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-No te duermas, Gatito - se quejó el chico sobre el pelinegro, el cual respiraba de forma algo agitada mientras sus ojos luchaban por no cerrarse.

-¿Me seguirás llamando así? - el menor asintió con una gran sonrisa, una que la persona bajo su cuerpo pudo ver con total claridad.

-Es que eres como una pequeña bolita de pelo, todo el día comiendo, tan tierno y valiente a la vez...eres un lindo gatito, Hyung. Además, cuando te mimo haces una especie de ronroneo, tan lindo...

Una pequeña sonrisa sobresalió junto a un sonrojo por parte del otro, el cual apartó su mirada para comenzar a destensar su cuerpo.

-Oh, venga, Min.- el menor se quejó, alargando la vocal de la última palabra- Siempre te duermes después de estar conmigo.

Besos comenzaron a caer en la mandíbula del somnoliento pelinegro, quien sonreía de forma perezosa mientras notaba el roce de sus pieles.

-Este gato no tiene tanta energía, Minnie.

-¡Lo dijiste! ¡Dijiste que eres un...!

-Callate y déjame dormir.

Mis ojos se abrieron a la par que se cerraron en mi sueño. Mis encías no tardaron en estirar mis labios, lo hicieron más al sentir el cálido aroma a coco y fresas de cierta persona.

-Despertaste. - levanté la mirada hasta la persona que me habló con voz dulce, la misma de la que provenía el agradable olor. - Hyung... ¿Puedo preguntarte algo?

Antes de responder hundí mi rostro en su cuello, inhalando aquel aroma suyo, sin importar el resto de cosas a mi alredor, incluso me ignoraba a mi mismo; a los sueños, a las voces... Nada me importa cuando me escondo en ese lugar.

-Hablas en sueños, Yoonnie.

Suspiré antes de alejarme de aquel paraíso que era su cuello mientras dirigía mi mirada hasta la suya, tan cálida y brillante como siempre.

-Lo sé, me lo han dicho varias veces. - una pequeña mueca apareció en mis labios en forma de disgusto, cosa que no pareció gustarle a Park.

Sus dedos comenzaron a acariciar las diferentes zonas de mi rostro, desde mi chata nariz hasta la punta de mi barbilla.

Mentiría si dijese que no estaba en la gloria.

-Hyung... ¿Con qué soñabas?

Quizás y sólo quizás, sino hubiese estado en aquel trance que eran sus caricias habría huido, mentido descaradamente o simplemente le habría dicho que no lo recordaba. Sin embargo lo solté todo, sin medir el tamaño de mis palabras.

-Habían dos chicos...en una cama, y uno de ellos parecía cansado... -un bostezo salió de mis labios, haciendo reír al rubio frente a mí-y el otro le mimaba para que no se durmiese.

Mis ojos comenzaron a pesar.

El sueño estaba ganando.

-Así como tú y yo ahora, ¿cierto? - asentí levemente antes de seguir con los recuerdos de aquel sueño.

-El rubio le decía que era un gatito porque dormía mucho y... -mi voz se entrecortó al quedar inconsciente por unos segundos- cosas de gatos...

Mis labios quedaron abiertos en la última palabra, en la cual caí en un nuevo trance de sueño, esta vez uno más calmado y cálido. Leves caricias se deslizaba por todo mi rostro y espalda aunque - como siempre - la zona acariciada pasó a ser el estómago.

No engaño a nadie, creí haberme escuchado ronronear.

Y si no era eso moriría de vergüenza por estar roncando de aquella forma.

-Hyung...sigues siendo una bolita de pelo. - sus pequeños dedos se deslizaron por mi cabello alborotado- Por fin comes más. -sus dedos ahora se deslizaron por la ruta de mi ombligo, que ahora es algo más curvada por la pequeña barriga que estaba desarrollando- Eres tan tierno... - de nuevo sus dedos llegaron a mi barbilla, lugar que levantó lentamente- Y no tengo ninguna duda de que eres el más valiente en este mundo.

Sentí su acalorada y larga respiración sobre mí rostro. No esperaba eso, no esperaba que fuese yo el que - por accidente - acabase uniendo nuestros labios en un intento de conseguir más calor.

Sus belfos se movieron en una sonrisa, separándose levemente de los míos.

No había movimiento. Tampoco parecía necesario, tan solo nuestros labios chocaban, los míos entreabiertos por estar dormido y los de JiMin estirados por tener una hermosa sonrisa en ellos.

Nunca entenderé como un pequeño roce puede ser tan valioso...

Quizás no es por el simple contacto, tal vez es sólo por él...

-'Capítulo 138. Tierno y valiente.'

Memorias de un idiota «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora