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El pollo frito ha resultado un éxito. La cena fue tranquila, con Amaia hablando casi todo el tiempo. El entusiasmo con el que narraba sus actividades era enternecedor y aunque Becca se esforzaba por atender a toda aquella desbordante exposición de su hija, la verdad es que a menudo se desconectaba, divagaba en sus pensamientos y por momentos se podía notar su mirada perdida. Afortunadamente fue Chris y no Amaia quien lo notó.

- Okay pequeña, suficiente charla por hoy, es bastante tarde y todos necesitamos descansar.

- Pero yo no tengo sueño.

Chris rió divertido pues aunque Amaia decía no estar cansada, el bostezo que acompañó sus palabras evidenciaban lo contrario.

La carcajada del rubio alertó a Becca, que enseguida miró al par - es muy tarde deberíamos ir a descansar.

- Ves, mamá también tiene sueño, mañana seguiremos charlando y coloreando, okay?

- Okay.

A Becca se le removía todo dentro de ella cuando escuchaba a Chris hablar de esa manera, el que la llamara mamá frente a su hija, era como mostrarle ese algo que ambos soñaron tener, esa familia que anhelaban formar aun cuando eran demasiado jóvenes. La forma y el tono que empleaba, parecía calentar y endulzar el ambiente, había cierta familiaridad y complicidad en ello, momentos así los hacían ver y sentir como si fueran una familia.

Becca volvió en si y miró el caos sobre la mesa, Chris pareció notarlo también y se dispuso a juntar los platos y recoger la basura, pero fue interceptado por la diseñadora.

- Deja eso ahí, yo me encargo. Mientras, tú puedes llevar a Amaia a que se asee y se ponga la pijama.

Chris no se opuso a la idea y llevó a su pequeña en brazos, sacó un pijama limpio de la maleta y se aseguró que la pequeña cepillara correctamente sus dientes antes de devolverla a la cama.

- Y... listo - Chris arropó a Amaia y pico con su índice en diferentes puntos de la carita y cuello de la nena a modo de juego, haciéndole reír.

- No, no más cosquillas - Amaia se removía inquieta a causa de su risa y terminó destapándose toda.

- Okay, okay... - Chris también reía a la par - basta de juegos o tu mamá nos va a retar.

El rubio empezó a arroparla una vez más, con cariño y cuidado.

- Chris..

- Mhmm..

- ¿Por qué no te agrada el novio de mamá?

*Porque por su culpa hoy no estamos juntos y me perdí de tus primeros años de vida*. Eso es lo primero que se le viene a la mente a Chris, pero sabe que no sería correcto hablar de eso con su pequeña hija. Por eso se toma su tiempo - ¿Hablas de Henry? - pregunta para así poder pensar una respuesta que satisfaga a su hija y que no deje ver su malestar. Amaia asiente - Y ¿Por qué crees que no me agrada?

Amaia levanta ambas cejas y hace una mueca, como si le gritara en la cara a su padre la obviedad de su desagrado.

- ¿Qué? - Chris se ha encogido de hombros intentando hacerse el desentendido.

- Te la vives haciendo caras de desagrado cuando Henry está cerca, botaste la gorra que él medio y la llamaste basura, de hecho si lo pienso la única vez que te vi tranquilo y sonriendo con el, fue cuando recibiste tu premio, pero fue por televisión así que bien pudiste haberlo fingido.

La boca de Chris forma una O enorme. Es claro que a su pequeña no se le escapa nada.

- ¿Quién eres, Sherlock Holmes?

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