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Diferentes pistas comenzaron a pasar por el reproductor, siendo rítmica y pegadiza la música en los auriculares que se colgaban en mis oídos.

-Me gusta.

Aquel día, HoSeok me ayudó con mis pequeñas dificultades, agradando mi día con su ilusión por la música que él mismo creaba. Y aunque ahora sí que podía hacer cosas como ir al baño solo - cosa que ya era bastante para mí- los chicos seguían igual de preocupados por mi.

-¿Enserio de gustan? ¡Es genial! - su tono era tan emocionado que, con asomarse esa sonrisa con forma de corazón, mi sangre comenzaba a repartir la emoción, como si fuese un virus.

Pasaron horas en las que conversamos ambos sobre temas triviales, aunque de una forma u otra siempre acabábamos hablado sobre la música que ambos producimos .

-HoSeok-el nombrado me miró aún con su gran sonrisa, eso sí, esta vez un bote de helado se encontraba en sus manos-Eres bueno produciendo...¿Por qué no grabas algo?

La sonrisa del menor desapareció instantáneamente.

Quizás no debí tocar ese tema.

-Lo siento...si te he molestado.

-Oh, no te preocupes. - la sonrisa volvió a su rostro, pero no parecía igual que antes.

Faltaba aquel brillo de sus ojos que antes no dejaba de deslumbrarme.

-Es que no se me da bien del todo esto de rapear.

En mi boca apreció una pequeña "o" al escuchar aquello.

Ni siquiera lo pensé, quizás fue un impulso soltar aquellas palabras de golpe...

-Yo te puedo ayudar.

Así es como me sentencié a  una larga tarde de risas y frustraciones junto a Jung HoSeok.

Así es como me decidí por escribir una canción conjunta con el mismo que antes apenas sabía el nombre de pila.
Más tarde se unió el moreno que llamamos NamJoon, justo en una tormenta de ideas que terminó por ser una nueva composición.

Aquella noche acabamos exhaustos los cuatro. NamJoon quedó dormido con todo su cuerpo abierto de par en par en mi cama, dejando salir sonoros ronquidos. Mientras tanto, HoSeok dejaba todo su peso sobre mi hombro.
Y yo tan solo me dedicaba a dar leves caricias al animal en mis piernas mientras daba unos cuantos arreglos a la canción en mi portátil.

Por ello éramos cuatro, tres vencidos en la batalla contra el sueño y...yo luchando contra el mismo que acabó por hacer que mis ojos se cerrarán aún con la pantalla encendida en plena madrugada.

No es lo que creéis...los arreglos de la canción los terminé antes de la media noche, pero el cuaderno de oscura tapa me había vuelto a llamar la atención. Me obligué a aguantar despierto hasta escribir la última palabra que había en mi mente, y tras ello...

Pude descansar en paz.

-'Capítulo 103. Productores.'

Memorias de un idiota «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora