74

58 10 12
                                    

El sol de la mañana comenzó a ser molesto para mi. Tanto que tuve que obligarme a abrir los ojos.

Mi cuerpo se sentía frío, y sinceramente mi frente parecía un hielo. Y no era para menos, una paño con agua fría se encontraba en ese lugar, doblado justo como yo solía hacerlo cuando la fiebre llegaba a mi cuerpo repentinamente.

Un escalofrío recorrió mis extramidades, estaba cubierto de mantas, pero de todas formas podía sentir mis huesos helados.

-Buenos días, Hyung. - miré vagamente a mi alrededor, hasta toparme con el propietario de aquella dulce voz.-¿Dormiste bien?

Nuestras miradas se cruzaron por un momento, cosa que me puso bastante nervioso.

-¿Se puede saber cómo entras aquí...? - pregunté aquello haciéndome una pequeña bola sobre el colchón, tratando de buscar algo de calor entre las mantas.

-Un mago nunca rebela sus secretos. - era obvio que estaba sonriendo, lo confirmé al ser quitadas las sábanas que me cubrían.

-¡No hagas eso! - aquel entonces comencé a tirita, él parecía realmente preocupado, pero aún así no se rindió. - De.devuelvemela. - un puchero apareció en mis labios.

Definitivamente no soy "yo" cuando estoy enfermo.

-YoonGi, estás hardiendo, no puedes taparte. - confirmado, como una madre pero, ¿yo que sabré? ...nunca tendré una con quien compararle.

-Pero...-mi puchero se hizo más grande, más aún cuando comenzó a alejarse de mi, concretamente hacia mi armario, el cual abrió, buscando algo.

-¿Qué te quieres poner? - preguntó ojeando todas mis cosas.

¿No entiende el concepto de intimidad?

-No sé... - susurré nuevamente, cogiendo la almohada para cobijar me, hecho una pequeña bola. Realmente estaba congelado.

-Entonces, elijo yo. - sin darle demasiada importancia seguí buscando un lugar cálido, no encontrando otro que meter mis piernas dentro de la sudadera que llevaba en ese momento.

Sería poco, pero algo era algo.

-Vamos, levántate de ahí, croqueta.- un largo suspiro se escuchó por mi parte, no pensaba moverme por nada del mundo.- O lo haces tú o lo hago yo... - advirtió con un tono divertido.

Al no contestar...firmé mi condena.

A los pocos segundos fui levantado al estilo princesa, siendo obligado a salir de mi pequeño refugio, obligándome también a abrazar con lo que pude de mi cuerpo a Park.
Lo cierto es que estaba mareado, la cabeza me daba mil vueltas y el frío no hacía más que hacerme sentir peor.

-Estás temblando... - cuando llegamos al baño, comenzó a llenar el espacio disponible en la bañera que ocupaba una de las esquinas del lugar, una que apenas utilizaba, tan solo para limpiar a mi mascota cada unos cuantos meses... - YoonGi. - su mirada se dirigió hacia mi titiritante cuerpo- Hyung, quítate la ropa.

Mis ojos se abrieron de sobremanera, debía ser una broma, ¿cierto?

-¿Q.qué? -un fuerte pinchazo en mi cabeza me hizo jadear, causando que pronto el menor se abalanzara sobre mi, poniendo su fría mano sobre mi frente nuevamente.

Sin decir palabra alguna, y sin que el nudo en mi garganta me dejase gritarle que parase, el pelirubio y estúpido de Park comenzó a quitar mi sudadera.

Tan solo pude forcejear sin fuerzas suficientes.
De una manera u otra me levantó del retrete donde me encontraba sentado, siendo él mi único soporte para no caer, todo ello para comenzar a desabrochar mi pantalón.

-Pa.para... - mi vista comenzaba a nublarse, el aire me faltaba y eso no era buena señal, nunca lo es. - Por favor...

El menor tan solo suspiró para después seguir con su propósito.
Una vez me encontré solo con la ropa interior, noté cómo el frío me podía, haciéndome imposible mantenerme en pie por mi propia voluntad.

-Hyung...esto te bajará la fiebre. - de forma lenta, nos fuimos acercando hacia la bañera. Sinceramente...te no quería hacer eso.

El agua congelada rozó mi piel sensible, eso fue suficiente para hacerme soltar un sollozo incontrolable.

-Ya está, Yoon...aguanta solo unos minutos.

Sus manos pasaban una tras otra acariciando mi cabello mientras no podía dejar de derramar lágrimas, notando el aire faltar. Mi cuerpo tiritaba hasta el punto de notarlo chocar con las paredes de la no tan gran bañera.

Un chico de oscuros cabellos tiritaba en un baño ageno a cualquiera conocido, sus manos temblaban en el intento de meter aquellas pastillas en su boca, mientras tanto, el agua comenzaba a desbordarse hasta caer al suelo.

Él trataba de quitarse la vida.

Las pastillas finalmente entraron en su boca, sin miedo las tragó y, aunque se abrazarse desesperadamente a sí mismo, parecía consciente de sus actos.

Fue entonces cuando las pastillas comenzaron a hacer efecto, justo cuando un chico de menor edad entró en la sala.

-Hyung, ey, no te duermas. - pequeños golpes llegaban a mi mejilla.

-Yoonnie...

Mi cabeza se fue levantando lentamente. A pesar de no tener plena visualización de las cosas a mi alrededor, solté una risa rota, mezclada con un sollozo.

-Si...si me duermo, t.todo irá mejor. - sus manos se posaron en mi costado, levantandome levemente.

-Creo que es suficiente...

Ahora era él quien temblaba al intentar sacarme de ese lugar.

-¿Por qué no puedo simplemente morir...?

- 'Capítulo 74. Frío.'

Memorias de un idiota «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora