En cuanto me la pongo doy una vuelta emocionada. Nunca me habían hecho un regalo tan lindo como este. La chaqueta abriga mucho y huele a nuevo. Me va bien solo un poco larga tengo que arremangármela.
— Gracias. — Le doy un abrazo rápido, si fue veloz no conto.
— Te queda muy bien, deberías ir por ahí con esta joya.
Gracias a dios en la tarde que salí le compré un detalle, pero no tiene el mismo nivel que tiene la chaqueta. Me acerco detrás del sillón y tomo una pequeña caja
— Te compré un pequeño presente, pero no es tan bueno como el mío — dije apenada.
— Tonterías debe ser lindo — rompe el papel tan rápido como me pasa una gota de sudor por la frente por los nervios. — Es muy linda — exclama feliz sacando una pequeña caja musical que compre en la tienda de baratijas — me fascina.
— No mientas. De igual forma no importa porque luego te compra algo mucho mejor.
— No seas tonta, es muy linda — dice observándola.
Me senté de nuevo, pero con la chaqueta aún puesta. Me siento mucho más feliz y cómoda de lo que alguna vez he estado en este lugar, entiendo hace unas semanas ni siquiera la conocía, pero hoy está conmigo mirando con alegría la mierda de regalo que le hice.
La mirada que tiene me recuerda a Coleman cuando lee alguna cosa o cuando intenta usar las aplicaciones de su celular. Es un abuelo, pero con cara de joven, pensé en llamarle para burlarme de su "tarjeta de disculpa" pero es mejor seguir así.
— Todo pasa por algo — dice leyendo una tarjeta debajo de la caja — es una muy buena frase.
Le sonrió y me acerco para leerla con ella. Tras dos días agotadores pero emocionantes comiendo pavo y estado con Lassie, por fin es viernes, me organizo para salir a la plaza para comprar un regalo decente para la mujer. Cuando me estacioné en el estúpido espacio libre que encontré después de una hora de conducir el frío empeoró, pero la verdad la chaqueta es más cómoda que nunca.
— Basura de auto — patee mi auto cuando veo que he dejado el celular dentro y la llave no abre — da igual nadie me llama.
Cruce todo el estacionamiento para por fin entrar al lugar y estar tan perdida como cuando venía para acá. ¿Qué le compró? ¿A dónde voy? Muy buenas preguntas, decido subir a la segunda planta para ver si puedo escoger un suéter lindo o algo así es que ella es una señora, pero diferente. Lassie viste como adolescente amante del negro algo parecido a mí, aunque ella le agrega un poco de color
—¡Amiga yo tengo lo que buscas! — suelta una rubia entusiasta en cuanto paso frente a una local.
¿Tiene lo que busco? ¿Qué busco exactamente?
— ¿Me acabas de decir que tienes lo que yo busco? — le pregunte
Movió su delgado rostro junto a sus enormes senos asintiendo.
— Por supuesto, amiga, en Anna's closet tenemos lo que buscas.
— ¿Entonces tienes paz mundial? ¿Unas semillas mágicas que me lleven a la casa de un gigante? ¿Un hombre muy atractivo que se apellida Grey? ¿O un consolador recargable con la luz del sol? — pregunte y su entusiasmo se fue al suelo como inflable barato.
— Es mi primer día — murmura con tristeza — por favor, entra solo para que vean que hago un buen trabajo.
Normalmente la hubiera mandado a la mierda, pero estoy de buen humor y la verdad es que si fui dura con ella.
—Lo hare, perdón por ser tan brusca.
La chica me mira y casi puedo ver sus ojos rojos contener las lágrimas. Carajo, literalmente me porte como las personas que odio.
—Tranquila, no fue tu intención, bienvenida y espero que encuentres lo que buscas.
Entre al local lleno de rosa además de mucho estampado de tigre. Dios. Mis ojos se queman como Phoebe.
Mientras recorro la tienda intento entender, ¿qué paso con Coleman? No me ha llamado desde hace días ni siquiera respondió mi mensaje de agradecimiento que le envié ayer. Bien, no debo molestarme pensando en eso yo fui la que pidió espacio, aunque creo que tenía cierta esperanza en que me buscara.
Una chica morena choca con mi brazo y solo me mira, sin disculparse para perderse por ahí, estamos casi apunto de congelarnos en el pueblo mientras ella anda en mi falda y top de palabras bobas mostrando un tatuaje.
— Ryland, recuerda, no somos nadie para juzgar nada — me dije a mi misma, pero en cuanto vuelvo a enfocar a la chica la veo aferrada al cuerpo de un chico alto.
Se parece a Coleman, hasta tiene unos zapatos iden... no, ya basta me estoy empezando a obsesionar con esto que lo veo en todos lados. Me voy a volver loca solo por una tontería, abro los ojos pensando en que dejaré de imaginar su cara alrededor mío, pero esto ya pasó un límite.
— ¿Qué mierda? — el sujeto se gira y si es Coleman, ¿qué carajos? Me talle los ojos con las manos, pero, si veo bien, es él vivito y coleando por la ciudad coqueteando con morenas.
La chica ríe al igual que él, vaya yo que pensé que estaría encerrado en su casa solo. Probablemente el gancho que tenía en la mano ya esté doblado por la mitad. No sé en qué piensan cuando me acerco a ellos echando chispas.
Ella sonríe enormemente hasta que me mira — ¿Trabajas aquí? — le pregunté de golpe en cuanto paso su mano por el cuello de él
Hizo una mueca de aso y asintió — Claro — la cara de Coleman al verme de frente es un poema.
— ¿En serio? Yo estaba casi segura de reconocer tu cara en una página porno de baja calidad — dije y ahogo un grito — deberías irte a buscar un cliente al cual follar en el vestidor, pechos de goma.
Me mira incrédula al igual que Coleman — Ricky deberías aprender a controlar mejor a tu novia — dice molesta alejándose de nosotros.
En cuanto desaparece lo miro — ¿Así que este es tu pasatiempo? ¿Acosar empleadas de tiendas baratas para que tengan sexo contigo?
— No, no es nada de lo piensas — intenta explicar, pero lo ignore.
— Si, eso dice todo el mundo, pero yo no me voy a meter en tu vida. Un gusto en verte de nuevo y feliz navidad, por cierto.
Salgo de la tienda con este pisándome los talones —¡Ryland espera!
Me gire para verlo de frente y poder gritarle a la cara — No hay nada que me puedas decir que me haga pensar diferente, no me has llamado ni respondido mis mensajes, pero salgo a una tienda y te veo coqueteando con una tetas de goma.
— Ryland, es la hija del director — dice alterado — vine porque necesito hacer méritos con él para que me dé una carta de excelencia para la universidad, me la ha negado por no hacer actividades extracurriculares, solo es eso y no te llamo porque me dijiste que no lo hiciera.
— ¿Entonces ahora me vas a echar en cara todo lo que digo? — pregunte molesta.
— ¿Estás celosa de esa chica? — pregunta divertido.
Le suelto un golpe en el pecho con fuerza — Que te quede claro, yo no estoy celosa — mentira, estoy que me lleva la mierda de los celos.
Tengo el corazón acelerado, una rabia
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𝐸𝑙 𝐷𝑖𝑎𝑟𝑖𝑜 𝐷𝑒 𝑈𝑛𝑎 𝑍𝑜𝑟𝑟𝑎
Genç Kurgu𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐃𝐢𝐚𝐫𝐢𝐨: 𝐓𝐞 𝐩𝐫𝐞𝐠𝐮𝐧𝐭𝐚𝐫𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐚 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐧𝐳𝐚 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐞 𝐫𝐞𝐬𝐩𝐨𝐧𝐝𝐚𝐬, ¿𝐚𝐥𝐠𝐮𝐧𝐚 𝐯𝐞𝐳 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐬𝐭𝐞 𝐚 𝐭𝐚𝐥 𝐠𝐫𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐧𝐞𝐜𝐞𝐬𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞𝐫...