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La gente suele decir que nota con mayor intensidad el paso del tiempo cuando mira a sus hijos. Y es que es innegable que la racionalización de lo rápido que el tiempo avanza se hace más visible cuando te das cuenta que aquel bebé que sostenías en tus brazos ahora camina por si sólo, que los balbuceos y gimoteos que usaba para comunicarse contigo se han convertido en palabras que forman frases completas y expresan una idea clara, que su cuna ha sido reemplazada por una cama de plaza y media y que los días en que te acompañaba a todos lados han terminado porque ahora es un estudiante de primaria y debe seguir un horario más estricto y formal.

Hace casi tres meses que Amaia había iniciado su educación formal. Chris asistió a la ceremonia de inauguración y la pequeña no desaprovechó la oportunidad de presumir a su papá.

Algunos de los padres parecían haber reconocido a Chris, pero intentaron hacerse de la vista gorda y disfrutar de ese primer día.

A Chris no había manera de borrarle la sonrisa, cuando escuchó a su hija presentarse como Amaia Evans ante su clase. Por supuesto la alegría no le iba a durar demasiado, pues un par de días después él regresó a su amado Boston, pero sin su pequeña.

Amaia amaba su escuela, estaba encantada con su maestra, compañeros, con sus materiales  y todas las actividades extracurriculares a las que asistía. Y a pesar de todo eso, parecía no estar del todo feliz.

Becca lo notaba, sabía que Amaia extrañaba a Chris, las videollamadas diarias fueron de ayuda al principio, pero cuando estas terminaban el bajón de la rubia era mayor. A Becca le partía el alma ver a su hija tan decaída.

Una mañana de diciembre, en la que dejaba a la pequeña en la escuela, la maestra de Amaia le pidió que viera a la directora de la institución. Becca se preocupó por no tener mayor detalle del por qué de aquella petición, pero accedió, no sin antes llamar a Lena, para que cancelara las primeras actividades de esa mañana.

- Señora... - la mujer de anteojos delgados echó un vistazo a la ficha que tenía en la mano, aclaró su garganta y se corrigió al instante - señorita Peck - sus labios se volvieron una línea semi curva imitando una sonrisa - me alegra enormemente, que haya podido atender con tanta rapidez a mi pedido. - la mujer de unos cincuenta y tantos tenía facciones que delataban su procedencia de la Italia nororiental y como si eso no fuera suficiente, su uso de modismos venetos o idioma veneciano lo hacía evidente. - en el relativamente corto tiempo que tenemos de conocer a Amaia, hemos notado el enorme potencial que posee, créame cuando le digo que es una niña formidable, le parecerá imposible pero recuerdo a la perfección la entrevista que tuvimos en este mismo despacho hace más de un año, y es que como no notar que a tan corta edad Amaia sea poseedora de una chispa admirable, es una niña muy inteligente, hábil, astuta, asombrosamente educada, gentil, atenta, carismática y muy alegre - la preocupación de Becca empezó a desaparecer, pensó que el ser citada allí era para hablar de algún tipo de inconveniente con su hija, pero al parecer la razón era simplemente llenarle de halagos de manera indirecta, pues aunque las flores eran para Amaia, ella sintió como un logro personal, la descripción dada hacia su hija, es decir algo bien habrá hecho ella como madre para que la nena fuera digna de tantas palabras de admiración - todos aquí apreciamos a su hija, el equipo de maestros que trabaja con Amaia, la psicóloga de la institución y mi persona hemos mantenido una reunión y hemos acordado que tal potencial no debe ser desaprovechado. Amaia tiene un futuro brillante por delante y es por eso que como institución nos atrevemos a sugerir que sea transferida a nuestra escuela en los Estados Unidos, puede elegir la sede en Nueva York, pero personalmente dado el talento e interés de Amaia en artes plásticas recomendaría la sede matriz en Boston. Su programa de artes es completamente superior, y además cuenta con una amplia gama de disciplinas varias, mismas que le brindaran una extensa cantidad de opciones que le aseguro le serán de beneficio al momento de postular sus estudios superiores, las alianzas van desde Harvard en USA, la Sorbona en Francia, Oxford y St. Andrews en Inglaterra, por nombrar algunas. Las posibilidades de Amaia serán infinitas. - la rubia frente a ella habla con tanta emoción que hasta parece haber imaginado toda una película con Amaia como protagonista - otra de las grandes fortalezas es el programa de intercambio, Amaia es aún muy pequeña, pero en unos cuantos años le agradecerá el brindarle tal oportunidad, el mundo es inmenso y darle la posibilidad de conocerlo de primera mano, siempre será un acierto. - la mirada de la procedente de Padua se vuelva un tanto maternal - sé que es una decisión importante y qué tal vez quiera discutirlo con el padre de Amaia, aquí hay algunos folletos para que se puedan informar mejor, de todos modos si tienen alguna duda, todos en la institución estamos prestos a solventarlas.

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