98

48 7 17
                                    

Yoonnie Hyung! ¡Mira lo que encontré, es un perrito, está perdido! - un gran puchero decoró los abultados labios del niño de apenas doce años, quien miraba a su mayor con desespero por una respuesta.

El mayor de ambos se encontraba sentado a orillas de la cancha de baloncesto donde no había dejado de jugar en todo lo que había pasado del largo día.

Sus gatunos ojos conectaron con los del animal entre los brazos del menor, el cual dió un pequeño ladrido feliz al tener una leve sonrisa el humano de gatuna mirada.

-¿Dónde lo encontraste? - preguntó mientras se levantaba de su lugar, dispuesto a acariciar la suave cabeza del animal, quien comenzó a lamer su pálida mano.

-Fui al baño y lo encontré fuera, atado con una fea correa. - el puchero del menor se hizo mayor, algo así como los ojos del otro, quien le arrebató al animal de sus pequeños brazos para buscar con la mirada, desesperado - ¿Qué pasa, Yoonnie?

Él suspiró, comenzando con un paso rápido que el menor no tardó en alcanzar.

-Minnie, no puedes llevarte así a una mascota, este perro es de alguien  y ese alguien debe estar muy preocupado, ¿sabes?

No supo en qué momento habían llegado a los sanitarios, donde una mujer se encontraba gritando un nombre bastante absurdo a los cuatro vientos.

-Perdone...¿Es suyo este perro? - preguntó al acercarse con sumo cuidado, sintiendo sus manos temblar al penetrarle aquella mujer con tan sólo la mirada - Verás...estabamos en la cacha y Jim...

No pudo terminar cuando el animal le fue arrebatado.

Él había tratado de ser amable con aquella desconocida, sin embargo, un golpe en su mejilla le hizo desviar la mirada junto con toda su cabeza, teniendo ahora enfrente a su pequeño pelirubio, el cual tenía los ojos acuosos.

-¿Se puede saber cómo es que vosotros, panda de niñatos, teníais al Ayudante de Santa Claus? ¿Eh?

Aunque aún estaba algo aturdido, no pudo evitar soltar una carcajada.

¿Quién diría que eso sólo lo haría peor?
Y mucho menos... ¿Quién demonios le pone ese nombre a un indefenso animal?

Al parecer creía ser parte de la famosa familia de los Simpson.

Por aquella suave carcajada otro golpe calló en su vientre bajo, bastante cerca de sus zonas intimas, por no decir que el golpe fue directamente donde a él más le podía doler...

Tras aquella "patada" el de ojos gatunos no pudo evitar encogerse hasta caer de rodillas en el suelo.

-Yo...yo solo quería de.devolverle a su...

Dos suaves manos levantaron su rostro, obligándole a mirar directamente a sus húmedos ojos.

-Yoonnie...ya se fue. - sus pequeños brazos pasaron a rodear el cuello mayor, consiguiendo que el mismo quedase nuevamente en estado de shock-Gracias por protegerme, Hyung...pero yo debí enfrentar a esa señora, fue mi culpa.-el pelirubio lagrimeó, lo que puso alerta al azabache.

-Tra.tranquilo, todo está bien...no es tu culpa.

Aunque quizás el último golpe podría considerarse un crimen premeditado.

El de mayor edad logró evitar encogerse levemente tras sentir nuevamente el dolor en su zona baja, realmente lo estaba matando.

-Hyung, ¿te duele mucho?

-Hyung.... YoonGi Hyung, despierta.

Mis ojos se abrieron de golpe, siendo ahora el sol un cruel enemigo, por no contar del dolor en mi rodilla, el que era apenas insoportable.

-¿Qué mierda...? - aún aturdido, traté de levantarme, cosa que sólo me sirvió para volver a caer por el punzante dolor en la misma articulación.

-Ey, ten cuidado, Hyung, ¿estás bien?

Tras unos segundos, donde traté de regular mi respiración, logré visualizar el lugar donde me encontraba, con quien y...en qué situación.

Preferiría no haber abierto mis ojos.

Traté de cubrirme como pude para que el idiota de mi menor no me viese de esa manera, sentía mis mejillas arder casi de igual forma que sentía mi pierna doler.

El rubio se encontraba mirándome casi fijamente, tratando de socorrerme por una segura caída. La que fue más bien un resbalón en la ducha, por lo que podéis saber como seguía la historia...

-¿Se.se puede saber qué miras? - pregunté, realmente avergonzado, parecía que en cualquier momento mis mejillas explotarían.

El estúpido de mi vecino al fin consiguió apartar la mirada de encima, lo que no significaba que - tras darme una toalla con la que cubrirme- siguiera mirándome como si de una presa me tratase.

-¿Podrías dejar de mirarme y explicarme qué ha pasado?

-Yo...esta mañana vine por Holly, a sacarle de paseo... - ahora era yo quien le miraba con atención, seguro que me había puesto en riesgo por alguna estupidez-La cosa, es que no encontraba su pelota, y resultaba que estaba jugando con ella en el baño...cuando entré no imaginaba que tú...t.te estuvieses duchando, pero la pelota rodó hasta la ducha y cuando viste a Holly entrando a por ella te asustaste y te rebalaste con la pelota...

Sin duda...una estupidez.

-¿Sabes? - suspiré hondamente, tratando de encontrar una postura menos incomoda para mi adolorido cuerpo. -Ayúdame a salir de aquí y llama a un médico...estás perdonado, pero por lo que más quieras... - el menor me miró atentamente, buscando algo de continuidad, cosa que me puso aún más nervioso si era posible- ¡Deja de mirarme!

-'Capítulo 98. Accidentes estúpidos.'

Memorias de un idiota «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora