168

41 8 0
                                    

Pasadas las nueve de la mañana el pequeño rollo de mantas que a lo largo de la noche JiMin se había hecho, comenzó a despertarse de su largo sueño. Fue entonces cuando ya la preocupación no era la del día anterior. Esta vez era el menor quien se tuvo que preocupar por mí, bueno, en realidad más por el cómo me veía.

-Hyung... - levanté mínimamente mi vista cansada, lo suficiente como para poder ver al rubio entre las almohadas de mi cama.

Suspiré tratando de sacar toda la pereza y el sueño de mi cabeza. El último me había jugado una mala pasada y es que sabía que debería acostarme un rato y descansar...sin embargo, no podía, debía quedarme despierto por si le sucedía algo a JiMin, yo...quería cuidar de él.
Aunque cuando Holly se acercó a mi no pude evitar empezar una lucha contra el sueño. El pequeño animal había comenzado a pedir algo de cariño para poder descansar y eso fue tan difícil para mí...normalmente soy yo quien se acaba durmiendo por las caricias del que acababa de despertar.

-Yoonnie Hyung. -la pequeña mano de Park en mi hombro fue la que me sacó de mis pensamientos, y fue la misma que me hizo volver a entrar a aquella batalla icónica.-¿No has dormido en toda la noche...?

Al parecer lo único que sé hacer es suspirar, porque, sorpresa...eso es lo que hice. Ni siquiera me veía con fuerzas para poder contestar con una simple negación de cabeza, no, ni siquiera podría hacer eso sin quedar dormido inmediatamente después.

-Me estás arruinando las horas de sueño, Park. -sonreí con cansancio para mi menor, el cual me miró de mala manera.

Incluso con sus labios y ojos inchados se veía tan tierno...e incluso con su pelo hecho un desastre se veía genial, ¿cómo lo hacía?

-No bromees con eso, Min. - ambos sonreímos y reímos tontamente al llamarnos por nuestros apellidos, él estando cansado por acabar de despertar y...bueno, ya sabéis el resto. - Oye ¿Cuántos cafés te has tomado? - levanté mi ceja mientras procesaba la pregunta.

Extraño, ¿cierto?

La verdad es que fue una buena pregunta. Sonreí torpemente antes de levantar siete de mis dedos, dando una baga respuesta a su pregunta.
Sus pequeños ojos se abrieron como si quisiese sacarlos de su pequeña cabeza.

-¿Es broma? ¡YoonGi! ¡No puedes tomar tanta cafeína teniendo TDAH, idiota, sabes que no es bueno para ti!- cómo si fuese magia; el sueño, la pereza y todo lo demás desapareció de mi cuerpo. Tan solo por escuchar esa palabra salir de sus labios.

En vez de todo lo que había sentido hasta ahora, comencé a sentir confusión, una muy extraña.
Porque yo mismo le había dicho a Park sobre mis enfermedades y problemas mentales, pero...no había concretado sobre ninguna de ellas. Por lo que, a menos que fuese un psicólogo, no debería darse cuenta de esas cosas, mucho menos saber sobre su nombre. Ni siquiera hablaría de salud mental estando en éste país.

Nuestras miradas se cruzaron durante un largo tiempo, la suya muy nerviosa, por cierto.

-JiMin - él trató de apartar la mirada, pero no le dejé hacerlo, estaba harto de que todo el puto mundo supiese más sobre mí que yo mismo. En esos momentos tenía más preguntas que respuestas sobre mí propia vida - ¿Cómo sabes eso?

El nombrado no supo qué decir, pasó un rato sin poder contestar, claro que, habría sido mejor si se hubiese quedado en silencio.

Supongo que así no me habría empezado a doler el corazón.

- Hace un tiempo salía con un chico con la carrera de psicología, él me enseñaba cosas y, bueno...

No podía ser cierto ¿Verdad?

-¿U.un psicólogo?

El menor asintió, ahí fue cuando note cómo se clavaba una pequeña espina en mi pecho, bastante cerca de mi corazón.

-En realidad él no ejercía de psicólogo, pero me ayudó tanto con mis problemas que... - el rubio frente a mí se sonrojó levemente y yo estaba tan furioso conmigo mismo. Aunque había algo de lo que no me había dado cuenta antes.

Él estaba hablando en pasado.

- ¿Murió?

No debí preguntarlo.

No quería verle llorar.

Empezó siendo un pequeño puchero y le siguieron unos hipidos que se convirtieron en silenciosos pero dolorosos sollozos.

-Mi.mierda, lo siento, JiMinnie. No llores, porfavor no lo hagas. -mis dedos pasaron por sus mejillas repetidas veces, tratando de no dejar caer ninguna de las pequeñas lágrimas por su suave piel. - No llores, ¿si? Hazlo por mí, porfavor... - los rojizos orbes de Park recayeron sobre los míos así como lo hizo una pequeña sonrisa que, aunque triste, sacó la pequeña espina que hace un tiempo se había colado en mi pecho.

-Él no está muerto, pero le perdí y durante un tiempo... - bajó su mirada, como si no quisiera recordarlo- Realmente pensé que se había ido para siempre.

-¿Tú... quién eres?

Hy.hyung!

-'Capítulo 168. Nunca murió.'

Memorias de un idiota «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora