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La semana de labores estaba casi por terminar, Becca regresaría el sábado por la noche a Boston y aunque a Chris le disgustara, tenía que aceptar que Becca había tenido razón cuando dijo que él no estaba del todo preparado para asumir la responsabilidad de cuidar de Amaia por su cuenta. Su agenda era un desastre que no podía compaginar con las actividades y horarios de su hija. De no ser por los padres de Becca y Mitch, la pequeña hubiera llegado atrasada a la escuela e incluso tal vez hubiera faltado a un par de talleres, ella y los mellizos que van con ella los jueves. No por nada, cuando Becca lo llamó para saber cómo iba todo, Chris había optado por omitir su error al equivocarse de edificio cuando le aseguró a Mitch que podía tomarse la tarde libre mientras él se encargaba de llevar a su hija y par de amigos al taller después de almorzar. Estuvo tentado a llamar a Becca para que lo guiara, ya que Mitch no contestaba sus llamadas, pero una luz de esperanza se encendió cuando al quinto intento el guardaespaldas tomó la llamada del rubio y lo supo guiar hasta dar con el lugar. Pero claro, eso quedaría entre ellos dos y los tres pequeños infantes a quienes compró el silencio con una copa doble de helado y una ración extra de gomitas de oso.

A pesar de todo, Chris logró pasar tiempo con su hija, aunque por espacios muy cortos, eso y que la pequeña continúe llamándole por el nombre, eran cosas que le pesaban y le afectaban demasiado. ¿Qué era lo que estaba haciendo mal, para que su hija no se anime a llamarlo papá?. ¿Acaso no proyectaba correctamente esa figura?. Las palabras del reportaje de aquel pseudo periodista que se infiltró en la escuela de Amaia, hacían eco en su cabeza, y lo estaban martirizando más de lo necesario.

Si de algo había servido esa caótica semana, sin duda era que había afianzado la necesidad de Chris por involucrarse más en el día a día y crianza de su hija. Que hacerlo implicaría cambios y sacrificios de su parte, eso era seguro y la verdad es que estaba dispuesto a adaptarse y dar lo mejor de sí para lograrlo. Empezaría por conversar con Becca y exponerle su deseo, incluso le pediría ayuda para acoplarse a esta nueva "realidad" de la que quería ser parte. Sólo esperaba contar con el voto de confianza de la diseñadora.

***

Por mucho que lo intentara y se esforzara, una semana fue insuficiente para que Becca pudiera empezar a crear su plan de trabajo. La estructura era enorme, contaba con varios espacios que estarían destinados para diferentes actividades y funciones. Si bien el proyecto la emocionaba, el intentar conectar y entender la visión de cada "dueño" o apoderado de espacio (no sabía cómo llamarlos en realidad) en una semana, era misión imposible. Y como acostumbraba a tener el control de todo y más aún de su trabajo, lanzó su propuesta, dividir la edificación en sectores y así poder empezar. Los señores McCallister estuvieron de acuerdo y prometieron estar en contacto para crear un cronograma junto a la diseñadora y así se pudiera entrevistar con cada uno de los involucrados. También lamentaron que su socio, tuviera que ausentarse de último minuto y no asistiera a la cena. Aquello por alguna extraña razón, quitaba un poco de presión a Becca.

El vuelo de regreso le resultó más corto de lo normal. Ni siquiera había conseguido descansar los ojos. Un tanto malhumorada por el trajín y el cansancio, Becca se acomodó en uno de los asientos de la segunda fila de la van en la que Jake la  transportaría hasta su departamento. Estaba decidida a aprovechar el trayecto y descansar, pero sus planes se vieron arruinados cuando estuvo a punto de sufrir un infarto, al sentir como alguien saltaba de la tercera fila de asientos hacia el espacio disponible junto a ella. El grito ensordecedor, terminó exaltando a Jake y a Evans, que aunque le causó gracia la reacción de Becca, no tenía intenciones de asustarla.

- ¿pero qué te pasa?, ¿a caso quieres matarme? - Becca dio un par de manotazos en el brazo de Chris. El corazón de la diseñadora había empezado una frenética carrera y el disparo de adrenalina necesitaba ser desfogado y que mejor manera que reclamándole a Chris por su falta de tacto - ¿Qué se supone que haces aquí y dónde está mi hija?

Where we belongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora