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Becca se desperezó estirándose con cuidado en la cama, con los ojos cerrados tanteó el lugar junto a ella y los abrió de golpe al no encontrar a su hija.

- Amaia - murmura intentado enfocar la vista, pero corroboró la ausencia de la niña, se frotó los ojos y pasó sus manos entre las hebras de su cabello, el jet lag no se iba del todo.

Con pereza se levantó de la cama, y lo primero que hizo fue colocarse su salida de cama.

Encontrar a Amaia no fue difícil, pues las risas juguetonas de los rubios provenientes de la cocina delataron su ubicación.

- Buenos días - el saludo de Chris alertó a los otros dos de la presencia de la diseñadora.

- El jet lag te sienta de maravilla - bromeó Scott acercándose a Becca y la abrazó con fuerza.

- Hola Scott. - correspondió el abrazo sonriente y observó la sonrisa cómplice de Amaia y Chris que los veían desde el mesón.

- Es bueno verte - aseguró Scott.

- Lo mismo digo.

- Mamma, iremos a comprar mi asiento para el auto y luego al parque!! Y comeremos helado y hamburguesas!

- Vaya, que organizados están... - Becca miró a Chris. No era un reclamo, sólo una aguda observación.

El mayor de los Evans se limitó a correr la silla para la madre de su hija y continuó sirviendo el desayuno que había encargado.

Una hora después, desayunados y aseados partieron a cumplir lo planeado.

Por momentos Becca se quedaba unos pasos atrás de lo tres rubios, pues intentaba aprovechar las cortas horas de comunicación que podía tener con su equipo en Milán. Y al distanciarse también podía observar de mejor manera la interacción de Amaia con su padre. Por mucho que la idea le disgustara, Becc debía admitir que Chris se estaba esforzando para enmendar los malos tratos que le dio a la nena cuando la conoció y más allá de eso, parecía un padre realmente atento, por momentos incluso algo paranoico, como cuando le cuestionaba al encargado del lugar sobre la seguridad del asiento para el auto, pidió estadísticas de cada uno de los modelos existentes en la tienda, pros y contras, y más.

Mientras estaban en la tienda departmental lo vio escabullirse en el área de libros para padres, reconoció algunos de ellos.. "¿Cómo hablar para que los niños escuchen y cómo escuchar para que los niños hablen?", "Entrénalo para la vida", "Creciendo juntos", entre otros.

Becca se había acercado lo suficiente para apreciarlo mejor - ese es un gran libro - mencionó cuando vio a Chris ojear uno de sus libros favoritos "Bésame mucho".

Chris saltó en su puesto y casi deja caer el libro por el susto, pero en cuanto vio la pequeña sonrisa que aparecía en los labios de Becca se relajó y sonrió.

- ¿Lo has leído?

- Claro que sí, trata de la importancia y el impacto que tiene sobre los hijos las muestra de cariño de sus padres. Como los empodera y los hace crecer con una autoestima saludable y como eso afirma su propio valor.

- Debería llevarlo - murmura Chris para si mismo - ¿tienes alguna sugerencia para que le lea a Amaia? - para cuando hizo la pregunta la diseñadora ya no estaba a su lado, Chris levantó su cabeza intentando encontrarla, pero le fue inútil, entonces barrió con su mirada los estantes a su alrededor y fijó su vista en los cuentos infantiles. - Encontraré algo especial por mi cuenta - aseguró.

- Y.... Entonces...

- ¿entonces? - Becca no sabía que es lo que Scott quería decir mirándola con una expresión entre burla y complicidad.

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