Capítulo 61

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- Richard yo... creo que necesito pensarlo un momento a solas - miro alrededor - y en otro lugar que no sea tu casa porque todo esto me está poniendo los pelos de punta.

- ¿Lo vas a pensar? - pregunta en un tono agudo como si estuviera tratando de gritar - ¿bromeas conmigo?

Se pone de pie y me mira molesto con la boca abierta.

- No, creo que justo lo que acabo de decir es que necesito pensarlo - dije poniéndome de pie

- Entiendo, creo que yo también debo pensarlo mejor.

¿Se está arrepintiendo después de todo eso?

- ¿Te arrepientes de haberme confesado todo eso?

- Tal vez, no pensé que me fueras a rechazar como si no hubiera abierto mi alma a ti de esta manera. Debes irte será la mejor para ambos porque tendremos tiempo de pensar a solas.

Esto no es lo que yo esperaba. El dolor en el pecho aumenta con cada
segundo de silencio. Una parte de mí se siente dolida y avergonzada por la frialdad con la que acaba de mandarme lejos. Tome mi bolsa de la cama y me la echo al hombro. Cuando llego a la puerta, miro atrás, a Richard, con la esperanza de que me pida disculpas o cambie de opinión, pero él se vuelve hacia la ventana y me ignora por completo.

Cuando llego al pie de la escalera, alguien me tira de la sudadera

Es él.

- Vuelve arriba - me dice con desesperación.

- ¿Por qué? Creía que querías que me fuera. - Miro el cuadro a óleo que tiene detrás.

Suspira, me coge la bolsa y empieza a subir la escalera. Me pienso en dejar que se quede con la bolsa y marcharme igualmente, pero... no, eso es lo que haré

- ¿Adónde vas?

- Quédate con la bolsa no la necesito es más si así lo quieres también puedes quedarte con la cámara tampoco creo que necesite otro regalo de ti.

- ¿Por qué tienes que ser tan orgullosa? - pregunto con los ojos en blanco.

- ¿Yo? Acabas de echarme de tu cuarto porque te he dicho que necesitaba pensar en lo que me dijiste, no creo que eso sea tan descabellado como lo haces ver.

No dice nada y lo veo como una señal para seguir mi camino, en cuantos salgo por la enorme puerta. El helado clima me atraviesa el rostro mientras camino hasta el auto ahora agradezco el haber decidido dejar las llaves pegadas en cuanto cierro la puerta y giro la llave logró ver por la ventana de la cocina como me mira, pero no me detiene.

"Tú no mereces ser juzgada por el mundo., tú mereces ser reverenciada por él"

Eso retumba en mi cabeza desde que salí del estúpido camino, ¿por qué tiene que venir y confundirme así? Yo no le he hecho nada en absoluto para que él me haga esto

- Jodete Coleman - grite desesperada y en el instante mi auto se detiene a la mitad de la carretera - mierda.

Intento encenderlo, pero solo se escucha un sonido fofo en el motor, gire la llave de nuevo, pero siguen sin encender, tanto me odia el mundo.
El cielo está completamente negro supongo que ya son las siete, el frío está empeorando con el auto apagado.

- ¡Mierda! - grite golpeando el volante.

Salí del auto y cerré la puta puerta de un portazo al estilo Coleman. Coleman, ¿por qué necesitas entrar en mi cabeza para molestarme todo el tiempo?

- Te ayudo, nenita - dice una voz gutural detrás de mí y los pelos de mi nuca se erizan.

- Vete - dije en un susurro no te tires Rory, no lo hagas.

- ¿Por qué estás tan sola, nenita? ¿Dónde está ese chico que fue por ti a mi fiesta? - veo de reojo como se mueve y se recarga en el auto para mirarme de frente

- Jimmy aléjate de mí.

Estoy muy sobria como para poder ahogar ese sentimiento de miedo que se convirtió en un nudo en la garganta.

- ¿Por qué me dejaste? Éramos tan felices juntos - su voz es una mezcla de tristeza con burla que me llena de odio.

- ¡No lo éramos y, no vuelvas a repetir nada sobre el pasado! - grite e intente no derramar ninguna lágrima.

- No te comportes como si no lo hubieras disfrutado, te gustaba que alguien te impusiera orden y te mandara. Yo soy el hombre que necesita una chica con tu historia.

La ira y todas las palabras que quiero gritar me suben por la garganta.

Camina hacia mi lado contrario y se pone muy cerca de mi oído - Nadie te querrá con esa espantosa actitud de chica fuerte, no lo eres Aurora, no eres fuerte y jamás lo serás por eso necesitas a alguien que te proteja hasta de ti misma.

Me giré para verlo de frente y con fuerza choco mi mano con su cara, se nota sorprendido por el acto pues nunca me atreví a hacerlo

- ¡Escúchame idiota de mierda todo el mundo me conoce y me juzga con el dedo por las estúpidas mentiras que soltaste con tu bastardo primo! - grite con ira - ¡púdrete tú y tu malnacida boca suelta mentiras!

Necesito respirar, me quedo sin aire y tal vez esté sufriendo un ataque.

- Siempre fuiste muy impulsiva - dice tocándose donde lo golpeé - pero eso siempre fue lo que me hacía tener que calmarte.

Se acerca poco a poco a mí, camino hacia atrás, pero se mueve más rápido.

- Ya te lo he dicho, no te me acerques.

Sonríe malicioso cuando se intenta echar sobre mí.

- ¿Acaso no me amas, nenita? - la frase me da náuseas y deseo morir antes de tener que escucharla otra vez.

Comienzo a correr antes de que se me acerque de nuevo, pero me está pisando los talones.

- ¡Ayuda! - el camino está casi hecho hielo de tanto frío que hace - ¡Ayuda!

Mis gritos al igual que yo son desesperados, sé que si me quisiera alcanzar ya lo hubiera hecho. Está dejando que me canse para luego atraparme sin aire. No hay ningún lugar cerca solo está lleno de árboles y no me pienso adentrar en esos terrenos.

- ¡Pronto estarás conmigo! - dice en voz alta.

¿Acaso no hay nadie aquí que me pueda quitar de encima a este enfermo? Ni siquiera estoy cerca de la casa de Coleman no tengo ni mi celular para llamar a alguien.

𝐸𝑙 𝐷𝑖𝑎𝑟𝑖𝑜 𝐷𝑒 𝑈𝑛𝑎 𝑍𝑜𝑟𝑟𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora