72

59 10 1
                                    

La noche no ha pasado para mí, igual que no lo hizo la mañana ni lo hará la tarde.

No pude evitar concentrar todos mis pensamientos en las palabras de Kim.

Sí pudiese cumplir su supuesto deseo, si pudiese ser idol, ser conocido, cantar mis propias canciones sin tener miedo...eso sería una prueba de superación, y no me importa si canto para dos personas en medio de la calle, con que le llegue mi mensaje a una persona, me sería suficiente.

O si simplemente pudiese salir sin tener miedo...

De ello el hecho de que no cerrase los ojos ni me desplazara más que para coger el teclado, llevando mi mano hasta el monitor o bebiendo un trago de la botella de agua más cercana.

Así pasaron las horas, y ni siquiera vi el sol cambiar de posición, tan solo supe que momento debía ser cuando el timbre fue tocado, cosa que no atendí de inmediato.

Estaba decidido, no defraudaría a nadie más, daría lo mejor de mí y...no pienso arrepentirme de nada.

-¡YoonGi Hyung, llevas horas ahí dentro! - al terminar de escuchar una de las tantas pistas y quedar en silencio mis auriculares, pude escuchar la voz de mi vecino.

Seguramente llevaba horas frente al ordenador, en soledad, con la única compañía de diferentes sonidos que juntos formaban una hermosa melodía.

-Sólo un momento...

Tras decir aquellas palabras, mi mano sobre las teclas del ordenador fue detenida.
Una pequeña y regordeta mano se encontraba sobre la mía ahora.

De igual forma, al poco tiempo, mis cascos fueron retirados y depositados a lo lejos del escritorio del que no me había separado.

-Hyung, ¿se puede saber que haces? - sin pensarlo demasiado estiré mi brazo para de nuevo para coger los auriculares entre mis manos. - YoonGi, te estoy hablando.

La silla donde me encontraba fue girada con brusquedad, dejándome así frente a un rubio aparentemente enfadado.

-Bien, ¿se puede saber que hacías? - preguntó aquello pareciendo molesto. Dijo "pareciendo" aquello porque realmente se veía tierno con el ceño fruncido.

Siempre tan lindo.

-¿No vas a contestar? - un suspiro salió de sus labios, no me percaté de mí mirada fija en sus movimientos hasta que se arrodilló para quedar a mi altura.- Al menos te habrás cuidado, ¿no? - asentí levemente hacia su pregunta, aunque fuese otra mentira más.

Quería seguir trabajando.

-¿Has comido ya? - abrí mi boca levemente, pero lo cierto es que no pude decir palabra alguna, su cercanía me ponía bastante nervioso.

Suspirando, asentí lentamente, tratando de volver mi vista hacia el ordenador que me esperaba, como yo esperaba terminar sus pistas.

-No sé si creerte - mi mirada seguía fija en la pantalla que iba perdiendo brillo de a poco.- YoonGi.

Como una sorpresa, mis manos quedaron acogidas con sutileza y un beso fue plantado en mi frente, dejando que aquel conocido cosquilleo llegara hasta mi columna vertebral.

-Quiero ser el primero en escuchar eso, ¿está bien? - dijo, refiriéndose a la canción aún en proceso- Pero cuidate hasta que ese momento llegue.

-Está bien... - susurré, viendo como, con una sonrisa en sus labios, comenzaba a caminar hasta la entrada de donde vino.

Entonces volví a hacerme uno con el trabajo, tan solo que ahora sin sentirme tan solo en la pequeña sala, acompañado de la música que me convierte cada vez más a un idiota desconsiderado.

Desconsiderado por dejarme de esta manera, por hacerme sentir de esta manera.

Manera en la que pensaba que tan solo la música me completaba.

Gran error.

-'Capítulo 72. Cascos y teclado.'

Memorias de un idiota «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora