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Amaia está dormida en los brazos de Lena para cuando sus padres llegan al auto. Ninguno dice nada, tan sólo abordan el vehículo y ya. Cada cual con miles de pensamientos en la mente, debatiendo y culpándose por el dolor de su pequeña.

Becca conduce en silencio. La primera parada es su oficina, donde se baja Lena, que comprendiendo lo incómodo y delicado de la situación sólo les desea una buena tarde y menciona que mantendrá informada a su jefa por si surge alguna novedad en cuanto al trabajo.

Chris se pasa al asiento trasero para tomar a Amaia. El corazón se le parte cuando ve el recorrido de las lágrimas secas en el rostro de su pequeña hija y lo hinchados que están sus ojitos. Y entonces el deseo de regresar a la academia y decirle de todo menos bonita a la insolente Lili golpea fuerte su pecho. Incluso estaría dispuesto a pagar a un par de niñas para que tiren de su cabello o le llenen de pellizcones, incluso podría idear algo con consecuencias a largo plazo, por ejemplo un empujón cuando la británica esté practicando su jete, eso seguro le causaría un esguince de tobillo, algo superficial, pero que la dejaría fuera de combate por buen rato, ademas sería un trabajo limpio, es decir los niños tienen accidentes todo el tiempo, a cualquiera le podría suceder. Sus pensamientos absurdos consumen su mente, y al reconocer que nada mas son eso, pensamientos, su frustración crece y está deseoso de estampar sus puños de forma violenta contra algo verdaderamente fuerte y macizo, al punto de causarse daño, porque bien sabe él que se lo merece.

Ha estado tan metido es sus disparatadas ideas que ni siquiera nota que han llegado sino hasta que Becca se ve obligada a hacer sonar la bocina del auto porque al entrar en el parqueadero un par de despistados hombres se han cruzado sin mirar.

La diseñadora apaga el motor y suspira con fuerza, está agotada emocionalmente. Da un vistazo al retrovisor y su mirada choca con la de Evans. Se miran en silencio por algunos segundos, parece que se hacen miles de preguntas, pero ninguno parece tener respuestas. Sólo irá y dolor contenidos.

- Subamos - es casi un murmuro la voz de la joven que abre la puerta del auto. Becca quiere ser ella quien cargue a Amaia, pero sabe que la pequeña está cómoda en los brazos de su padre y por eso se limita a abrirles paso.

Antes de entrar en el departamento Becca silencia a Vito para que no de su usual saludo y así evitar que Amaia despierte.

Chris recuesta a la nena con cuidado sobre la cama, Becca le quita los zapatos, le arropa, le besa la frente y respira hondo mientras conteniendo sus propias lágrimas, contempla a su hija.

¿Cómo alguien puede disfrutar de hacerle daño a una pequeña tan dulce y amable como Amaia?. Aquel pensamiento compartido se nota en el afligido rostro de los dos, que sin darse cuenta niegan con la cabeza repetidas veces al mismo tiempo.

Saben que deben dejarla descansar, por eso ambos adultos salen de la habitación de Amaia y parten a sus habitaciones con la excusa de cambiarse por algo más cómodo, pero la verdad es que necesitan pensar, buscar un enfoque, y si tal vez deberían hacerlo juntos, pero, ¿cómo compartir con el otro cuando ninguno tiene en su interior nada claro?

¿Qué hacer?, ¿Qué deberían decir para arreglar las cosas?, ¿Por dónde empezar?..

Pasado quince minutos, como si se hubieran puesto de acuerdo, ambos salen de sus respectivas habitaciones, arrastrando los pies llegan hasta la sala, Becca se pasa las manos por el rostro con frustración, Chris hace lo mismo tomando asiento y des ahí mira como la joven sigue de largo hasta la cocina.

- ¿Estás bien? - inquiere el rubio levantando apenas la mirada hacia la diseñadora que empieza a sacar varias cosas de la alacena y los gabinetes bajos.

- No lo tomes a mal, pero por favor no me hables, no digas nada.. - pide Becca con voz calma, sin notas de reclamo o irá hacia él.

Si vas a dar una noticia siempre es bueno intentar endulzar el ambiente, por eso la joven empieza a preparar las galletas favoritas de Amaia, con la absurda esperanza de que la dulzura del bocadillo alivie en algo la impresión de la pequeña ante la situación.

Where we belongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora