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-No...

-Sabes perfectamente que te merecías esto, y mucho más, Yoon

-¡No, papá, porfavor no lo hagas!

-Cállate, GeumJae.

Una mano en el cuello y otra sujetando al menor que trataba de socorrer su hermano.

Se estaba ahogando.

-YoonGi...

-YoonGi, despierta.

Los pies del pelinegro no tocaban el suelo, el contacto en su garganta comenzaba a arder con fuerza, al igual que sus ojos, de lo que brotaban lágrimas de diferentes grosores por la agresión.

-No mereces vivir...no eres una persona, ¿escuchas? ¡Tú no eres nada!

Un grito, eso fue todo lo que solté al despertar.

Estaba aturdido, tanto que ni siquiera reconocí mi propia habitación por un momento. Y lo que me dolió más, confundí la pequeña mano que me sujetaba con desespero con la que en aquel sueño estaba terminando con la vida del pelinegro.

-Sue.sueltame...

Mi cuerpo estaba bañado en sudor y, joder, me sentí tan débil que me dio vergüenza levantar mi quebrado tono de voz.

-YoonGi, soy yo. - el pelirubio buscó mis manos, aquellas que trataban de secar y ocultar hasta la última lágrima que se atrevía a resbalar por mi rostro.-Solo ha sido una pesadilla... -sus pequeños dedos finalmente se entrelazaron con los míos-Todo terminó, ahora todo estará bien...

No pude aguantar más, simplemente me abalancé sobre él, escondiéndome en su clavícula, repitiendo que todo estaría bien.
Aunque tan solo fuese una sucia mentira.

Él me abrazó y acarició el gran recorrido de mi espalda en un intento silencioso de hacer que me calmase tras aquél horrible sueño.

Pasados los minutos finalmente pude reaccionar como debí en su momento, susurré un "Buenos días" sobre su cuello, lo que le hizo reír suavemente antes de separarme levemente de él, tan solo lo necesario como para mirarme directamente a los ojos.

Sus pequeñas manos pasaron por mi frente, separando sutilmente el flequillo que por culpa del sudor se había pegado a ella.

-Estás sudando, Hyung. -bajé la mirada hasta mis manos las cuales ahora jugaban entre sí mientras me preguntaba si eso sería lo correcto.-¿Crees que puedas limpiarte solo? Pareces muy cansado.

Lo intenté, de verdad que lo hice, pero hasta el mínimo movimiento me dolía, incluso girar el cuello para poder ver la distancia desde mi lugar hasta el baño me resultó doloroso.

Negué levemente, volviendo a bajar la mirada, esta vez mordiendo mis dedos con inquietud.

¿Y si lo veía? ¿Y si veía todas las heridas que ese idiota me hizo? O aún peor... ¿Y si él pensaba que me las había hecho yo?

Volví a negar, de nuevo para mi mismo.
No, él podría comprenderlo, estaba casi seguro de que lo haría.

-Yo...

No me dejó terminar y, mierda.

Esto tenía que ser una broma.

-No te preocupes, Hyung, vi...vi lo cortes.

Mis ojos se abrieron junto a mis labios. Me negaba a pensar que él pudiese creer que yo había hecho algo así, no podía ser cierto.

-No, Ji.Jiminie, yo no...

Y vi su tristeza, vi aquella mirada que me juré que nunca más provocaría, sin embargo ahí estaba, otra vez esa mirada perdida, llena de matices rojos y pequeños destellos.

-¿Fue por eso...fue por eso que Kook dijo que te veías como si hubieses llorado...? ¿Fue eso?

Mierda, ¡no!

-¿Tú...te autolesionaste?

Esto no me podía estar pasando, no a mi, no ahora.

-JiMin...no.

Si tan solo pudiese explicarle todo lo que recuerdo, todos aquellos encuentros con mi padre...

-No hace falta que lo niegues, Hyung, solo tienes que saber que no es necesario...no estás solo, ¿sí? NamJoon habló con una psicóloga y dijo que podría darte sesiones y algunos medicamentos para...

-¡Yo no soy un puto enfermo!

No podría aguantar otro sermón así.

"-Autolesionarse es la salida más fácil, la salida de cobardes."

"-No estás solo, esto es algo que podemos solucionar."

"-Si no dejas de hacer esas cosas acabarás muerto sin motivo alguno...".

Yo ya se todo eso y no me importa. Hacía mucho que había tocado mi piel por última vez y sin duda no fue para nada como eso. Yo me odiaba, y lo sigo haciendo, pero no puse un filo sobre mi piel, no cogí un cigarrillo y lo apagué en mi estómago, no fui yo quien me hizo sufrir, no, por una vez estaba comenzando a ser feliz, pero, ¿cómo no? Siempre estará aquel hombre.

Yo no merezco esto.

Tan solo quería algo de respeto, algo de paz, que...que pudiesen confiar en mí.

-Yo no hice nada, joder. - sequé la primera lágrima que resbaló hasta mi barbilla, la primera de una tormenta- No es mi culpa que ese idiota me odie. -hipé de forma cruel, sin poder detenerme, llamando la completa atención de Park.- No... ¿No puedes confiar en mí?

Hubo silencio por unos segundos, segundos en los que podría haberme vuelto completamente loco. Sus ojos derramaban tristeza, y sabía que era mi culpa.

-Yoonnie...yo confío en ti.

Nuestras miradas se conectaron y un pinchazo atravesó cruelmente mi pecho al ver la suya.

-Pero tú a veces no pareces confiar lo suficiente.

-'Capítulo 142. Confianza. '

Memorias de un idiota «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora