Henry estaba demostrando estar más que comprometido en ganarse el afecto de la familia de la diseñadora. No sólo ayudaba a Becca a alivianar su carga de trabajo, sino que la motivaba a disfrutar del tiempo con la familia. Además era genial con Amaia, la consentía y siempre estaba intentado enseñarle algo nuevo, ya sea sobre los animales, o la historia de la ciudad.
- Hablé con mi agente y mi abogado - comentó Henry sentado a lado de su novia mientras ambos observaban a Amaia divertirse con los legos que el castaño le trajera de regalo - en un par de semanas viajaré a Nueva York para finiquitar mi contrato con Los Jets y que las cosas queden en paz y así cuando llegue el momento de partir a Italia podamos hacerlo juntos, tal vez me hagan regresar para un partido de despedida, o algo similar y si es así, esperaría que tú y Amaia pudieran acompañarme.
- ¿Estás seguro de todo esto? - preguntó la joven sintiendo un poco de temor por si el futuro que estaban planificando no resultaba como ellos lo esperaban.
- Completamente.. - contestó Cavill y la besó dulcemente - entonces,¿qué dices me acompañarian?
- Estaríamos encantadas de hacerlo - respondió y volvieron a besarse.
Un carraspeo los hizo detenerse, y miraron hacía atrás donde provenía el ruido.
Por mucho que a Brenda le disgustara la relación de su hija con Cavill, no podía negar que la veía más feliz y relajada a su lado, y estaba empezando a pensar que tal vez, sólo tal vez debía darle una oportunidad al morocho..
- Mañana vamos a hacer una barbacoa con algunos voluntarios del centro comunitario, amigos y vecinos - hizo una pausa y los dos adultos esperaron a que continuará - estás invitado si así lo deseas - culminó no muy segura pero fue suficiente para que el par sonriera.
- Te lo agradezco mucho Brenda, aquí estaré..
- Bien - fue lo único que respondió la matriarca de los Peck.
- Necesitas que traiga algo o ayude de alguna forma? - preguntó Henry entusiasmado.
- Sólo trae tu trasero aquí y ya veremos..
- Mamá!!! - le reprochó Becca y su progenitora rodó los ojos.
- Nada, gracias Henry - recitó Brenda y su hija sonrió.
*****
El sol brillaba en el firmamento y prometía ser un día bastante caluroso en Boston. Desde la ventana Becca podía observar a la gente que ya llenaba gran parte el jardín trasero de la casa, y vio también el momento exacto en que Henry llegaba, debía aceptarlo el morocho estaba como quería.
Cualquier femina mataría por recibir aunque sea una sonrisa del atleta y ella en cambio lo tenía todo él para ella, a sus pies. Sonrió para si misma y se miró en el espejo, usaría la camiseta que él regalo..
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Where we belong
KurzgeschichtenSinopsis Por un malentendido preferí escapar a luchar por decir la verdad, él no quería escucharme, en ese momento me odiaba, sin importarle cuánto le decía que la situación no era como él la veía, pero no me escuchó, así que sólo hice mis maletas y...