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¿Becca?, en verdad eres tú?

- Henry..

El morocho vestía un abrigo tres cuartos, azul oscuro, sobre un sweater blanco, jeans negros y las clásicas botas de nieve también oscuras. Y aunque su mirada solía ser cálida, en ese momento el azul de sus ojos parecían témpanos de hielo, fríos y afilados.

- No sabía que estabas en el país.

- Apenas llegamos..

Henry observó la camioneta del rubio de re ojo y aunque aparentemente no había nadie dentro, entendió que el "llegamos" incluía a Evans. Por supuesto el ignoraba completamente que Chris no estuvo en el país durante las fiestas decembrinas y la noticia de que ellos estuvieran juntos le cayó como balde de agua fría. Hasta antes de ese momento, Henry creía que los mensajes que le envió a Becca por Navidad y Año Nuevo, fueron respondidos por la diseñadora de forma amable, pero no necesariamente amorosa, por cómo había terminado su último encuentro, más no porque ella estuviera con Evans.

El silencio interpuesto por ambos fue roto por Becca.

- Creí que estarías en Nueva York, yo... estaba planeando comunicarme contigo, en estos días..... para reunirnos y conversar..

- Podríamos hacerlo ahora, si tienes tiempo.. claro...

Becca mordió su labio inferior de manera inconsciente, mientras sopesaba en su mente, si estaba lista para hablar con Henry. Es decir durante el vuelo imaginó miles de escenarios, supuso que ella viajaría a Nueva York, que le pediría encontrarse con ella y que de alguna manera ambos acordarían conversar en la terraza de su suite. Pero cada vez que intentaba pensar en cómo iniciaría la plática se quedaba sin ideas.

- Si, no puedes ahora... supongo que podemos hacerlo otro día.

Becca centró su atención en Henry - no, digo... ahora está bien.

- Te parece si lo hacemos en mi casa?

- Sí, claro.

Henry asintió y al ver que Becca no se movía señaló su auto. - mi auto está por aquí...

- Hum... yo... traigo auto... - desvió la mirada hacia el vehículo junto a ella señalando lo obvio, Henry resopló y asintiendo señaló su auto -  te sigo...

Después de un trayecto de casi 30 minutos, los dedos delgados de Becca tamborileaban incesantes sobre el volante, estaba nerviosa y empezaba a arrepentirse de su decisión, no por lo que esta implicaba sino porque tal vez no era el momento correcto.

Con cuidado aparcó la camioneta detrás del auto de Henry. El morocho saltó de su auto y se apresuró a la camioneta para abrir la puerta del conductor. Becca agradeció su gentileza.

Ambos estaban actuando de manera torpe, parecían un par de adolescentes nerviosos que estaban a punto de cometer algún acto ilegal. Entraron en silencio en la propiedad de Henry y este no demoró en ofrecerle una bebida mientras la guiaba hacia la sala. Becca aceptó sólo por intentar alargar el tiempo y lograr ordenar sus ideas.

Las tazas de té caliente llevaban servidas más de diez minutos. Becca y Henry estaban sentados uno frente al otro y en la sala se podía sentir la tensión y la incomodidad. Ambos habían dado pequeños sorbos evitando hablar o mirarse fijamente. El silencio estaba volviendo loca a Becca, todo se sentía tan molesto y desesperante que se tornó insoportable.

- No puedo más con esto - Becca dejó la taza de té sobre la mesa ratona que la separaba de Henry y se puso de pie - ¿Qué es lo que estamos haciendo Henry?, ¿Qué es lo que nos pasa?, ¿de dónde salió toda esta incomodidad? - Becca caminaba de un lado al otro sin salirse de la alfombra - nos conocemos prácticamente desde siempre y estamos actuando como un par de desconocidos - detuvo su "caminata" y volteó a ver hacia el morocho que seguía sentado apoyando los brazos en los muslos - ni siquiera podemos sostenernos la mirada o intercambiar un par de palabras...

Where we belongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora