24

84 18 6
                                    

7:00-am: despertar

Moonchild

7:15-am: preprar y tomar desayuno.

67 segundos

7:30-am: recoger

Holly, aquí tienes tu desayuno.

7:45-am: ducha

Mierda, la toalla.

7:57-am

-¡YoonGi Hyung, soy yo otra vez!

Finalmente, pasados los minutos, bajé las escaleras agarrado del reposamanos, quedando frente a mi vecino delante de mi puerta. Aunque... lo cierto es que no me encontraba demasiado bien.
Sin mucho que pensar abrí la puerta, esta vez con el tapabocas en su posición, llamando la atención del menor.

-¡Hyung, le dije que no se pusieras eso!-dijo tratando de quitar el articulo de mi rostro, cosa que obviamente no consiguió.

-No digas tonterías, Park.

Una ronca tos salió de mi boca haciéndome tener un horrible dolor en la tráquea.

-Mierda... - susurré aquello antes de ver la cara que, en cuestión de segundos, el rubio había puesto.

-¿Hyung? ¿Se encuentra bien, está enfermo? ¿Necesita ayuda?-las preguntas de aquel mocoso me ponían más nervioso de lo que estaba, si era posible.

-Park... - el pequeño seguía preguntando cosas sin sentido, llegando a desviarse del tema en varias ocasiones-Park-su atención seguía puesta en cualquier mueble o electrodoméstico de mi hogar, todo menos lo que poco menos de un minuto después tubo que sujetar por un fuerte dolor de cabeza. - Estoy bien, mocoso... - dije ahora yo entre toses y algunos quejidos por el ardor de mi garganta; esta vez con el rostro en el pequeño hueco entre el cuello y hombro del menor.

-YoonGi Hyung...no estás bien, déjame que...-fue interrumpido por un gruñido de mi parte.

Sinceramente, nunca me esperé que comenzará a delirar tan rápidamente.

-Estoy bien. - dije aquello separándome de él, casi en un empujón que le hizo retroceder y mirarme confuso.

-No voy a irme de aquí hasta que...

Cada palabra que salía de su boca se me hizo más borrosa en cualquier sentido. La vista me comenzó a fallar, a la vez que mis oídos comenzaron a pitar como un par de televisiones fuera de control. Mi sentido del gusto comenzaba a saborear un asqueroso sabor a metal mientras mi estabilidad pasaba a ser cero...

Entonces fue cuando las piernas me comenzaron a flaquear y todo mi cuerpo se dejó llevar por el fuerte dolor de todo él.

Yoonnie! Nonna dice que tienes que tomarte el medicamento.

-¡No quiero! -gritó abrazando como nunca había abrazado a sus piernas, junto a un bulto en su labio en forma de puchero.

Yoonnie, si no te lo tomas de pondrás peor!

-Basta, hijo, no sigas intentándolo. No merece la pena...

-¡Pero Yoonnie tiene que tomarla! P-podría morir...

-¿Acaso eso importa?

Y esa tenebrosa risa volvió sin rencor a la tétrica escena desde la esquina de una habitación desconocida.

Las lágrimas del pelinegro caían mientras observaba como los pequeños pies de su amigo se acercan hasta su posición, bajo algo parecido a una mesa, o eso pensaba antes de que una triste melodía comenzase a sonar.

-Descansa... YoonGi Hyung.

Mi pecho subía y bajaba con gran rapidez, a la vez que mis ojos se abrirían con descaro, haciendo que la luz me afectase directamente.

Mi cuerpo estaba cubierto por una manta, en mi frente había una toalla medicinal para la fiebre mientras que a mi lado, sobre la mesa, había un pequeño plato con lo que parecía ser caldo de pollo.

En mi memoria no quedaba ningún recuerdo, tan solo una nota sobre la mesa, la cual explica muchas cosas...

"Señor Hyung, te quedaste dormido de repente mientras hablábamos en la puerta esta mañana...espero que no te moleste, saqué a Holly de paseo mientras te bajaba la fiebre en el sofá (parecías un adorable burrito). También le di de comer y te preparé un poco de caldo de pollo, mi padre siempre me dijo que era lo mejor para las gripes, y me temo que no se recuperó bien la última vez que la tuvo, Hyung.

Le deseo suerte para que se recupere pronto, pero si necesitas cualquier cosa, ya sabes donde encontrarme.

-Jimin-"

-Park... - toqué mi frente por un ligero dolor, encontrándola un tanto caliente.

Poco tiempo después, cuando conseguí matenerme en pie por mi mismo, fui hacia la puerta de mi hogar donde seguramente, el menor me esperaría con ansias.

Fue una agradable sorpresa cuando pude encontrármelo descansando en los brazos de Morfeo.

-'Capítulo 24.Enfermo frecuente y poco común.'

Memorias de un idiota «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora