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La tarde anterior la pasé solo con la presencia de Holly, él trataba de subir mi ánimo con cariñosas lamidas y pequeños lloriqueos, pero un nuevo día había empezado y yo sentía que no podría hundirme más.

Lo estuve pensando y...sinceramente, era muy triste el hecho de tener un hermano mayor y no recordar nada de él, es difícil saber que tu madre había muerto y ni siquiera recordar su rostro.

Es muy triste vivir sin pasado.

Lo único que recuerdo de ellos es lo poco que mi padre había dicho en sus visitas, visitas en las cuales decía ser yo el culpable de su vida de mierda... Como si la mía fuese mejor que eso.

Suspiré pesadamente antes de escuchar la puerta principal ser abierta por quien supuse que era JiMin.

Pasé la noche fingiendo estar dormido pero, en realidad, ni siquiera podía relajar mi mente. Por la mañana no fue muy diferente. "Desperté", me di una ducha y preparé el desayuno para ambos Park, los cuales tenían planeado desayunar conmigo, pero les dije que yo ya lo había hecho, algo totalmente falso.

La tarde pasó de nuevo como si nada, esa vez los Park se habían llevado a mi mascota, lo que me dejó completamente solo con mi mente.

Sinceramente, pensé que mi coartada de persona feliz había sido perfecta, pero cuando el cielo comenzó a oscurecerse, el padre de JiMin tocó mi puerta.

-Buenas tardes, señor Park. - hice una pequeña reverencia para recibir al mayor, tras lo que miré tras él, buscando al chico de rubia melena- ¿JiMin-ah no ha venido?

Ambos entramos a mi hogar, sentándonos más tarde en el sofá central del salón, donde aquel hombre comenzó a acariciar una de mis manos sin decir palabras.

-Hijo.. Jiminnie me contó esto. -él acarició la venda sobre mi mano herida, lo que me sacó una mueca- y me contó cómo sucedió.

No mentiré, se me herizó el cuerpo al escuchar aquello.

-No se preocupe, señor Park, es solo un pequeño cort- no me dejó seguir hablando, simplemente acogió mis dos manos con algo más de fuerza y me miró directamente.

-Sabes que no lo digo por eso, hijo. - bajé mi mirada al ver sus rasgos tan serios mirarme fijamente. Se sentía tan raro estar así con alguien...era algo completamente nuevo para mi, y no sé si me gustó o no- Tu familia... ¿No sabes nada sobre ellos?

Mi labio inferior tembló ligeramente, lo que me obligó a morderlo con algo de fuerza.

-No.no, señor... - me maldije al notar mi nariz comenzar a picar, porque todos sabemos que nada bueno vendría tras ello.

-¿Sabes? Eres fuerte, y aunque tu familia biológica no actúe como tal, siempre tendrás a tu segunda familia, a tu familia elegida.

Me tragué las lágrimas que querían salir al escuchar la puerta principal abrirse.

-YoonGi, sé que apenas me conoces...pero para mí eres como un hijo más. - al escuchar eso mi pecho se oprimió, dejando salir una pequeña lágrima solitaria caer, la que él secó de inmediato- Ven aquí, grandullón.

Entonces no lo pensé, simplemente me dejé envolver por sus cálidos brazos, sintiéndome querido de una forma que nunca lo había hecho...realmente era como si tuviese una familia, no de sangre, pero si una, y muy importante para mí.

-Gra.gracias- nos separamos de aquel abrazo, tras lo que pasó sus manos por mis mejillas, las que inconscientemente se habían llenado de pequeñas gotas- Dios...perdón , lamento ser tan...

-¿Sensible? - me sorprendí al escuchar la voz de mi ángel caído a mis espaldas, pero mentiría si dijese que no me alegró que estuviera presente. - Eres perfecto así de blandito y adorable. -un pequeño sonrojo dominó mi rostro, lo que hizo sonreír a los otros dos- No pidas perdón a nadie por nada, ¿si?

Asentí levemente jugando con mis manos, totalmente avergonzado.

-Sí...perdón. - el menor me miró mal, tras lo que grito un molesto y divertido "¡Hyung! ¡Me acabas de pedir perdón!" y fue por eso por lo que me volví a disculpar, entrando en un absurdo bucle.

-¿Lo haces aposta? - la ceja derecha del mayor de los tres se elevó de forma divertida mientras hacía aquella pregunta, lo que me hizo suspirar de forma feliz.

-Juro que no, es que... - ambos me miraron al mismo tiempo, lo que me avergonzó de sobremanera- No podéis decir algo como eso y esperar a que yo...

-Ay, la bolita de sentimientos volvió. - JiMin extendió sus brazos antes de seguir hablando con una dulce voz- Ven aquí y deja de ser tan sensiblón, Hyung.

Mi voz salió más bien como un sollozo ahogado, pero traté de reprimir todo lo que quería salir al dejarme caer sobre los brazos de mi menor.

-Lo siento...

-'Capítulo 154. Disculpas.'

Memorias de un idiota «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora