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A pesar de ser verano la brisa de la noche es helada, por eso cuando llegan al aeropuerto, Becca cubre bien a Amaia que es cargada por Henry pues está plácidamente dormida.

En el punto del checking ya los espera Chris, que al ver que es el morocho quien carga a su hija, empieza a acercarse como toro furioso..

- Está dormida, no vas a despertarla - se anticipa Becca cortandole el camino y el rubio se limita a apretar los puños y volver a donde estaba murmurando una sarta de maldiciones.

Han llegado con el tiempo medido, por lo que son los últimos en hacer el proceso de registro, afortunadamente la diseñadora y su hija sólo llevan una pequeña maleta que es considerada como equipaje de mano, así que el proceso se acorta y es casi inmediatamente que anuncian la primera llamada para abordar el avión.

Chris recibe una llamada y se aleja un poco, pero desde su posición observa a la pareja despedirse con besos e incluso Amaia que se despierta a penas unos segundos abraza a Henry, besa la mejilla del morocho y este la entrega en brazos de su madre.

Un par de besos más y la diseñadora se encamina por el gate de abordaje.

Chris toma asiento en silencio junto a su hija que recarga la cabeza en el pecho de Becca.

La pequeña rubia duerme durante las siete horas y veinte minutos que dura el vuelo hasta Barcelona - España, de hecho sólo se despierta por el anuncio que hace la aeromoza pidiendo que enderezen sus asientos, pues están por aterrizar..

El par de adultos aunque lo han intentado no han podido dormir, pero han disimulado que lo han hecho..

Amaia se estira sobre el pecho de su madre, y está la abraza.

- Buongiorno sole mio o dovrei diré buon pomeriggio (buenos días mi sol o debería decir buenas tardes) - dice sonriente la diseñadora.

La rubiecita sonríe y le devuelve el saludo a su progenitora.

Chris finge que duerme aún y la nena no se ha percatado de su presencia, ella piensa que quien ha viajado con ellas es Henry, ni siquiera recuerda haberse despedido del morocho la noche anterior, entonces el rubio se remueve ligeramente en su asiento y la pequeña voltea hacía él y al reconocerlo frunce el ceño..

- Buenos días Amaia..

- Dov'è Henry? (¿Dónde está Henry?) - pregunta mirando a su madre ignorando el saludo del rubio.

- Amaia, saluta.. (Amaia, di buenos días) - la reprende y a la rubiecita no le ha gustado nada..

- Buon pomeriggio signore - dice de mala gana.

Becca la mira con severidad - de modo que él lo entienda y con buena gana - ordena.

- Buenas tardes señor Evans... - dice y mira no muy feliz a su madre.

No hay tiempo para más diálogos o llamadas de atención, deben bajar de avión.

- ¿Qué hace él aquí? - pregunta la niña mientras avanzan por la banda mirándo hacía atrás con recelo pues el rubio va tras ellas.

- El señor Evans tiene que hacer algunas cosas en Italia - explica brevemente.

Los tres están famélicos, así que aprovechan las dos y media horas que deben esperar para abordar el avión a Milán y pasean por el aeropuerto en busca de comida.

La diseñadora ya ha estado varias veces en el enorne aeropuerto aunque no en esa ala en específico, por lo que lee con atención los letreros revisando la oferta alimenticia y da con una opción rica y saludable..

Where we belongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora