51

60 12 3
                                    

Pasaste todo el día ensayando, Park.
Antes salías por la tarde a saber que lugar, volvías sudando, con tu cabello, tu camisa y pantalón pegados al cuerpo.
A veces cogeabas o sobabas partes de tu cuerpo que, suponía, estaban lastimadas.

Hoy no ha sido así, hoy ensalláste aquella maravillosa coreografía en tu hogar. Aquella sala llena de espejos se abrió ante mis ojos por primera vez, y yo no podía sentirme mejor.

Tus movimientos lentos, seguros y precisos me hicieron perder la cabeza en tu cuerpo pasados los minutos.

Aquel entonces recordé lo que hace tiempo leí sobre ti.

Mañana sería el día de la competición.
Ni siquiera sé donde será, no sé quién más participará en ella, lo único que sé es que acabarás con todos sean quienes sean, Park.

Suspiré ondamente, antes de sonreír levemente ante tu presencia, nuevamente

Aunque...parecía cansado. Su rubio cabello se negaba a separarse de su pequeña frente, de igual manera el suelo comenzaba a parecer peligroso por la cantidad de gotas de sudor en él.
Pareció que en cualquier momento te desplomarías.

No soporto verte así.

De un momento a otro caíste al suelo, llevabas horas con la misma coreografía. Rozaba la perfección cuando comenzaste, y ahora tocaba las estrellas, sin embargo, creo que te has estrellado contra un astro no identificado.
Ni siquiera paraste a beber agua o comer cualquier alimento durante las horas pasadas, la canción no dejaba de sonar en bucle, incluso cuando tu cuerpo estaba demasiado débil como para levantarse del suelo sin volver a caer.

Lloraste.

Nunca había visto a un ángel llorar de aquella manera.
Pasabas tu antebrazo una y otra vez sobre tus ahora rojos ojos, incluso tu pequeña nariz había cogido aquel color tan singular.

No podía engañar a nadie, mi corazón pareció pararse en aquel momento.

Ni siquiera fui consciente de cuando la puerta se encontraba abierta frente a mi, ni cuando me vi a mi mismo corriendo en tu dirección sobre un charco que actuaba de espejo en el suelo, permitiéndome verme en el reflejo.

Cuando el aire comenzó a faltarme grité con todas mis fuerzas, quería llorar, no era consciente de que ya lo hacía .
Lo hacíamos ambos, con fuerza, al mismo tiempo.

Tu susurrabas maldiciones

mientras yo gritaba tu nombre.

Todo estuvo borroso por unos segundos, todo fue blanco por un momento y...

Todo había un sueño.

Creo que aquello se le pudo llamar pesadilla, demasiado me preocupaba el hecho de que, más bien, haya parecido a un recuerdo para mí mente, uno claro, corto, y demasiado realista.

Tras levantarte, seguiste bailando con parsimonia, mientras eras observado por un servidor.

Debo admitirlo, ahora solo puedo preocuparme de que los sueños no se hagan un horrible déjàvu en la vida real.

No soportaría verte de nuevo llorar...

-'Capítulo 51.Ensayos.'

Memorias de un idiota «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora