La noche del 3 de enero el trío aterriza finalmente en Boston.
Amaia no pudo ocultar su felicidad cuando un par de días antes sus padres le comentaron del gran cambio. Sin duda extrañaría a sus amigos y maestros, a su cuarto y toda la gente que ama en Milán. Pero todo valía la pena si eso significa estar cerca de su padre.
Las llaves del departamento que Becca ha rentado, le serían entregadas en una semana, el departamento es antiguo, pero está completamente remodelado y el olor de la laca de los muebles y el intenso aroma de la pintura fresca de las paredes lo hacen por el momento inhabitable. Por ello y después de una larga conversación, Chris y Becca han acordado que ella y su hija permanecerán en la suite de Evans. Después de todo Amaia tiene ya una habitación en el lugar.
Aunque para su reloj biológico es un poco más de las 10 de la mañana, en Boston son las 3 de la mañana y los viajeros están completamente agotados. Aún así batallan un poco para conseguir dormirse, pero una vez que lo logran caen rendidos, tal vez es por eso que duermen por 33 horas seguidas.
A pesar de lo poco que Becca logró descansar y de que aún se siente fuera de lugar, se obliga así misma a levantarse "temprano" para adaptarse al cambio de horario. Necesita darse una ducha para despabilarse y quitarse el entumecimiento del cuerpo. La habitación de Amaia no cuenta con cuarto de baño y a riesgo de que Chris la juzgue de abusiva, se permite husmear en las otras dos habitaciones de huéspedes, sólo una de ellas tiene cuarto de baño y es allí donde la diseñadora tiene pensado asearse.
En el mueble no encuentra más que una toalla pequeña y se hace a la idea de que debe adaptarse, por eso lleva la ropa que va a usar y la deja sobre la cama. Tiritando se desviste y entra a la ducha, el lugar es demasiado lujoso para ser el cuarto de baño de una habitación de huéspedes, pero siendo sinceros en esa suite todo es de lujo. Becca se pierde admirando el enorme cabezal de ducha led de techo, fácilmente quien se bañe ahí puede experimentar la sensación de darse un baño en una cascada y como si aquello no fuera suficiente las piezas de ducha empotrada en la pared con ciertas distancias las unas de las otras seguramente mantendrán la temperatura agradable. Sin ánimos de retrasar más su momento de higienización, Becca gira la llave para encender la ducha y es ahí cuando sus gritos se oyen, el agua está helada y aunque lo intenta la densidad y fuerza del agua no le permiten llegar hasta la llave para cerrarla. Es cuestión de segundos para que un Chris alterado, preocupado y confundido entre a tropezones en el cuarto de baño.
- Está helada! Está helada!!
Chris abre la puerta de cristal y estira su brazo para cerrar la ducha. Y es en el momento que el agua deja de caer que nota la desnudez de Becca, como por instinto ella intenta cubrirse cruzando las piernas y brazos. Chris ladea una sonrisa y tira de su camiseta quedándose con el torso desnudo y da un paso hacia Becca.
- ¿Qu... qué crees qué haces? - las palabras balbuciantes y tiritantes abandonan los labios ahora morados de Becca.
Chris le extiende la prenda mientras de re ojo mira la pequeña toalla sobre el mueble, como dándole a entender que esa pequeña pieza no logrará cubrirle. Becca la toma a la brevedad posible y se la pone. La prenda es blanca y su cuerpo está completamente empapado así que la prenda no tarda en transparentarse.
- Si querías darte un baño debiste decirme, cuando fui a Milán ordené que desconectaran todo. Sin embargo la ducha de mi cuarto está conectada desde que llegamos porque tomé un baño antes de acostarme, así que puedes usarla, además allí hay toallas limpias más grandes, incluso puedes usar mi bata. - su ofrecimiento es relajado, y aunque pone todo su esfuerzo para vencer la tentación y no comerse con la mirada a la mujer delante de él, la tarea se le pone difícil, recuerdos de ambos entregándose en el pequeño baño del gimnasio de la universidad intentando no ser descubiertos, ocupan la mente de Chris. El castañeo de los dientes de Becca lo traen de vuelta al tiempo actual. A pesar de todo Becca no hace mayor amago de moverse, sólo tirita abrazándose así misma, Chris mira hacia atrás por encima de su hombro y sale del cuarto de baño tan sólo para volver a entrar con el edredón que yacía en la cama, envuelve a Becca y sin pedir permiso la carga y la lleva hasta su habitación, la baja cuando está en el baño, enciende la ducha para ella, tira del edredón y dándole un empujón suave le anima a adentrarse en el agua caliente. - el calentador de las toallas está encendido, y tienes suficientes para secarte y cubrirte, voy a dejar tu ropa en el vestidor. Si necesitas algo más, estaré cerca.
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Where we belong
Historia CortaSinopsis Por un malentendido preferí escapar a luchar por decir la verdad, él no quería escucharme, en ese momento me odiaba, sin importarle cuánto le decía que la situación no era como él la veía, pero no me escuchó, así que sólo hice mis maletas y...