchaba mi risa.

Para mi desgracia, como si la tostada hubiese caído boca a bajo en un césped infectado de lombrices, una conocida risa para mí se hizo presente al otro lado de la puerta. A su vez, haciendo que el perro de mi lado comenzase a ladrar, moviendo su cola de un lado a otro.

-¡YoonGi Hyung! - genial, ¿cierto? Ahora me veía obligado a abrir la puerta - ¡Señor Hyung! - la nombrada comenzó a recibir pequeños y emocionados golpes por parte del rubio al otro lado.
Me hizo desquiciar, hasta el punto de no controlar algunos de mis impulsos y abrir la puerta con el perro aún entre mis brazos.

-Park...

-YoonGi Hyung, quería preguntarle...es decir, quería preguntarte si podría salir con Holly hoy también - sus ojos tenían un sutil pero deslumbrante brillo que, obviamente me hizo aceptar de inmediato.

Cuando dejé al animal en sus brazos, lo primero que se me vino a la mente fue bajar la mirada y rascar mi nuca. Era casi como un tic nervioso.

-Señor Hyung... - levanté la mirada, encontrándome con una linda sonrisa del rubio- Deberías reírte más a menudo.

Park siguió su camino poco después, dejándome en el mismo lugar en el que hace tan sólo unos segundos mis mejillas habían empezado a harder a fuego lento.

-¿Qué narices te pasa, Min YoonGi...? - me reproché aquello a mi mismo.

Tras ese extraño momento, cerré la puerta para comenzar a - casi- correr por la libreta de portada oscura, tomando asiento poco después para comenzar con una gran inspiración que vino a mi mente de alguna forma.
No sin antes escuchar su voz tras la puerta opaca.

-"Puede que hoy las nubes tapen nuestra luz,
puede que las luces no dejen ver a la estrellas,
quizás la lluvia no deja ver nada más lejos de la tormenta,
quizás mis ojos no son suficiente para ver lo que siento por tí.

Porque...sí, mi idiota.

Puede que tu luz me dejara ciego"

-'Capítulo 23. Canino entrometido.'

Memorias de un idiota «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora