— ¿Te sientes mejor? — pregunta preocupado.
— Si, solo voy a vestirme para irme — respondí.
Se nota algo decepcionado, pero en realidad siento que ya no tengo mucho que hacer aquí, además quiero ir con Lassie.
— Como gustes — murmura con voz ronca.
Se queda recostado en la cama mientras me visto lo más rápido que puedo hacer. Lo veo por unos instantes tiene el pelo despeinado y la camisa desabotonada gracias a mi
— Bueno ya estoy, solo falta mi bolso para irme — asiente poniéndose derecho en la cama.
Me lo entrega y le agradezco antes de salir de su cuarto. Camino por el horrendo corredor ignorando todas las pinturas colgadas de su familia, vaya al menos Coleman es el más atractivo de su familia.
— ¿Ya se va, señorita? — pregunta Largo cruzando algunos escalones.
— Si, tengo otras cosas que hacer, pero nos veremos mañana, amigo — asiente y bajo las escaleras.
Al salir de la casa de Coleman siempre me pega una brisa congelada en la cara, tal vez sea porque también está fría por dentro. No puedo evitar pensar que Erik debe de estar aún en el avión y no le puedo llamar, no tiene ni un día que se marchó y lo extraño se convirtió en algo constante casi tanto como las visitas a este lugar.
Camino por el sendero hasta salir de la residencia y cruzar el pavimento para llegar al otro lado donde ningún carro se acerca. No tengo tanto frío, pero el reflejo de mi rostro en el celular puede jurar que mi nariz es roja peor que la del rarito Rodolfo. Me gusta irme por este camino de piedras porque la mayor parte del tiempo está solo pero hoy no fue así. Veo la figura de una chica algo rellenita pasar frente a mí.
— ¿Ryland? — cuestiona la chica — ¿Rory Ryland?
Mierda. Debo empezar a considerar la opción de reconstruirme el rostro
— ¿Qué? — fue una especie de saludo me giro y me encuentro con Georgia.
— Chica, wow, tenía años sin verte estás guapísima — dice acercándose, pero yo retrocedo
— Gracias, también luces bien — punto uno; no se decir cumplidos.
— Wow, en verdad estás muy cambiada la última vez que te vi fue cuando Jimmy te recogió de la graduación — comenta
Me paso la mano por el brazo intentando entrar en calor, no lo sabía, pero escuchar el nombre de él me hace temblar y no en el buen sentido.
— Debo irme — murmuró
Pero ella luce decepcionada.
— No, tenemos mucho sin vernos ¿por qué no me acompañas? — propone
— ¿Adónde? — pregunte, capaz y me secuestra para no sé qué cosas
— A la fiesta de Gastón estará increíble habrá mucho alcohol y un par de cosas que te gustan — dice pícara.
— Te lo agradezco, pero prefiero volver a mi casa — donde me voy a arrojarme al sillón a cambiar canales mientras espero la llamada de Erik, si es que la hace.
— Vamos, ¿acaso ya eres responsable? — me da un codazo juguetón, pero me aparto.
— Responsable siempre he sido, pero ahora no tengo ganas de ir a ningún puto lado — respondí fría.
Levanta las manos en señal de paz. — Tranquila, pequeña, solo era una oferta porque estoy segura de que esa actitud estaría más calmada si te estuvieran cogiendo bien. Dime ¿traes pareja por fin?
— No y adiós — dije queriendo salir, pero me tomó del brazo.
— Ryland, ¿estás segura de no querer algo de hierba? — saca de su ropa una pequeña bolsa y la agita.
***
—¡Miren a quién encontré en la calle! — anuncia emocionada cruzando la entrada
— Pero miren que tenemos aquí — dice Gastón antes de besar a Georgia.
Estoy en una especie de bar, pero solo están ellos y otros chicos que me parecen conocidos de algún lado. Hay un par de luces en diferentes partes alrededor, una luz verde está sobre ellos mientras se besan, un tipo con olor a hierba se me acerca y me ofrece un chupito
— Ryland a los años — dice con una sonrisa maliciosa — tómate uno conmigo - y pone un vasito en mi mano.
— ¿Te conozco? — pregunte, pero este río solamente, me llena de alcohol hasta chorrear en el piso.
Ni loca me tomaré algo cerca de este imbécil con olor a hierba y cara de adicto. Me separo para acercarme a otro lugar, una chica me ofrece un porro y desgraciadamente lo acepto. Todo pasa lento haciendo que me sienta más perdida que de costumbre las luces de colores empiezan a cambiar de sitio, no sé cuándo, pero estoy hablando con la chica que me lo dio.
— ¿Estás perdida? — pregunta y me río no sé por qué, pero lo hago.
— Si — respondí entre risas.
Hay una máquina de humo que está llenando el ambiente. Todo se siente extraño y sin darme cuenta la pantalla de mi celular me informa que ha pasado una hora.
— Oye — me dice alguien detrás — ven, te mostraré algo.
Lo sigo tomando algo de distancia y antes de entrar a una habitación escucho que en los altavoces ponen música casi me revientan los oídos.
***
Richard:
— Debemos hablar sobre el siguiente paso, ¿qué pasará con nosotros después de la graduación? — su voz hace que me dé migraña.
Mi celular suena en el bolsillo del saco que está en el respaldo de la silla. No creo que deba contestar se vería muy descortés de mi parte, pero ha sonado unas seis veces en los últimos diez minutos
— Permíteme — dije
— ¿Quién es? — cuestiona mientras me mira con una expresión molesta.
— No lo sé, por eso debo contestar — explique, pero no le bastó.
— Estamos hablando, Richard específicamente estamos planeando nuestro futuro - pongo los ojos en blanco, acto que le copié a Ryland.
— Cariño, yo lo sé en verdad, pero debo responder tal vez sea mi abuela o alguien más — me dio una última mirada de desaprobación antes de que saliera del comedor.
— ¿Sí? — conteste.
— ¿Hablo con Richard Coleman? — la voz de una mujer me aturde por un momento
— ¿Quién habla?
— Soy Lassie, dueña del café...
— Si, ya te recuerdo ¿qué necesitas? — pregunte mirando de reojo a dónde está Diana.
— Respuestas, ¿has visto a Rory? — la pregunta me causa un escalofrío por el cuerpo.
— Hace unas horas estuvo aquí pero antes de irse me comentó que pasaría a verte — expliqué.
— Si, lo mismo me dijo, pero nunca llegó ya llamé, envié mensaje hasta fui a su casa y no está — ahora la preocupación y la culpa me invaden al pensar que le pudo pasar algo por irse sola.
— ¿Sabes si tenía otra cosa que hacer? — pregunte preocupado
Por favor, dime que está en otro lugar sana y salva.
— No, ella no me dijo nada de ir a otro lugar.
Y suspenso... esa Rory es una loquilla, ¿cómo están mis solecitos? Perdónenme por la ausencia más tarde nuevo capítulo y también vengo a contarles que he escrito otra novela que ya está en mi perfil. Si una mañana desperté con una idea en mi cabeza entonces decidí escribirla, me encantaría que pudieran pasar a verla cuando tengan tiempo.
Se despide su amiga @feliaxis besos y cuchillos xx
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𝐸𝑙 𝐷𝑖𝑎𝑟𝑖𝑜 𝐷𝑒 𝑈𝑛𝑎 𝑍𝑜𝑟𝑟𝑎
Novela Juvenil𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐃𝐢𝐚𝐫𝐢𝐨: 𝐓𝐞 𝐩𝐫𝐞𝐠𝐮𝐧𝐭𝐚𝐫𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐚 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐧𝐳𝐚 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐞 𝐫𝐞𝐬𝐩𝐨𝐧𝐝𝐚𝐬, ¿𝐚𝐥𝐠𝐮𝐧𝐚 𝐯𝐞𝐳 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐬𝐭𝐞 𝐚 𝐭𝐚𝐥 𝐠𝐫𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐧𝐞𝐜𝐞𝐬𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞𝐫...