𝓜𝓲𝓷𝓮

𝑺𝒆𝒐𝒌𝑱𝒊𝒏

SeokJin

Kim SeokJin, veintidós años, pupilo de un reconocido detective. No tenía mucho dinero, sólo lo justo para sobrevivir, sin estudios. Posiblemente ningún padre le desearía ese tipo de vida a su hijo, pero ¿que podía hacer?, Creció en un orfanato en precarias condiciones, donde se debía pelear por el alimento todos los días.

Cuando cumplió nueve años harto de esa situación escapo del orfanato, comenzando su vida en la calle. Pidió ayuda a desconocidos, algunos lo ignoraban, otros le dirigían miradas de asco o de lastima y muy pocos lo ayudaban. Desesperado comenzó a robar, se había convertido en un ladrón solamente para poder comer algo al día y dormía en parques o algún lugar apartado.

Dos años vivió de esa manera, hasta que un día pareció que la suerte estuvo de su lado. Entró a una tienda y comenzó a tomar unos cuantos bocadillos intentando esconderlos dentro de su ropa, pero al intentar escapar fue interceptado por el dueño del lugar.

Recibió gritos, insultos y un golpe que lo hubiera hecho caer al suelo, sino fuera porque alguien lo alcanzo a sostener.

Ahí estaba el que se convirtió en su salvador. Aquel desconocido abogó por él y pago todo lo que había tomado, lo llevó afuera de la tienda y lo analizó con la mirada.

_Tu nombre.

_¿Eh?

_¿Cuál es tu nombre?

_Jin_ respondió con miedo, así era como lo llamaban en el orfanato, aunque todos los niños tenían su nombre completo en una pulsera, él no sabía el suyo porque no sabía leer.

_Yo soy Kim Jong Woon.

Así fue como conoció a su tutor y lo más cercano que tenía a una familia. Jong Woon le dió un hogar y le enseño muchas cosas como cual era su nombre completo. También a qué si quería algo debía trabajar por él.

Cómo aquella alpaca de peluche que vió en una juguetería, la había visto cuando era un ladrón y había planeado robarla para ya no estar tan sólo, pero ahora Jong Woo le pagaba por hacer los quehaceres de la casa, además de también por cada vez que se portaba bien recibía una recompensa monetaria.

Todos los días se escapaba a la juguetería para asegurarse que aún siguiera ahí el peluche y para hacer que la dueña contara los ahorros que le llevaba y le dijera si ya le alcanzaba para comprarla. Él no sabía contar, leer o escribir, apenas su tutor le estaba enseñando así que aunque supiera el precio del muñeco, no sabía en realidad cuánto debía ahorrar.
En un punto pensó que aún le faltaba demasiado para poder comprarlo y alguien más podría llevárselo porque era muy bonito, así que comenzó a hacer trabajos para varios de los vecinos que aunque aún lo consideraban un delincuente al menos le pagaban por sacar a pasear a sus mascotas.

Por fin llegó el día, después de que Jong Woon le ayudará a contar su dinero y lo llevará a la juguetería, quería mostrarle que por fin con el fruto de su trabajo iba a comprar algo que él quería mucho.
El mayor lo seguía con una sonrisa, pensaba que a SeokJin le sobraría dinero, de había esforzado demasiado para conseguir lo suficiente, en ese pequeño pueblo ningún peluche iba a costar más de lo que Jin había ahorrado.

_La alcapa capa_ intento pronunciarlo_ por favor_ dejó su dinero sobre el mostrador y miró a la mujer con una gran sonrisa.

_¿Estás seguro que ahora sí tienes lo suficiente?

_Si_ asintió_ hyung lo contó.

La mayor soltó una pequeña risa y se puso a contar el dinero bajo la atenta mirada de SeokJin que casi daba saltos por la emoción. Ya casi cuando iba a terminar Jong Woon notó que la mujer sonreía mientras negaba con la cabeza.

_Niño, esto ni siquiera es la mitad de lo que cuesta el peluche.

_¿Ah?_ la mirada del menor entristeció.

_¿Cómo que no es ni la mitad?_ el mayor preguntó algo desconcertado_ Jin, espérame afuera_ ordenó y al menor no le quedó más que obedecer, estaba demasiado triste y ya estaba pensando en cuántas veces más tendría que sacar a pasear a los perros de sus vecinos.

_Ese niño jamás logrará juntar tanto dinero para comprar el muñeco, una niña vino y se vió muy interesada, tal vez más tarde venga con sus padres para que se la compren.

_¿Cuánto cuesta el peluche?

_Cien mil wones_ el hombre se sorprendió por el precio, pero SeokJin se veía tan ilusionado y trabajo demasiado. Era obvio que con los trabajos que hacía para sus vecinos no le alcanzaría a comprarla hasta dentro de un año.

_Me la llevo_ sacó su billetera, sacó dinero y se lo entrego a la mujer.
Salió de la juguetería y le entregó el muñeco al menor.

_Pero-

_La señora se equivocó, no te preocupes_ la felicidad de SeokJin volvió. No tenía porque enterarse de la verdad.

A medida que fue creciendo Jong Woon le comenzó a enseñar más sobre su trabajo y él también se involucro, convirtiendose en su alumno y compañero en algunas misiones.

Cómo en la que ahora estaba metido, detener al líder de Bangtan, un grupo dedicado al tráfico ilegal de armas y drogas, como también a la prostitución. Al grupo le pertencian casinos y clubes, Jin había logrado conseguir trabajo en uno de estos en los que se sabía que el grupo frecuentaba más.