Mi auto se queda sin combustible justo en el estacionamiento del estúpido colegio, no podría ser más genial.
Arreglo mis medias negras y abrocho mi chaqueta para dirigirme a la entrada. En cuanto llego a mi casillero noto que está adornado con pequeñas notas de colores llamativos con insultos. Fantástico.
— Oh vaya, Ryland te han dejado varios regalitos, pero te traemos más por si acaso no te bastan — el grupo de Brooks me lanza tiras de condones frente a todo el mundo.
—¡Que los disfrutes, Ryland! — se despiden.
Me agacho y los pongo en mi bolsa. ¿Qué? Ya me humilló así que esto solo es algo que me servirá para no tener ineptos como ellos pronto. Aún no termino cuando veo unos zapatos frente a mí y poniéndose en cuclillas.
— Te ayudo — dice y mete los condones a mi bolso.
— Gracias — dije y me levanté viendo quien era mi salvador.
Richard, otra vez en mi camino.
Sacó un par de tiras para poner algunas en mi casillero, solo si se ofrecen. Toca con delicadeza la puerta de mi casillero y lo ignoro.
— Necesito hablar contigo.
— No me interesa hablar contigo, Coleman.
Se pasa dos dedos por el cabello perfectamente peinado.
— Es urgente y creo que atraerá tu atención.
— No creo que tengas algo que llame mi atención. — cerré mi casillero.
— ¿Tienes trabajo? — me pregunta.
Este tipo, podría ser más raro
— No, y métete en tus asuntos.
— Te contrato.
Me quedo quieta tratando de entender lo que dijo.
— ¿Qué dijiste, rarito? — pregunté y vi como trago saliva con dificultad para volver a hablar.
— Te quiero contratar para que me ayudes en algo.
No pude evitar reírme al escuchar eso. Metí uno de mis mechones de cabello atrás de mi oreja esperando que este se fuera, pero no lo hizo.
— ¿En qué podrías necesitar ayuda mía?
Se puso nervioso y se acercó más a mí con cuidado de que no lo vieran.
— Necesito que tengas sexo conmigo.
Eso me hizo escupir la goma de mascar que me acababa de meter a la boca. Esto debe de ser una broma pésima por parte de Brooks.
— Sabes algo, me tienen harta todos los de este lugar, ¡no, no soy una prostituta! No es contigo con quien me meto, así que te lo pondré claro, Richard. No soy un juego y por lo tanto no me gusta perder mi tiempo con bromas idiotas sobre mi estilo de vida.
Cerré mi casillero de golpe y me dispuse a irme.
— No es una broma — exclamó desesperado tomándome del antebrazo. — Necesito tu ayuda para eso.
Lo mire y al parecer su rostro blancucho no mostraba señal de burla.
— Pues, en todo caso de no ser una broma. No voy a participar en la nueva versión de Pretty woman. — de un jalón recupere mi brazo.
— Te pagaré más de lo que crees y no es el mismo caso, eso es ficción me imagino ya que nunca la he visto, esto que te pido es realidad.
Algunos nos miran, incluyendo a algunos tarados del grupo de Brooks.
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𝐸𝑙 𝐷𝑖𝑎𝑟𝑖𝑜 𝐷𝑒 𝑈𝑛𝑎 𝑍𝑜𝑟𝑟𝑎
Teen Fiction𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐃𝐢𝐚𝐫𝐢𝐨: 𝐓𝐞 𝐩𝐫𝐞𝐠𝐮𝐧𝐭𝐚𝐫𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐚 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐧𝐳𝐚 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐞 𝐫𝐞𝐬𝐩𝐨𝐧𝐝𝐚𝐬, ¿𝐚𝐥𝐠𝐮𝐧𝐚 𝐯𝐞𝐳 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐬𝐭𝐞 𝐚 𝐭𝐚𝐥 𝐠𝐫𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐧𝐞𝐜𝐞𝐬𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞𝐫...