019 💙

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Las voces de sus familiares en la mesa le parecían lejanas, la vista se le empezaba a nublar y podía sentir el galopeo acelerado de su corazón, un objeto en el mesón del desayunador llamó su atención, tal vez sus ideas eran locas, descabelladas, pero si habia una manera de comprobarlo por qué no hacerlo?. Sus manos le pican y entonces abruptamente se puso de pie y tomó disimuladamente aquel objeto.

- Debo irme - fue lo único que dijo dejando a todos con enormes dudas y ni las muchas veces que su madre llamó su nombre lograron detenerlo..

Jueves en Nueva York

Henry recibió en el aeropuerto a su novia con un efusivo y apasionado beso..

- Tambien te extrañé - murmuró la diseñadora sobre los labios del atleta y este le sonrió y volvió a plantarle un sonoro beso.

Mientras salían del lugar unos cuantos transeúntes lo reconocieron y se acercaron a Cavill a pedirle una foto o un autógrafo y otros cuantos coreaban a su paso..

- Jets! Jets! Jets!!!!

Y el morocho les sonreía de vuelta y levantaba la mano (que no llevaba la maleta de su novia) en saludó y agradecimiento.

- Vaya, cuanto apoyo tienes - comentó Beca ya en el auto.

- Los hinchas son la parte más importante en un encuentro, son ellos quienes te levantan el animo cuando estás perdiendo o te hunden más..

En el trayecto hasta el departamento de Cavill, la conversación fue variada, aunque Amaia había sido el tema central..

- Ella también te ha extrañado mucho, de hecho me pidió que te entregara esto - la joven puso sobre el tablero del auto un sobre blanco cerrado que acababa de sacar de su bolso.

Henry sonrió - ¿qué es? - preguntó mirando de reojo el objeto sin perder de vista la via.

- No lo sé, dijo que era algo para ti y que no podia abrirlo, sólo si tú querias mostrarmelo podria verlo - explicó.

Henry no pudo esperar hasta llegar al departamento y aprovechó el primer semaforo rojo para abrir el sobre y mirar su contenido, su sonrisa se hizo aún más grande cuando vio el dibujo que Amaia le habia hecho, eran él y la nena sonrientes, rodeados de corazones, con una graciosa particularidad, el morocho llevaba una gorra verde con la palabra JETS y la pequeña rubia una gorra azul con lo que parecía un dibujo del logo de los Patriots.

Y es que en medio de las actividades de la niña, la pequeña rubia siempre hablaba de Henry con su madre y de lo mucho que lo extrañaba y lo mucho que se divertían con él.

- Esto es oro - dijo sorbiendo su nariz, el atleta se había sobre emocionado con el detalle y cuando se lo mostró a su novia la reacción de ella fue la misma.

Las bocinas de los autos detrás de ellos, hicieron que el deportista pusiera el auto en marcha, pero se orilló unos metros más alla en una zona permitida de parqueo.

- ¿Qué haces? - le preguntó la diseñadora mientras veía como Henry manipulaba su teléfono, pero la respuesta ya no fue necesaria cuando vio el rostro de su madre en la pantalla del teléfono de Henry.

- Brenda, buenos días, podría pedirte que pusieras a Amaia al teléfono por favor?

- Ha pasado algo? - preguntó preocupada la matriarca Peck.

- Nada malo mamá, por favor pon a Amaia - solicitó la ex morocha.

- Henry!! - chilló emocionada la rubiecita asomándo su carita.

- Hola princesa - el hombre estaba muy emocionado - recibí tu regalo y quiero decirte que es el mejor obsequio que he recibido en mi vida, te extraño muchísimo y te quiero aún más, en cuanto regrese a Boston te prometo que iremos a la feria y a comer mucho helado.

Where we belongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora