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El día anterior acabó de forma rápida tras haberse marchado la familia Park para visitar la ciudad. JiMin llegó a poco más de media noche a mi hogar, donde pasó la noche, actuado como la cuchara grande en la demasiado grande cama.

Hoy sería un día más movido según el menor, y parecía ser cierto, pues nada más despertar me encontré con el señor Park en mi salón.

-Lamento no haberme preparado físicamente para sus visitas dos días seguidos... - me disculpé con el hombre de mayor edad, haciendo una reverencia acorde a su posición.- Si me da un minuto me arreglaré todo lo que pueda.

Sin embargo, no recibí lo que creí, en vez de una aceptación a mis disculpas, el padre de mi vecino le restó importancia, diciendo que si era mi casa tenía todo el derecho a ir como quisiera, cosa en la que no le faltaba razón. Aún así decidí ducharme y vestirme, lo que también hicieron ambos parientes, reuniéndonos todos nuevamente tras la comida.

-¿Quiere un café, señor Park? - el nombrado asintió, aunque pareció querer decirme algo tras ello.

-Hijo, tuteame, si me tratas de usted me siento como si estuviese en mis sesenta.- Jimin me miró en ese momento con un gesto que no pude descifrar.

-Está bien, señor Park. - ambos sonreímos levemente en un gesto de pequeña fraternidad-¿Cómo quieres el café?

-Un manchado, ya sabes, con un poco de leche.

Asentí ante su pedido, disculpándome un momento, tras ello fui hasta la cocina, lugar al que mi vecino me siguió.

-¿Entiendes ya porqué te llamaba de usted antes? - el menor rodeó mi cintura con ambos brazos, apoyando su barbilla en mi hombro mientras yo hacia nuestros cafés.

-Sí...bueno, nunca había tenido que tratar con alguien mayor que yo. - pensé un poco e inmediatamente me corregí, sintiéndome idiota por no haber caído antes. - Bueno, excepto a SeokJin Hyung, a GeumJae Hyung y a mi padre, claro.

El menor a mis espaldas pareció tensarse al escuchar aquellos dos últimos nombres, o eso pareció por el silencio que se formó poco después, en el cual sólo se escuchaba el sonido de la cafetera y de las tazas chocar.

-Hyung. - hice un ruido con mi garganta, aclarando que le escuchaba- Tu hermano... ¿Tienes contacto con él?-entonces una de las tazas de mi mano cayó  rompiéndose en varios y peligrosos pedazos.

-Mierda... - observe la herida en mi mano, no era muy grande, pero no dejaba de sangrar- Saca a Holly de aquí, no quiero que se haga daño en sus patas por esto... - JiMin se despegó de mí, por lo que me permití coger una escoba, con la que empecé a recoger los restos rotos en el suelo.

Tras hacerlo, JiMin volvió a agarrar mi cintura, esta vez para darme la vuelta y quedar cara a cara.
En una de sus manos había una pequeña caja con un par de gasas y materiales de primera necesidad médica, como agua oxigenada y vendas.

Park me obligó a sentarme sobre la encimera, donde sacó todos aquellos materiales y acogió mi mano entre las suyas, haciendo una mueca al ver la herida en la palma.

-No es nada...se curará. - el menor suspiró, comenzando a aplicar agua oxigenada al corte, cosa que me hizo soltar un quejido.

Pasaron unos cuantos minutos en los que JiMin trató de limpiar mi herida, minutos en los que gemidos de dolor no dejaron de salir de mis labios.

-Hyung...no respondiste a mi pregunta antes. -solté un pequeño gruñido al poner él una especie de venda en el corte en mi palma- Perdón.

Bajé la mirada antes de suspirar.

-No sé nada de él. - el menor comenzó a vendar mi mano, siendo ya menos el dolor en ella- Mi padre lo dió por muerto y yo ya no sé qué pensar...

Una mueca apareció en nuestros rostros, ambos derrochando tristeza.

-El café ya debe estar...

Como pude me levanté del lugar casi arrastrándome frente a la cafetera en la otra esquina de la cocina.

-YoonGi...  ¿Estás bien? - la voz del rubio sonó tan preocupada que no pude resistirme a ser fuerte frente a él.

Le sonreí de la forma más sincera que pude en ese entonces.

-Estoy bien, JiMinnie. - cogí las bebidas, para después dejar un casto beso sobre su frente, aunque aún mostraba su tristeza con aquellos ojos tan expresivos - Vamos con tu padre, debe estar esperándonos.

-Espera. - me detuve al escuchar su voz, aquella que tantos sentimientos me había hecho sentir en tan poco tiempo.

-'A veces..soy como una roca,
duro, aparentemente fuerte.'

Bajé la mirada a reconocer aquel poema que el menor recitaba, diciendo a su vez el último verso.

-'Si supieses que tan sólo estoy hecho de arena...'

-'Capítulo 153. Lo que nunca se rompe no vive.'

Memorias de un idiota «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora