- Entonces, Brenda aún no lo sabe.
A pesar de ser sábado y no tener que ir a la oficina, Becca se había levantado temprano y empezaba a preparar el desayuno cuando Chris se le unió y casi sin darse cuenta ambos estaban preparándolo juntos mientras conversaban y se ponían al día.
- No, no lo sabe.
Chris miró a su alrededor - creí que dijiste que se lo dirías cuando te instalaras, así que supongo que surgió algo más pues aquí parece estar todo en orden al igual que en tu oficina.
- Es sólo que he estado muy ocupada.
Chris dejó de picar la fruta, para mirar a Becca con una mueca de incredulidad ante la "justificación" de la joven.
- Becca, eres la persona más organizada que conozco, si hubieras querido ir, habrías generado o encontrado el tiempo para hacerlo. - No quería que el ambiente se volviera tenso, pero de verdad le causaba curiosidad esa necesidad que Becca parecía tener de mantenerse lejos de su progenitora, ¿cuando fue que esa relación madre/hija se había dañado?, ellas solían ser tan unidas, que no le encontraba sentido, sí, tal vez el hecho de que Brenda quisiera a Chris como a un hijo a pesar de sus problemas con Becca, era una gran razón, pero ellos ya habían limado sus asperezas o al menos así lo creía él, entonces ¿esa relación no debería mejorarse?. Puso la fruta picada en tres pequeños tazones y empezó a limpiar su área.
- Okay, Sherlock - Becca suspiro rendida ante la perspicacia de Chris - la verdad es que estoy aplazando cuanto me sea posible el atosigante interrogatorio y las interminables "sugerencias" de mi madre.
- Brenda me ama - Becca puso sus ojos en blanco tras la afirmación de Evans, sabía que era cierto, pero odiaba que se lo recordara, además ¿qué tenía eso que ver con ella? - tal vez lo mejor es que vayamos a visitarla juntos y así..
- Y así su imprudencia será mayor y tendrá aún más cosas que decir.
- Y las recibiremos juntos - Chris la giró para que lo mirara - te respaldo por completo Becc, y te prometo que me pondré de tu lado, te lo dije en Milán y te lo repito aquí, ya no estás sola, cuentas con mi completo apoyo.
- No me lo tomes a mal, agradezco tu buena voluntad e intención, pero en cuanto mamá te escuche decir eso, lo malinterpretara todo y las cosas empeorarán en gran manera. - Becca se perdió unos segundos en sus pensamientos, ella conocía de sobra a su progenitora, seguramente empezaría hablar de boda y quien sabe cuantas cosas más, pronto sacudió su cabeza, su rostro se volvió todo rojo - No, no quiero ni imaginarme lo que podría pasar por su mente.
- Estoy seguro que exageras, anda, no seas terca, visitemos a tu madre y a la mía, verás que todo va a estar bien. Además estoy seguro que Amaia querrá ver a sus abuelas y tíos.
Era cierto, por mucho que le disgustara a Becca la idea de su madre entrometiéndose donde no debe, sabía que Amaia merecía pasar tiempo con la familia, no importaba cuantos peros Becca le pusiera a su madre, como madre, pues bien sabía ella que como abuela era asombrosa.
Después de desayunar llevaron a Amaia a pasear, dieron vueltas por el parque e incluso se animaron a rentar unos patines y se divirtieron en la pista de hielo. Amaia estaba emocionada pero también algo miedosa, no quería caerse, afortunadamente sus padres se encargaron de que ella disfrutara todo el tiempo brindándole la seguridad de llevarla de la mano. La pequeña quedó sorprendida con las habilidades de sus progenitores en el hielo, y tomó nota mental para sugerirles en un futuro no muy lejano que le apuntaran en un curso de patinaje. Tras unos cuantos trucos, volvieron a probar los tres juntos tomados de la mano, tarareando canciones y sonriéndose. Quien los viera, los contrataría para ejemplificar la felicidad de una familia, pues es así como lucían. La temperatura estaba descendiendo y a pesar de que aún faltaba media hora para que terminar sus turno en la pista, decidieron apresurarse e ir a la casa de los Peck.
ESTÁS LEYENDO
Where we belong
Short StorySinopsis Por un malentendido preferí escapar a luchar por decir la verdad, él no quería escucharme, en ese momento me odiaba, sin importarle cuánto le decía que la situación no era como él la veía, pero no me escuchó, así que sólo hice mis maletas y...